viernes 6 de septiembre
de 2002 |
Editorial Contra el centralismo |
En la ciudad de Puebla están
sesionando diputados de casi todos los Congresos locales
del país para crear la Conferencia Nacional de
Legislaturas Estatales. Ayer, durante la apertura de esta
reunión, se expuso que el órgano deberá servir, entre
otras cosas, para enfrentar el centralismo que priva en México
y que impide a los poderes legislativos de las entidades
incidir en las políticas públicas del ámbito federal o
modificar los acuerdos asumidos en el Congreso de la Unión. Uno de los problemas políticos más graves que ha sufrido el país ha sido el del centralismo, que llevó a que la mayor parte de las decisiones estratégicas en materia de políticas públicas sean dictadas desde la capital del país, ya sea por el Poder Legislativo o el Ejecutivo, marginándose a los estados. Esto ha impedido que haya un desarrollo regional armónico. El florecimiento pleno de la incipiente democracia que vive el país demanda no sólo que exista una independencia real entre los tres poderes de gobierno, sino que el federalismo sea una realidad no sólo para el Ejecutivo, sino para el Poder Judicial y el Legislativo de cada entidad. En el caso de las diputaciones estatales, tener la facultad para legislar sobre las políticas públicas es indispensable, pues son los representantes populares quienes tienen mayor conocimiento de la problemática en cada localidad y, por tanto, pueden aportar las mejores soluciones para resolverla. El centralismo ha provocado, entre otras muchas cosas, que se pierda la noción de la conformación real del país, en la cual los congresos locales son parte del Poder Legislativo federal. |