Estas reuniones se han vuelto ineficaces, reconoce el creador de las cumbres de la Tierra
Conciliar crecimiento económico y protección al ambiente, acuerdo final en Johannesburgo
EU acatará el Protocolo de Kyoto sólo con la fuerza de su opinión pública: diplomático
DPA, AFP, PL Y REUTERS
Johannesburgo, 3 de septiembre. El Plan de Acción de Johannesbugo, el principal documento que emanará de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenido, fue adoptado esta noche, luego de que negociadores y ministros llegaron a un acuerdo en el apartado relativo a la salud, pese a los sentimientos de frustración por los pobres resultados logrados en la reunión.
Horas antes, el creador de las cumbres de la Tierra, el diplomático sueco Sverker Astrom, afirmó en Londres que este tipo de reuniones se han vuelto demasiado pesadas e ineficaces para lograr su objetivo de salvar al planeta, y deberían ser remplazadas por foros regionales.
El plan de acción, que sustenta recomendaciones y objetivos que intentan conciliar el crecimiento económico, la justicia social, la protección del medio ambiente, será aprobado formalmente mañana en sesión plenaria que clausura la conferencia.
Los delegados a Johannesburgo lograron una solución en la disputa sobre los derechos de salud para la mujer, uno de los últimos obstáculos antes de aprobar los dos documentos que serán firmados: el plan de acción y la declaración política.
La delegación de Canadá suavizó su posición de relacionar los derechos de salud con los derechos humanos de las mujeres al aborto y a la anticoncepción, para evitar que algunos estados de Africa y de Medio Oriente los supediten a las legislaciones nacionales y valores culturales o religiosos.
Pero para Astrom, quien encabezó la creación de la primera Cumbre de la Tierra en Estocolmo, en 1972, y la segunda en Río de Janeiro en 1992, este tipo de cumbres "se han vuelto ineficaces, demasiado costosas, producen menos resultados positivos e impiden el desarrollo debido a la necesidad de consenso".
Precisó que el aumento del número de miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a sus actuales 185 países, casi el doble desde el principio de la década de 1970, imposibilita un régimen de consenso, e hicieron que el contenido de los textos se diluyera.
Por eso, sostuvo, es hora de pasar a escalas regionales, donde se reúnan grupos de naciones para resolver problemas específicos en común.
Por otro lado, Astrom declaró que Estados Unidos sólo podría ser llevado al redil del Protocolo de Kyoto para combatir el calentamiento global mediante la fuerza de su propia opinión pública. Precisamente, el primer ministro ruso, Mijail Kassianov, anunció que su país ratificará dicho protocolo en un futuro muy cercano, mientras China y Estonia se unieron a los países que lo han ratificado.
A la posición de Moscú se unió el primer ministro de Canadá, Jean Chrétien, y anunció en la cumbre que presentará antes de fin de año al Parlamento de su país un proyecto de ley para ratificar el texto.
A su vez, el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, propuso un impuesto de 0.1 por ciento a todas las transacciones financieras, orientar la deuda externa de los países pobres o dedicar 50 por ciento de los gastos militares a un fondo de la ONU para el desarrollo, todo lo cual supondría unos 800 mil millones de dólares para erradicar de manera progresiva la pobreza, al tiempo que culpó a Estados Unidos y al Fondo Monetario Internacional (FMI) de la miseria y de la desigualdad del mundo.
En tanto, el presidente de Ecuador, Gustavo Noboa, se sumó a las voces de los países en desarrollo que pidieron la eliminación de los subsidios agrícolas o la apertura de los mercados, esenciales para que los países salgan de la pobreza.
El vicepresidente de Argentina, Juan Carlos Maqueda, denunció las prácticas proteccionistas que atentan contra los principios del comercio internacional y denunció las políticas de ajuste ordenadas por organismos internacionales de crédito, en clara referencia al FMI.