Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 24 de agosto de 2002
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Política

Enrique Calderón A.

Un país de ficción

1. Las contradicciones. De acuerdo con declaraciones recientes, México es algo así como la economía número 13 del mundo, por arriba de todos los países de América Latina y de la mayoría de las naciones de Europa. Al mismo tiempo, más de la mitad de los mexicanos viven sumidos en la pobreza. ƑCómo es posible que ambas cosas sucedan a la vez? ƑNo resulta esto contradictorio?

Se nos dice también de manera oficial que México es el primer país exportador de América y uno de los mayores exportadores del mundo, mientras nuestra experiencia cotidiana nos indica que la falta de empleo se ha convertido ya en un mal generalizado y permanente, que se expresa en cada crucero no sólo de la ciudad de México sino de casi todas las ciudades del país. ƑEs posible ser al mismo tiempo una nación exportadora y una de desempleados?

La lista de contradicciones de este tipo parece ser muy amplia en materia de seguridad, de salud, de alimentación, de empleo y de educación. ƑCómo podemos ser una de las naciones peor evaluadas en educación no obstante los logros de los que nos vienen informando nuestros sucesivos gobiernos? ƑCómo es posible que el Presidente hable del énfasis y las prioridades de su gobierno hacia la educación superior y la tecnología, y al mismo tiempo se reduzca el presupuesto del Politécnico en 20 por ciento por medio de varios recortes durante 2002?

2. Las contabilidades mañosas. Al mismo tiempo que las contradicciones económicas y sociales en nuestro país aparecen en las páginas de los diarios, nos enteramos de los escándalos financieros que vienen sacudiendo a la sociedad estadunidense: empresas enormes, dueñas de plantas industriales gigantescas, con sucursales y negocios en todo el mundo, se declaran en quiebra y sus directores confiesan la alteración mañosa de sus contabilidades para reportar ganancias que eran en realidad pérdidas, con objeto de seguir atrayendo inversionistas con el engaño.

Si bien parece que el sistema de justicia de Estados Unidos está castigando a los altos funcionarios de esas empresas, así como a los despachos auditores que los asesoraron en sus actividades, como Mackensie, Andersen Consulting, Buzz Allen, etcétera, queda la duda sobre lo que pasará a los altos funcionarios del gobierno estadunidense involucrados en esas prácticas en el pasado.

3. Los cuentos en las cuentas nacionales. Aunque nos parezca absurdo o imposible, lo que ha venido sucediendo en nuestro país es precisamente lo que ha pasado con las empresas estadunidenses: las cuentas que nos presentan están amañadas y no reflejan nuestra realidad.

Tenemos, por ejemplo, el caso de las exportaciones, las cuales se contabilizan a partir del valor que tienen los productos exportados, sin importar que el valor agregado en México no represente más de 10 por ciento del total. Un caso de este tipo es el de los automóviles, contabilizados al 100 por ciento no obstante que los costos asociados a esos autos no se originan en nuestro país y, por lo tanto, los recursos que se generan con sus ventas tampoco ingresan a México.

Si tomamos las cifras de desempleo también nos encontramos que los criterios de medición están orientados a minimizar el problema, generando imágenes que simplemente nada tienen que ver con la realidad. La generación de empleos temporales para remendar una carretera o para limpiar un parque permite presentar cifras de creación de empleos para los cuales se omite decir que son temporales, y así sucesivamente. En el caso de la educación que se menciona, en que serán destinados recursos por 8 por ciento del PIB, Naciones Unidas informó que la cifra incluye los presupuestos de las escuelas e instituciones privadas.

En resumen, las cifras que nos proporciona el gobierno sobre sus logros, con objeto de generar confianza, son tan falsas como las contabilidades de las empresas estadunidenses; la diferencia está en que mientras los directivos de esas empresas van a la cárcel, nuestros líderes y gobernantes gozan de la impunidad total, y la sociedad continúa sumida en contradicciones propias de un país de ficción.

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