El noticiario llega a un año de emisiones
por Canal 22
Mantener la inteligencia y la dignidad, reto de Luz
verde
''Nuestras propuestas ocurren en canchas inusitadas''
Hoy se abordará La guerra secreta II,
con Friedrich Katz
PABLO ESPINOSA
El noticiario cultural Luz verde cumple un año.
La efeméride abre la posibilidad de una reflexión pública
acerca de la pertinencia de la televisión cultural, sobre todo en
momentos en que el gobierno anuncia entre sus cambios una nueva mentalidad
que mira hacia lo gerencial, la ''autonomía financiera", en detrimento
de la cultura.
En la mesa de debates se ha puesto, entonces, un abanico
de temas: el rating, las ''caras bonitas", el concepto de show,
la rentabilidad, el respeto a la inteligencia del espectador y el ofrecer
programaciones de baja exigencia intelectual ''por que el público
así lo pide", entre otros.
José
Gordon y Guadalupe Alonso ejemplifican el modelo de profesionales que ejercen
sus tareas a pesar de la tendencia dominante hacia lo complaciente, lo
fútil, lo antintelectual. Por el contrario, el alto prestigio de
estos periodistas se refrenda con la retroalimentación de un público
creciente y crítico, cada sábado y cada lunes por la noche,
cuando se transmite Luz verde por Canal 22 y que hoy aborda el tema
de La guerra secreta II, con el historiador Friedrich Katz, en el
contexto del primer aniversario, a su vez, del 11 de septiembre.
Abrevar en la cultura popular
En uno de los recesos de la programación de su
noticiario, Guadalupe Alonso y José Gordon concedieron la siguiente
entrevista a La Jornada:
-¿Qué busca alumbrar Luz verde?
-Luz verde es un suplemento cultural electrónico,
televisivo, que busca iluminar los puentes entre la imaginación
y la realidad, los vínculos del arte y la ciencia con la vida cotidiana.
José Gorostiza decía que había escuchado gente que
citaba frases de Shakespeare, sin saberlo. En efecto, no habían
leído a Shakespeare, lo que ocurría es que el poeta inglés
había abrevado en la cultura popular, en un pensamiento que nos
pertenece a todos y que el artista tiene la capacidad de articular con
maestría. En Luz verde nos interesa explorar la relación
entre lo que el arte propone en un escenario y lo que vivimos fuera del
escenario. Con esta mira hemos entrevistado a destacados creadores nacionales
y extranjeros. Hablamos, por mencionar sólo a algunos, de Francisco
Toledo, Carlos Monsiváis, José Agustín, Diana Bracho,
Vicente Rojo y Vicente Leñero; por otra parte, Ute Lemper, Zubin
Mehta, Elie Wiesel, Philip Glass, Juan Goytisolo y Nélida Piñón.
-Al cumplir un año al aire, ¿han identificado
a su público?
--Un año de transmisiones es muy significativo
en términos de posicionamiento de un programa. Desarrollamos una
propuesta de periodismo cultural que va al encuentro de la belleza, el
arte y la imaginación en canchas inusitadas: la inteligencia del
humor con Andrés Bustamante; el laberinto de nuestra identidad a
través del futbol con el Vasco Aguirre; el lenguaje de la
corrupción; la zoología del machismo; la revolución
en la lucha contra el cáncer; erotismo y literatura; los autores
ante la reforma fiscal; las tendencias de los jóvenes narradores;
el arte ante el terrorismo; temas de novelas y ensayos: el narcotráfico,
los crímenes seriales, el nazismo en México, la polémica
en torno de la imagen de Juan Diego. Este trabajo de investigación
nos ha permitido conectarnos con un público más amplio, mostrar
que la cultura no es una realidad aparte. Llegamos por igual a los conocedores
que a los que desean conocer.
Buenos ratings
-La amenaza neoliberal que lanza el régimen contra
todo lo que sea cultura, ¿ha llegado a Luz verde en forma
de rating?
-Ahora se habla más de ratings y ciertamente
nos importa llegar a más personas, pero nuestro interés primordial
es mantener la dignidad e inteligencia de lo que proponemos. Canal 22 no
nos ha presionado, pero cabe mencionar que hemos tenido buenos resultados
en términos de aceptación del público, con buenos
ratings para una televisora cultural. La amenaza neoliberal más
bien llega en la forma del recorte de recursos que afecta a todos, incluido
el sector cultural. Llega en la forma del desinterés de quienes
no valoran la importancia de ese quehacer. Habría que considerar
que la televisión pública representa un servicio para la
sociedad. Un canal cultural podría concebirse como una biblioteca
multimedia de gran alcance, cuyo acervo posibilita una educación
informal, estimulante y atractiva.
-¿Debe ser rentable el espectáculo de la
inteligencia?
-No hablamos de un reality show de la inteligencia,
pero la verdad es que una buena novela es apasionante y eso a veces se
desconoce por los estereotipos creados en torno de lo cultural como sinónimo
de aburrido. Lo ideal es la autosuficiencia, pero para ello hay que crear
públicos y esto toma tiempo. De lo que estamos seguros es que estos
esfuerzos rinden frutos en términos cualitativos y que la creación
de nuevos públicos atraerá más patrocinadores de la
cultura, además del Estado. Lo importante es un trabajo sostenido
y coherente que resuene con la imaginación individual y colectiva,
dar luz verde al pensamiento, al arte y la poesía.