Después de una larga discusión,
el resultado de la sesión fue confuso, pues según
definieron los regidores panistas el cambio de nombre es
desde el punto de vista "administrativo", y la
frase "Puebla de los çngeles" solamente se
utilizará en actos del ayuntamiento, papelería y sellos
oficiales. Por tanto, se seguirá respetando la
denominación de "Heroica Puebla de Zaragoza".
La oposición tachó de absurdo el acuerdo, ya que
entonces las juntas auxiliares, inspectorías y rancherías
estarán en la "Heroica Puebla de Zaragoza", y
la ciudad en "Puebla de los çngeles". Ello únicamente
creará graves lagunas jurídicas, advirtió el regidor
priista Lázaro Jiménez Aquino.
Otra confusión es que los regidores panistas invocaron
la autonomía municipal para no someter el cambio de
nombre de la ciudad al Congreso local, pero al final de
la sesión de cabildo, el alcalde Luis Paredes Moctezuma
dijo en una entrevista que sí enviará el dictamen al
Poder Legislativo, sin aclarar cómo ni cuándo. Anunció
que el 29 de septiembre entrará en vigor la nueva
denominación de la Angelópolis, día de los arcángeles
Miguel, Rafael y Gabriel, según el calendario católico.
Las cargadas
Al más viejo estilo priista, ayer en la sesión de
cabildo tanto el PRI como el PAN llevaron sus acarreados
y al mismo tiempo estuvieron sentados en el centro del
salón de Cabildo los dirigentes municipales de ambos
partidos: por el tricolor, César Sotomayor Sánchez, y
por el albiazul, Pablo Rodríguez Regordosa. Los priistas
acapararon la mayor parte de las sillas, mientras los
panistas se colocaron del lado izquierdo del recinto.
ıstos últimos eran dirigidos por un hombre vestido
con una playera amarilla y antes de que iniciara el acto
protocolario aleccionó a sus seguidores para que le
gritaran al diputado priista Javier López Zavala -quien
estaba presente-: "Eres un ratero, tus obras ya no
sirven".
Cuando el punto más álgido de la discusión llegó, un
priista interrumpió la sesión y a gritos decía: "¡Yo
soy pueblo, ustedes están tan preocupados por el nombre
de la ciudad y se olvidan que las colonias no tienen
servicios!"; entonces, el resto de los priistas
comenzó a corear "¡obras, obras!", mientras
los acarreados panistas, en especial el de amarillo,
exclamaban: "Vienes de Zavala, vienes de Zavala,
pinche Zavala ratero!". El secretario general del
ayuntamiento, Humberto Guevara Herrera, junto con el
personal de protocolos, obligó al priista a dejar el salón
y cuando el funcionario municipal pasó frente al sujeto
que vestía de amarillo, sonriendo le dio una palmada en
el estómago.
Eso enfureció a la regidora priista Catalina López,
quien se paró a increpar al hombre de amarillo y lo
amenazó diciéndole que si no guardaba silencio haría
que lo echaran del recinto.
El orden en la sesión de cabildo se rompió cuando Pablo
Rodríguez y César Sotomayor, cada uno en su asiento,
empezaron a discutir, al parecer por el tema de si era o
no procedente que el Congreso conociera del cambio de
nombre para la ciudad.
Los reporteros se avalanzaron intentando escuchar el diálogo
entre ambos dirigentes, por lo que en casi cinco minutos
la atención se centró en los rostros sonrojados de los
líderes y nadie ponía atención a la disertación de
los regidores, que en ese momento, especialmente los
panistas, se empeñaban en sostener que el cambio de
denominación para la ciudad no se debe a que sean
antijuaristas y a que desconozcan el "hecho histórico
de Ignacio Zaragoza". Sin embargo, algunos miembros
del albiazul definieron que se dejó de usar el nombre de
"Puebla de los çngeles por los gobiernos
totalitarios que querían borrar las creencias de la
gente".
Por la leyenda
Al inicio de la discusión del tema, la regidora Mayra
Castro, presidente de la comisión de cultura, presentó
el dictamen para justificar el cambio de nombre a la
ciudad. Desde el punto de vista histórico, argumentó,
desde el siglo XVI se llama a la ciudad "Puebla de
los çngeles". Un dato que destacó es que en la
Constitución de 1824, cuando se instituyó a Puebla como
una entidad federativa, se le mencionó como "Puebla
de los çngeles". Además, enfatizó, este nombre no
ha sido transformado en cuatro siglos.
Señaló que aunque el 25 de septiembre de 1862 el
presidente Benito Juárez García decretó el nombre de
Heroica Puebla de Zaragoza, y el 4 de agosto de 1950 el
Congreso ratificó esa denominación, no hay ningún obstáculo
legal que impida cambiar la identificación de la Angelópolis.
Llamó a respetar "lo sentimientos y la tradición,
sobre todo la leyenda de que la ciudad fue trazada por
unos ángeles", situación que llamó "tradición
angelopolitana".
A continuación, el regidor del PVEM Eduardo Alcántara
Montiel reconoció como un ejercicio democrático que el
ayuntamiento haya realizado una consulta con una aplicación
metodológica correcta, pero dijo que desde el punto de
vista legal no procedía que en ese momento el cabildo
aprobara cambiar el nombre de la ciudad, ya que ésa es
una facultad exclusiva del Congreso del estado.
Minutos más tarde, el alcalde Paredes y la mayoría de
los regidores panistas, con asombro, escucharon la
intervención de su correligionario, Arturo Flores
Grande, quien no estuvo de acuerdo con Mayra Castro, al
señalar que es el Congreso la única instancia facultada
para aprobar el cambio de nombre de un municipio. Llamó
a evitar caer en un acto autoritario y recordó que la
división de poderes es para evitar que alguna instancia
de gobierno viole la ley.
El regidor priista Lázaro Cuauhtémoc Jiménez Aquino,
señaló que en la justificación de los panistas se
confunde el término de autonomía municipal con el de
soberanía del Estado, ya que el primero de estos
conceptos sirve para que un ayuntamiento se organice y el
segundo es una figura que le da al Congreso local la
facultad de solucionar todo tipo de conflictos o asuntos
controvertidos de índole municipal.
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