Homenaje al poeta entre concheros, manifestaciones
e informe alterno
Alí Chumacero, ensayo vivo de la literatura
Concluyó la segunda versión de la Feria
del Libro en el Zócalo; hubo 750 mil asistentes
RENATO RAVELO
La poesía intensifica el caos de nuestros sentimientos
y esclarece nuestras miserias y cualidades, sostuvo Alí Chumacero
en el homenaje que se le hizo en el último día de la Feria
del Libro en el Zócalo.
En
el acto, el poeta Homero Aridjis destacó de este "maestro de la
poesía mexicana" la capacidad para hacer en sus conversaciones ''ensayos
vivos de nuestra literatura, que deberían quedar en testimonios.
Por ejemplo, sus disertaciones sobre la vida de Juan Rulfo son fundamentales
para entender la obra del escritor jalisciense".
En el foro principal instalado en esta feria, ante unas
200 personas, Dionisio Morales comparó la temprana factura de la
obra de Chumacero con Arthur Rimbaud y José Gorostiza: ''creo que
son tres los elementos en los que se basa: los sueños, la imágenes
y las palabras. Va a la búsqueda de la otra realidad y cuando la
encuentra con dedo acusador condena a ciertas imágenes a encerrarse
en su otro significado".
La actriz María del Carmen Farías dio lectura
a algunos poemas de Chumacero, entre rituales de concheros, consignas políticas
en rechazo de la privatización de la industria eléctrica,
el informe alternativo de gobierno que jóvenes, en su mayoría
de filiación zapatista, hicieron al pie de la bandera que abrigaba
a todas esas pulsiones que caben en la palabra México.
De la poesía de Chumacero, reflexionó Aridjis,
''no saldremos ilesos de su lectura, pero seremos mejores por esas palabras
en cuyo escaso peso cabe el mundo. Aprendí de él la lealtad
a la poesía, pero también la irreverencia. Chumacero encuentra
el sensualismo de la palabra con esa percepción del cuerpo de la
mujer. Se trata de un hombre auténtico que transmite la alegría
sensual de vivir".
Me gusta este silencio, bromeó Chumacero con el
ambiente bullicioso, poco antes de iniciar la lectura de algunos de sus
poemas, hecho que en lugar de provocar -en el entendido del escaso público
de poesía- una disminución de los asistentes la incrementó
de jóvenes y adultos raptados por los altavoces de la plaza que
decían: "antes que la luz y la sombra/ cuando azul no era el cielo/
y rojas las hormigas/ ya éramos tú y yo".
Fin de feria
Para la mayoría de las 93 editoriales participantes
en esta segunda versión, la feria representó un beneficio,
sobre todo para aquellas que diseñaron su oferta en función
del público que habían recibido el año pasado.
Así la editorial Planeta decidió llevar,
informa Julio Vizueto, ofertas y material infantil, con lo que pudo obtener
30 mil pesos por día durante los fines de semana. Por su parte Educal,
la distribuidora de los libros del Conaculta, llevó Lecturas Mexicanas,
la colección Los Noventa y la Enciclopedia de México, a 5,
10 y 150 pesos, respectivamente.
Plaza y Valdés, desde su estratégico autoexilio
a un lado de Templo Mayor, reportó Fernando Valdés, 40 mil
pesos diarios en fin de semana, igual que Ediciones Castillo, que entre
semana obtuvo un promedio de 10 mil pesos diarios.
El sábado por la noche se robaron de una de las
instalaciones de la feria, un mimeógrafo, un estéreo, una
máquina de escribir, material didáctico de lo que era el
taller que enseñaba a los niños con sonidos y tactos como
se hace un libro. De paso les tocó también a la editoriales
independientes -que dejaron la plaza de Santo Domingo para mudarse junto
a Catedral-, que sufrieron destrozos y pérdidas la noche más
segura del año para el Zócalo capitalino, ya que justamente
en esas horas se inició el operativo de seguridad para el
Segundo Informe de Gobierno, con la participación de la Policía
Federal Preventiva y el Estado Mayor Presidencial. Se calculan en más
de 50 mil pesos las pérdidas.
Este domingo la escritora Carmen Boullosa leyó
La bebida, del Fondo de Cultura Económica, con éxito
de público y firma de ejemplares. En el Museo de la Ciudad, en tanto,
según el programa, en ese momento Humberto Mussachio, el diputado
Jaime Guerrero y Bolfy Cotton, discutían el porqué de una
ley de fomento cultural. Los actos en esta feria aprovecharon el público
de otras manifestaciones. Para José Angel Leyva, director de vinculación
cultural, no se llegaría a la meta esperada de un millón
de asistentes, pero sí se rebasaría la anterior de 750 mil
visitantes.
Mientras se remataban al costo muchos de los libros ("mejor
venderlos que cargarlos"), en el escenario sonaban los tonos envolventes
de Jaramar, quien dio inicio al final, acto en el que estarían Ismael
Serrano, Eugenia León y Betsy Pecanins, en un Zócalo que
ya tiene sus asiduos a la espera del siguiente circo, concierto o feria.