Los autores materiales recibieron $300 mil para
calmar al mentor disidente, en 1981
En la averiguación por el homicidio de Núñez
se vincula a asesinos con directivos del SNTE
Señalan que Clemente Villegas, relacionado con
el sindicato, les encargó el trabajo
JENARO VILLAMIL
Rufino Vences Peña recibió 300 mil pesos
de Clemente Villegas Villegas para calmar el 30 de enero de 1981
al profesor Misael Núñez Acosta, asesinado la tarde de ese
día, al salir de la escuela Héroes de Churubusco, según
consta en la averiguación previa TL/SC/2054/981 de la Procuraduría
General de Justicia del Estado de México.
En esa averiguación, dada a conocer por los reporteros
Enrique Garay y Mario García Sordo en cuatro entregas publicadas
entre el 27 y el 31 de julio de 1981 en el periódico Unomásuno,
se manifiesta la vinculación de Clemente Villegas Villegas con la
dirección de la sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación (SNTE), encabezada en ese entonces por Leonardo
González Valera, sucesor de Elba Esther Gordillo en la conducción
de esa sección.
También se demuestra que las amenazas contra Misael
Núñez arreciaron el 14 de noviembre de 1980, mediante un
documento firmado por la sección 36. En él se acusa a Núñez
Acosta y a otros profesores de provocar ''enfrentamientos peligrosos de
imprevisibles consecuencias''. En el clásico lenguaje de la intimidación
y la advertencia, el punto 4 de ese desplegado subraya:
"La sección 36 del SNTE ha mantenido la serenidad
y la cordura sin dar respuesta a la provocación y al insulto de
estos grupos de agitación. Esto no es un signo de debilidad sino
de madurez y responsabilidad; sin embargo, estamos decididos a colocar
en su sitio a quienes no entiendan ningún lenguaje y sólo
obedecen consignas en forma dogmática".
Las acusaciones de Aguilar Camín contra
Gordillo y Jonguitud
Los reportajes aportaban elementos de que Misael Núñez
fue mandado asesinar por su actividad sindical. Las derivaciones sobre
la relación entre Leonardo González Valera, Elba Esther Gordillo
y Carlos Jonguitud Barrios fueron descritas así por Héctor
Aguilar Camín en su artículo "Núñez Acosta,
lección en el sótano", publicado en Unomásuno:
"La sección 36, que corresponde al valle de México,
encarna dos de los vicios progresivos del gran cacicazgo directivo de Vanguardia
Revolucionaria: primero, la fuerte carga personalista que deposita puestos
sindicales de importancia en ayudantes y sirvientes del líder; segundo,
la concepción del poder como una entidad monolítica regida
por la teoría del dominó, la idea de que quien cede una pieza
acaba cediendo todo el tablero.
''La ineptitud de esos lideratos heredados e incondicionales
de tercera, y la intolerancia a toda apertura que signifique entregar puestos
sindicales a las nuevas tendencias, son causas tan eficientes en la erosión
del cacicazgo como la intensidad de la movilización disidente. La
sección 36 conoce ambas realidades y en abudancia. Su actual secretario,
Leonardo González Valera, es el que fue chofer de su lideresa previa,
Elba Esther Gordillo, quien a su vez tuvo como mérito clave para
el puesto su intimidad amistosa con el presidente vitalicio de Vanguardia
Revolucionaria, Carlos Jonguitud; paralelamente, la movilización
magisterial del valle de México ha sido una de las más fuertes
y organizadas, de las que con mayor vigor ofrecen en la práctica
un liderato alternativo. De ahí que el asesinato de Núñez
Acosta pueda y deba leerse como un crimen político, como la continuación
de la política por medios sangrientos''.
El entonces subdirector editorial de Unomásuno
insistía en su colaboración editorial en las implicaciones
políticas del análisis expuesto, aunque no sean pruebas delictivas
claras.
''Lo único probado o confesado hasta hoy por los
homicidas es su relación con Clemente Villegas -subraya Aguilar
Camín-, cuya efectiva vinculación al SNTE no prueba la participación
de éste -de su dirección seccional o nacional- en el asesinato
de Núñez Acosta. Y, sin embargo, desde un punto de vista
político, la implicación de una complicidad está ahí,
disponible, recordable, utilizable".
Ningún analista en ese momento previó que
tendrían que pasar más de dos décadas para que el
crimen cometido contra Núñez Acosta fuera, como dice Aguilar
Camín, ''disponible, recordable, utilizable''. Mucho menos por el
ahora defenestrado ex jefe máximo del magisterio nacional, Carlos
Jonguitud, contra su sucesora Elba Esther Gordillo.
Los reportajes citados subrayan que a Clemente Villegas
Villegas nunca se le detuvo. Documentan que su relación como porro
del grupo dominante en el SNTE se inició desde 1978, cuando hizo
otros ''trabajos'' en la sección 9 del sindicato. Por su lado, los
asesinos materiales Rufino Vences Peña, Joel Vences Hernández
y Jorge Mejía Pizaña huyeron del penal de La Perla dos meses
después de haber sido detenidos.
La reacción airada del entonces dirigente formal
del CEN del SNTE, Ramón Martínez Martín, a lo expuesto
por los reporteros Enrique Garay y Mario García Sordo, no se hizo
esperar. El 29 de julio de 1981, Martínez Martín demandó
el esclarecimiento del crimen, subrayó que la dirigencia del sindicato
no estaba dispuesta a soportar ''más insultos o imputaciones absurdas
que pretenden involucrar al SNTE en actos ilícitos'', y rechazó
que el gremio magisterial tuviera vínculo alguno con los asesinos
materiales del profesor Núñez Acosta (Unomásuno,
30-07-1981, p. 6).
Ese mismo día se realizaron marchas de grupos disidentes
y democráticos en seis entidades. El nombre de Misael Núñez
Acosta volvió a salir a relucir. Las imputaciones en contra del
grupo de Carlos Jonguitud Barrios eran generalizadas.
La reconstrucción del crimen
En su declaración ministerial, Rufino Vences Peña
y Joel Vences Hernández declararon:
''Clemente Villegas Villegas, quien nos manifestó
que prestaba sus servicios en el SNTE, nos indicó que había
unas personas que calmar, ya que se encontraban agitando, realizando
paros, mítines y marchas a Palacio Nacional, aceptando los de la
voz calmar a estas personas que agitaban, quedando en verse en un
restaurante donde los declarantes recibieron la cantidad de 60 mil pesos''.
Rufino Vences fue contactado en el Burger Boy de Nezahualcóyotl.
''Ahí -declaró en la averiguación previa 3251/81-
Clemente Villegas me dio la media filiación de Núñez
Acosta y la dirección donde se debería hacer el trabajo".
''Fui a mi casa de inmediato por mi tío Joel Vences
Hernández y mi amigo Jorge Mejía Piña. Les hablé
del trabajo y los convencí de que me acompañaran dándoles
15 mil pesos. Clemente se comprometió a completar 300 mil pesos
por el trabajo que íbamos a hacer.
''Nos trasladamos a Tulpetlac a donde llegamos como a
las 18 horas... Identifiqué de inmediato a Misael. Regresé
al auto que habíamos robado la noche anterior en Nezahualcóyotl,
haciéndonos pasar por policías cuando encontramos ebrio al
dueño de ese coche. Mi tío en el auto ya tenía la
pistola Colt calibre .45... Adentro del auto -marca Chrysler modelo Le
Baron- Jorge Mejía también traía su arma y nos quedamos
fumando a esperarlos salir...''
Cuando caminaban los tres maestros (Misael Núñez,
Darío Ayala y Daniel Campos), Rufino indicó a sus cómplices:
''esos son''.
Se oyeron las descargas. Los disparos se efectuaron a
menos de un metro de distancia. El profesor sobreviviente, Darío
Ayala, declaró:
''Misael quiso levantarse y gritar, pero ya no gritó.
Como agonizando quiso decir algo, pero ya no pudo: se volvió a doblar.
Pienso yo que ha de haber vivido dos o tres minutos''.
En otra parte del expediente se asentó que agentes
del sexto grupo de la Policía Judicial del estado de México
anotaron en su último informe del caso: ''fuimos vigilados por elementos
del SNTE con el fin de conocer en forma precisa el curso de las investigaciones.
Son como un grupo secreto paramilitar'', indicaron (Unomásuno,
30/08/ 1981, p. 6).
Los orígenes en El Mexe
Misael Núñez y el asesino intelectual Clemente
Villegas se conocieron en El Mexe, Hidalgo, donde el primero fue maestro
del segundo. En sus años de estudiante normalista de El Mexe, Misael
Núñez denunció los manos manejos de las raciones alimenticias.
Por su activismo, tuvo que terminar sus estudios en otra normal.
La normal de El Mexe ha sido semillero de gobernadores,
legisladores y líderes sociales. Un reportaje publicado por Masiosare
el 27 de febrero de 2000 anota que en la comunidad de El Rosario, del mismo
municipio, nació Ericka Zamora, recién liberada tras ser
detenida por la matanza de El Charco.
De 1973 a 1974, Núñez trabajó en
Cardenal, estado de México, donde participó en un movimiento
de colonos contra la contaminación de una fábrica. En 1974
llegó a la Loma de Tulpetlac. Fue director vespertino de la escuela
Héroes de Churubusco. Ahí encabezó otra lucha de colonos
de La Purísima contra la empresa Coca-Cola, que pretendía
apoderarse de unos terrenos destinados a una escuela. En 1976 fundó
la Coalición de Colonias de Tulpetlac, organización que un
año después logró la introducción de agua potable
y la construcción de escuelas en Texalpa y Tecuexcómac.