Lo importante es que Fox me sigue llamando amigo,
dice
El gobernador de Texas defiende en México la
pena de muerte
Mejor no hubiera venido, indican reporteros estadunidenses
MIREYA CUELLAR
El gobernador de Texas, Rick Perry, ratificó ayer
en esta ciudad su postura en favor de la pena de muerte, y dijo que una
manera de evitar que casos como el del mexicano Javier Suárez Medina
se repitan -ejecutado hace 10 días por haber matado a un policía-
es "evitar que los criminales vengan a Texas y cometan ese tipo de crímenes".
Interrogado
siempre por la prensa mexicana en tono de reproche, Perry, quien actualmente
hace campaña por la relección a la gubernatura de su estado,
explicó que los residentes de Texas "han escogido la aplicación
de la pena de muerte a individuos que cometen crímenes terribles,
como el que cometió Suárez Medina", incluso, dijo, los hispanos
apoyan la pena capital, y affirmó que después de la ejecución
ha recibido toda clase de comentarios, pero "lo que más me importa
es que el presidente Fox me sigue llamando amigo", señaló.
Recordó que él tiene una vieja amistad con
el mandatario mexicano, tanto, que recibió una invitación
personal para asistir a la toma de posesión de Fox en el año
2000, y dijo que "nada va a manchar" su relación, que no es sólo
política, sino de amistad.
Perry vino a México para cabildear con los miembros
de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) -cuya asamblea
se lleva a cabo en un hotel de esta ciudad- el voto a favor de la ciudad
de San Antonio como sede de los Juegos Panamericanos del año 2007.
Sin embargo, su equipo organizó una conferencia de prensa para que
pudiera hablar específicamente de la ejecución del Suárez
Medina: "Las leyes en Texas son muy claras, y de este individuo al principio
no se tenía clara su nacionalidad. Pero tuvo todos los derechos
que se le otorgan a cualquier persona para apelar su situación,
y cada vez que lo hizo, el jurado lo declaró culpable. Entonces
la pena capital es el castigo que se da a las personas que cometen este
tipo de crímenes en el estado soberano de Texas."
Cuando se le interrogó sobre la conveniencia de
venir a promover la candidatura de San Antonio entre países para
cuyos ciudadanos es peligroso ir a Estados Unidos, no sólo porque
pueden ser cazados por algún granjero sino porque ahora tienen
en casa la amenaza terrorista, el gobernador dijo que él no compartía
esas opiniones, porque en Texas los mexicanos han conseguido muy buenos
trabajos, incluso que el gobierno de ese estado los ayuda a conseguirlos
y que es un "estado muy amigable y los esperamos con los brazos abiertos,
también a los medios de comunicación y al Presidente", dijo.
Los texanos montaron "un pedacito de Texas en México"
en uno de los patios del Hotel Camino Real, con becerro asado a las brasas,
banderas desplegadas y un grupo musical, todo traído desde el otro
lado de la frontera para promocionar entre los miembros de la Odepa su
candidatura. San Antonio compite con Río de Janeiro por la sede
y será hoy cuando se defina cuál de las dos ciudades se queda
con el evento deportivo. Los reporteros de algunos medios estadunidenses
comentaban que seguramente San Antonio ganará, pero "el ambiente
no es el mejor para el gobernador (...) la verdad es que mejor no hubiera
venido". Y es que durante la conferencia de prensa un reportero le deslizó
en una pregunta la observación de que en este momento su visita
podría no ser grata para los mexicanos.