GUERRA SUCIA EN EL MAGISTERIO
Exige a la cúpula del PRI poner fin al "canibalismo" en su contra
Gordillo: no ordené la ejecución de Misael
Asegura que "no soy madracista ni foxista, sino priísta"; los ataques, asegura, porque hay misoginia Sus críticos callan, pese a desafíos
ENRIQUE MENDEZ
Elba Esther Gordillo afirmó que ella no ordenó la ejecución del profesor Misael Núñez Acosta, y anunció que recurrirá a cualquier instancia, incluso a los tribunales, para defenderse, porque en el magisterio y en el PRI "no hay asesinos". Ayer empezó por exculparse ante la cúpula del partido, a la que exigió poner fin al "canibalismo" en su contra, y a partir de un documento que denominó Mi verdad, aseveró: "Me siento agraviada porque sé que en mi casa me han acusado de (un) asesinato que no he cometido.
"Me dispongo a ponerme en manos de la ley para que juzgue mi conducta. Y si tengo algún ilícito, que se me aplique la ley, porque en este partido aprendí que el estado de derecho debe respetarse. Cuando no se respetó, México nos sancionó". Advirtió que no permitirá que agredan su "integridad", porque no quiere que sus hijos y nietos se sientan cuestionados por otros "que realmente traen cola".
Su participación en la Comisión Política Permanente del PRI -órgano del Consejo Político Nacional- fue solicitada con anticipación, como confirmó Sami David David, y se incluyó en los asuntos generales. Comenzó con una defensa de su relación con el presidente Vicente Fox y su papel como mediadora del tricolor en Los Pinos.
"Me atacan porque no niego mis amistades, pero mis amistades no son los motivos de mi acción, porque afirmar eso es una fantasía", dijo. "Soy amiga de Fox -agregó-, pero sobre todo soy priísta. Soy amiga de derechas, izquierdas, intelectuales y no intelectuales. Mi biografía está ahí."
Reitera que no saldrá del PRI
Anticipó que no saldrá del PRI, porque no tiene "ningún rubor por mis amigos y convicciones", y porque "no hago política bajo la mesa. No golpeo al que no esté de acuerdo conmigo".
En el documento original, que afinó momentos antes de la reunión, a la que por ese motivo se incorporó tarde, Gordillo no incluyó el caso del asesinato de Misael Núñez Acosta, ocurrido en 1981, y del cual la responsabilizó el ex dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y ex gobernador priísta de San Luis Potosí, Carlos Jonguitud Barrios.
Sin embargo, durante su exposición -que primero provocó el estupor de sus compañeros de partido y al final un aplauso- entró en el tema y dijo que espera "rendir cuentas al priísmo, que he pasado todos los espacios jurídicos; me sujeto a todos los juicios y no solicito que el PRI haga nada, absolutamente nada, para defenderme, porque šde mi pasado me encargo yo!"
Luego exigió a los priístas terminar el episodio de descalificaciones en su contra, "ese terrible desgaste que se llama canibalismo y que para muchos políticos y politólogos se llama decadencia".
En ese punto, afirmó que no pertenece a ningún grupo. "No soy madracista, soy priísta. No soy foxista, soy política; no soy corrupta, soy una luchadora". Retó a los priístas a "confrontar biografías", y acusó que la "andanada" en su contra se debe a su condición de mujer. "En la misoginia no se puede seguir haciendo política", expresó.
Más de un priísta arqueó las cejas, pero nadie dijo nada. Frente a frente, en la mesa, los dirigentes de los comités nacional y local del Movimiento Territorial, Carlos Flores Rico y Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre -quien el jueves pasado aseveró que el PRI no puede ser "sala de cabildeo de Los Pinos"-, respectivamente, intercambiaron señales. Flores Rico le pidió a Gutiérrez callar y escuchar.
Nadie se movió y uno de los asistentes resumió: "Aquello parecía un cementerio". Elba Es-ther siguió: "Aquí estoy, no me voy del PRI ni me van a sacar. Quien lo quiera hacer, le solicito que volvamos al proceso que nos llevó a esta mesa: una elección.
"No vine en una mafia y en un arreglo de complicidad. Vine con Roberto (Madrazo, presidente del instituto) por un proyecto de partido. Sé respetar al presidente del partido; mi respeto y disciplina a Roberto Madrazo", resaltó.
Ello le permitió aclarar que aceptó el cargo, segundo en importancia en el PRI, la secretaría general, y que no pretende apoderarse de la presidencia del partido.
"Señores, aquí estoy. Lo que me quieran decir, señoras, aquí estoy", volvió a retar y con la mirada recorrió la mesa del salón de usos múltiples del partido, donde se realizó el encuentro. Nadie respondió, nadie le reprochó nada.
Les pidió entonces debatir ideas y propuestas. "Hagámoslo en casa. No sigamos con ese debate público que no afecta sólo a Elba Esther. Demuestra que todavía en el partido falta mucho por hacer, y lo que más falta se llama ética política. šCese a la grilla, hagamos política!", demandó.
Insistió en que su lealtad está con el presidente del partido, pero advirtió que, para ella, está "antes que nada el proyecto" de país.
No hay que limitar a Fox
Luego entró al terreno de sus relaciones con el presidente Fox y su teoría de por qué el PRI no puede obstaculizar las iniciativas del mandatario. Afirmó que actualmente, en el país, todas las fuerzas políticas son minorías -aunque el discurso oficial priísta es que siguen siendo el partido mayoritario-, por lo que "oponerse a quienes sostienen la acción del Presidente es oponerse a una minoría". Pero si insiste y lo hace, entonces esa minoría que ganó las elecciones en 2000 queda paralizada.
"Esto quiere decir -explicó- que el gobierno se ve limitado a administrar y que toda reforma importante le está vedada. La finalidad de nuestra política no puede ser paralizada así, no puede ser paralizar así al gobierno de México cueste lo que cueste.
"No puede crearse una situación en la que México no tenga la posibilidad de instaurar nuevas políticas, y todos sabemos hasta qué punto son necesarias, durante seis años. Y no sólo me refiero a las políticas que quisiera instaurar el Presidente, sino a las que podemos consensuar nosotros."
Dijo que la apuesta del tricolor no puede ser ponerse a demostrar que "no es el menos peor", sino a probar que "somos mejores que quien está en el poder. Que le vaya mal al Presidente no es la varita mágica de una victoria política".
Afirmó que si bien es amiga de Vicente Fox, esa amistad no puede, por sí misma, ser "el motor" de sus acciones. "Se aduce, sin embargo, que gracias a las posiciones de poder que ocupan algunos de mis amigos, y a mi propia situación, la amistad sí puede ser la base de una acción colectiva."
Sus acciones, aseveró, son mucho menos criticables de lo que se pretende, y dijo que "sacar a relucir" sus relaciones con funcionarios de la actual administración "permite condenar mis acciones sin analizarlas y comprenderlas".
"Lo que molesta son mis convicciones"
Resaltó: "No, no son mis amistades lo que molesta. Lo que molesta son mis convicciones y mis acciones. Molestan porque se oponen al inmovilismo al que nos quieren reducir algunos, pretendiendo que la inanición es ahora la llave maestra de la oposición".
Afirmó que el PRI no le puede apostar "a un simple juego de poder", en el que si le va mal al presidente Fox le va bien a los priístas. "Me pregunto: Ƒy a México? ƑY a los mexicanos?"
Dijo que aun cuando exista la posibilidad de que el PRI se pueda beneficiar "un tiempo" del desencanto que la situación general del país provoca en los electores, el deseo de que los ciudadanos se resignen a votar por los priístas sería tanto como aceptar que lo hagan "nada más por la experiencia, a pesar de que otros digan que somos un partido corrupto".
Volvió a cuestionar: "ƑNo sería mejor que dijeran o pudiéramos decir que votar por nosotros es porque hemos aprendido la lección, pero tenemos inteligencia, emoción, experiencia y congruencia ética?"
Al final de la reunión, luego del aplauso de sus compañeros -entre ellos los mismos que criticaron su relación con Fox y que ayer se quedaron callados-, dijo a los reporteros: "Soy una mujer que puede responder por su pasado".