Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 5 de septiembre de 2002
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Política

"šLa batalla sigue y la vamos a ganar!", afirma el senador Manuel Bartlett Díaz

La industria eléctrica, en riesgo de caer en manos de los cárteles de EU: especialistas

La propuesta foxista sigue al pie de la letra el recetario del BM, sostiene Saxe-Fernández

ANDREA BECERRIL

"šLa batalla sigue y la vamos a ganar!" Con esa frase concluyó su intervención el senador priísta Manuel Bartlett Díaz en el foro El proyecto eléctrico del gobierno federal, organizado por Casa Lamm y La Jornada. El público asistente respondió con un prolongado aplauso a esa frase, que resumió la postura de los otros ponentes -el dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), José Antonio Almazán; el investigador de la UNAM, John Saxe-Fernández, y el especialista Fernando de Garay- contra la privatización de la industria eléctrica en México.

Los asistentes preguntaron a Bartlett si existe el riesgo de que el PRI se eche para atrás, y el senador poblano respondió: "Yo confío en que mi partido se mantenga unido, porque está en la declaración de principios no reformar la Constitución y preservar los recursos energéticos".

Bartlett Díaz destacó el trabajo legislativo que lleva a cabo desde hace dos años para evitar la apertura total del sector eléctrico al capital privado, y advirtió que el empecinamiento de Vicente Fox en privatizar se debe a los compromisos que estableció durante su campaña electoral con trasnacionales estadunidenses, como Enron, que ahora le exigen la entrega prometida de la industria eléctrica, el gas y el petróleo mexicanos.

Durante casi tres horas los cuatro ponentes expusieron argumentos históricos, técnicos y políticos para alertar sobre el riesgo que significaría para el país entregar el sector eléctrico a extranjeros, como se plantea en el paquete de iniciativas del presidente Fox.

La apertura sólo garantiza el fracaso

Saxe-Fernández reveló que la propuesta del Ejecutivo federal sigue al pie de la letra "el recetario" del Banco Mundial, organismo que en un afán por "abrirle caminos en México a la poderosa industria del gas y el petróleo de Estados Unidos" no duda en proponer una apertura que garantiza un fracaso similar al experimentado por Argentina.

Especialista en temas de globalización, Saxe-Fernández -coordinador del Seminario sobre Investigación del Desarrollo, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM- explicó cómo las corporaciones petroleras de Estados Unidos han ampliado sus expectativas para abarcar también la generación de electricidad. Dijo que la fusión petroeléctrica multiplica las ganancias de las trasnacionales, y "la codicia tradicional y geoestratégica por el petróleo, el gas y la electricidad de México rápidamente muta en verdadera obsesión. Bajo el influjo de estos poderosos intereses, la acometida contra nuestro sector público se intensifica".

Saxe-Fernández agregó que con la presencia de George W. Bush en la Casa Blanca y la de Fox en Los Pinos, el Banco Mundial parece ya convencido de que el sector energético "está maduro para proceder a su apropiación en favor del empresariado extranjero" e incluso, bajo las presiones del organismo, los recientes gobiernos han puesto en práctica una "privatización de facto".

Los cambios de 1992, que permitieron laforo_lamm inversión privada en el sector, durante el sexenio de Salinas, hasta 2000 se materializaron en 169 permisos para autoabastecimiento, 37 para cogeneración, 14 para producción independiente, uno de exportación y seis de importación, que en conjunto representan cerca de 12 mil megavatios, es decir, la tercera parte de la capacidad total de generación instalada, con una inversión de 6 mil 900 millones de dólares.

En su turno, Fernando de Garay se refirió a la corrupción con la que operan los consorcios trasnacionales, a los que incluso se les considera cárteles de la electricidad, y no es sólo Enron, sino la mayoría de las empresas. Aludió al caso reciente de España, donde las presiones de las compañías eléctricas lograron elevar el costo del servicio, a pesar del compromiso de no hacerlo durante 10 años.

Se refirió también a lo ocurrido en Inglaterra, y al riesgo de que otros gobiernos, los de las trasnacionales, impongan condiciones en los países en que operan. "Si permitimos que esa privatización se dé en México, será irreversible."

El secretario de Trabajo del SME, José Antonio Almazán, habló de otra experiencia negativa, vivida por los propios mexicanos entre 1903 y 1960, cuando empresas privadas tenían a su cargo el servicio eléctrico y provocaban apagones y otras fallas con el propósito de encarecer las tarifas.

Relató la lucha que el SME dio durante 1999 contra la iniciativa del entonces presidente Ernesto Zedillo para privatizar Luz y Fuerza del Centro (LFC) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y aclaró que aunque Fox asegure que su iniciativa va en otro sentido, porque mantiene a las dos empresas públicas, en realidad es el mismo planteamiento.

Aseguró que la intención es quitar a la CFE y LFC los grandes consumidores, es decir, 128 mil usuarios que representan cerca de 60 por ciento de sus ingresos, y dejarlas sólo con el servicio doméstico, lo cual en el corto plazo significaría mandarlas a la quiebra.

Almazán precisó que la lucha del SME no es sólo por defender la materia de trabajo o el contrato colectivo, sino por la soberanía nacional. Dijo que si en 1999 el sindicato reunió 2 millones de firmas en contra de la privatización, ahora esperan lograr 10 millones, además de que continuarán con las movilizaciones. El próximo día 15, el SME participará en una marcha al Zócalo promovida por el PRD.

"Y vamos a marchar también si el PRI o el PAN nos convocan a defender la industria eléctrica", agregó, entre aplausos y gritos de adhesión de los asistentes a ese foro organizado el martes por la noche por La Jornada y Casa Lamm.

El último ponente, el legislador Manuel Bartlett, se refirió a la batalla que desde septiembre de 2000 han dado los senadores del PRI para frenar el embate privatizador del presidente Fox, a quien Enron le elaboró su propuesta energética.

Bartlett aludió a "la gran desfachatez de Fox" de sostener que su propuesta no es privatizadora. Expuso de manera puntual un panorama de las experiencias negativas de desregulación eléctrica en otras naciones, y mantuvo expectante al auditorio, al grado de que al final se llevó un estruendoso aplauso y la pregunta de muchos de los asistentes de cómo organizarse para participar en esa batalla y evitar que Fox entregue la industria eléctrica nacional a las corporaciones estadunidenses.

Respondió la pregunta el dirigente del SME: "Hay un Frente de Resistencia contra la Privatización, en el que se aglutinan organismos de la sociedad civil, y donde tienen cabida todos los mexicanos nacionalistas".

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