Bill Viola y Peter Sarkisian figuraron entre
los invitados más relevantes
Concluye Vidarte en medio de una disputa por la naturaleza
del festival
Los artistas se dicen desplazados por el ''protagonismo''
de Dolores Creel
''Ellos quieren mi cabeza'', expresa la funcionaria
del CNCA y directora del encuentro
RENATO RAVELO
Envuelto en una polémica con la comunidad de videoartistas,
con asistencia de cerca de 10 mil visitantes -que duplicó las estimaciones
de los organizadores- y con fuertes críticas a la museografía,
hoy culmina Vidarte 2002, festival en el que según su directora,
Dolores Creel, sí se consiguieron los objetivos, pese a las ''traiciones".
La también titular de la Unidad de Proyectos Especiales
del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) considera que podría
volver a trabajar con ''casi todos" los involucrados en el conflicto, que
se inició a un mes de haberse inaugurado el encuentro, surgido a
raíz de la invitación al videoartista estadunidense Bill
Viola.
Dolores Creel prefiere llamarlos ''grupo". Se trata de
quienes fueron sus colaboradores y decidieron renunciar al festival: Priamo
Lozada, curador y museógrafo; Ricardo Nicolayevsky, director artístico;
Andrea Stavenhagen, de prensa; Rodrigo Fernández, de producción
editorial; Jessica Mena y Luis Sierra, de producción.
El argumento de ellos fue que el festival había
desvirtuado su objetivo, por lo que hicieron públicas sus renuncias.
Al consultar a Lozada, éste remite a una dirección en Internet
en la que se documenta el caso en notas periodísticas y cartas.
Entre desmentidos e insinuaciones con tintes políticos, el argumento
central es que con Creel carecían de autonomía y hubo un
desacuerdo por la manera en que se dirigía Vidarte 2002.
Retiro de obras
En
la página hay cartas de apoyo nacionales y extranjeras, así
como otras seis de participantes del concurso en las que anuncian el retiro
de su obra por estar en desacuerdo con la directora de Vidarte. El primero
en hacerlo, Alfredo Salomón, explica en entrevista: ''Somos una
comunidad pequeña, no pasamos de 60, pero consideramos que la idea
del festival es bastante caduca. La comunidad fue desplazada por el protagonismo
de Creel. Consideramos que ese encuentro debe volver a existir como proyecto
apoyado por el CNCA, pero con un colegio de artistas que decidan".
Para Creel fue un error aceptar las condiciones de Lozada
para ser museógrafo y curador ''argumentando su experiencia anterior".
De Nicolayevski, señala, respeta su trabajo. En su opinión,
Lozada ''quería dirigir el festival. El conflicto empezó
cuando le pedí que invitara a Bill Viola y me dijo que lo hiciera
yo. Luego, a un mes de iniciar el festival no habían llegado los
materiales que como curador le tocaba seleccionar; tuve que ir a Estados
Unidos", argumenta Creel. Peter Sarkisian, por cierto, uno de esos invitados,
fue una de las presencias más celebradas.
Para Creel ''no se deja un mes antes un proyecto. Eso
es una traición", en tanto que para ''la comunidad, la funcionaria
no sabe la diferencia entre hacer video y televisión, como lo que
hace en la Unidad de Proyectos Especiales", en opinión de Salomón,
quien considera que debido al conflicto ''no hubo intercambio entre los
50 invitados y la comunidad, que se da normalmente en el plano informal".
Al respecto, Creel responde: ''Había dos conferencias
y tres mesas redondas diarias, quien deseara acercarse lo podía
hacer". Defiende su decisión de traer a Bill Viola: ''Su idea de
comunicación entre todos los seres humanos nos permite conocer el
arte. Es un personaje comprometido con sus temas: familia, nacimiento,
muerte, resurrección, aspectos espirituales. Es muy narrativo, en
eso difería Priamo".
Jóvenes ''desconocidos''
En reunión pública celebrada el jueves,
el crítico Edgardo Ganado Kim fue severo con el festival: ''El sentido
de cómo se tiene que distribuir el video fue mal estructurado. Abusaron
de las cajas. No hubo señalización". Sin embargo, señaló
que no se debió permitir que la misma persona hiciera las funciones
de museógrafo y curador, pues ''son dos cosas diferentes". Creel
defendió la idea de las cajas: ''Así se utilizan en el Museo
Guggenheim", aunque reconoce que debió separar las funciones.
Su experiencia en video, explica, la inició a los
20 años en la India, donde permaneció durante siete años;
sus trabajos eran sobre yoga y danza.
En su opinión el ejercicio de los 7 millones de
pesos de Vidarte (una mitad fue aportada por Televisión Azteca y
la otra el CNCA) fue correcto y pronto se notará ''en una exposición
importante".
La reunión que sostendrá Dolores Creel con
videoartistas y Sara Bermúdez, titular del CNCA, este lunes, no
tiene para la primera mucho sentido: ''Ellos quieren mi cabeza". Lo dice
sin preocupación, cansada de haber resistido la tempestad, que este
sábado culmina con la premiación -ninguno de los renunciantes
va a participar, por cierto- en las categorías de videoarte y multimedia.
Y reconoce: ''Yo hubiera preferido que fueran más
categorías, como video documental, pero ellos ya habían decidido".