Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 24 de agosto de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas
  >

Cultura
ENTREVISTA  / DANIEL BARENBOIM, PIANISTA Y DIRECTOR DE ORQUESTA

La música sí puede ayudar a buscar escenarios de paz

CON JOVENES ARABES Y JUDIOS FORMO UN EJERCITO CONTRA LA GUERRA

''Los artistas y los músicos, no tenemos que esperar a que los políticos se pongan de acuerdo sobre algo que queremos''

ARMANDO G. TEJEDA ENVIADO

Sevilla, 23 de agosto. Daniel Barenboim, director de orquesta y pianista de origen judío, cree que la música ''no soluciona conflictos", pero sí puede contribuir a buscar escenarios de paz y convivencia entre los pueblos en teoría enemigos y enfrentados desde hace décadas.
Barenboim 9ok
De 59 años y considerado uno de los músicos más talentosos del mundo, imparte desde hace cuatro años un taller, el West Eastern Divan, cuyo leitmotiv es fomentar mediante la música esa idea sencilla, pero que en Medio Oriente es imposible por ahora.

Después de tres semanas dedicado a enseñar los secretos de la música a 80 jóvenes artistas árabes y judíos, Barenboim explica a La Jornada las razones de su nueva lucha, que trasciende lo musical y aspira a convertirse en la ''semilla" de una nueva convivencia en Medio Oriente:

''Mi postura sobre el conflicto es conocida, pero me gustaría decir una frase clave: la razón por la cual se hace este taller es porque ninguno de nosotros cree que hay una solución militar para resolver el conflicto, entonces, esto significa que tarde o temprano -ya estamos bastante tarde, por cierto- se va a llegar a un acuerdo y se va a buscar cómo crear vínculos y formas de convivencia.

''Nosotros, los artistas y los músicos, no tenemos que esperar a que los políticos se pongan de acuerdo sobre algo que queremos ejercer ahora mismo."

Barenboim, director de la Opera de Berlín y de la Orquesta Sinfónica de Chicago, dedica los veranos desde hace cuatro años a congregar a músicos noveles con ese afán de paz. ''El concierto de hoy -en el que interpretarán en el Teatro de la Maestranza de Sevilla la Quinta sinfonía, de Beethoven- es una gran ocasión para ejercer este derecho por muchas razones: hicimos un taller intenso y extenso en Andalucía, región que para muchos de esos jóvenes es parte de su historia, pues aquí han convivido durante siglos judíos, musulmanes y cristianos. El programa musical de mañana es en cierto modo un desafío a toda la política que existe en Medio Oriente, porque el taller reúne a gente que política y teóricamente deberían ser enemigos.

''Pero el desafío más importante es cuando toquemos el Concierto para tres pianos, de Mozart, que será interpretado por un pianista israelí y otro palestino, o sea, que cuando vemos a diario que hay matanzas, represalias, discusiones sobre la retirada de las tropas, de las condiciones de los campos de refugiados, también vamos a ver cómo dos personas de esos países enfrentados tocan armónicamente un concierto. Eso tiene un valor muy importante más allá del simple amor a la música y la cultura, que es una razón de enorme alegría. La gente que asista saldrá del teatro pensando dos cosas: queremos que haya paz, entendimiento, y esto que pasa debe ser la continuación de nuestra historia en común".

Al ser cuestionado sobre las supuestas represalias que un proyecto de estas características podría tener en la vida de los jóvenes músicos, Barenboim explicó que ''ellos vienen a sabiendas que de regreso a sus casas podrían tener problemas; eso demuestra coraje y amor por la música. A ellos les preocupan los problemas políticos, digamos a largo plazo: cuál será el mapa y el carácter de la región dentro de dos o tres generaciones, y la situación actual que provoca enorme sufrimiento en ambos lados".

Pero al taller, considerado un laboratorio de la paz, le faltan al menos dos elementos para cerrar el círculo:

''Una estructura bien organizada que pueda ayudar a los jóvenes a seguir sus estudios durante el invierno, pues varios de ellos han aprendido estos días mucho, pero luego están 11 meses y medio trabajando o estudiando a un nivel musical más bajo. El segundo punto que le falta a ese taller, para realizarse a plenitud, es poder actuar en los países que están representados en la orquesta, o sea los países árabes e Israel, y esto hoy es políticamente imposible, pero a lo mejor algún día será posible."

Entre los aspectos que Barenboim destaca en estos meses de aprendizaje junto con los jóvenes, apunta que ''hay muchas cosas que los judíos y los palestinos no pueden entender del otro pueblo, como la angustia del pueblo judío, el miedo a que la historia se repita y ocurra, por ejemplo, lo que sucedió en España en 1492 o en Alemania en 1942.

''Esta angustia, los palestinos no la pueden entender, porque es una potencia con un gran ejército. O el sufrimiento del pueblo palestino, de la forma de vida en los campos de refugiados. Creo que en este taller hemos logrado que se entienda el sufrimiento de estos pueblos que viven en conflicto."

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año