Amelia Domínguez q En
la Amazonia peruana existe una planta sagrada con
principios psicoactivos que, mezclada con otros
elementos, produce estados de conciencia elevados que
pueden llegar hasta los niveles intrauterinos, expresó
el investigador Heber Escalante Díaz durante su
participación en la VIII Semana de la Cultura Indígena.El
principio activo de esta planta se denomina hermina, la
cual al ser mezclada con otras plantas, proporciona al
paciente que la ingiere un estado de purificación, un
despertar de la conciencia, una gran lucidez mental que
hace revivir los procesos traumáticos de la infancia,
tanto positivos como negativos, haciéndole gozar o
sufrir.
Ingerida bajo la guía de un maestro, un médico
tradicional, se puede acceder a un proceso alterado de
conciencia que provoca un análisis profundo y
desordenado, que luego se vuelve lógico, sobre lo que
fue su vida, lo que debió ser, lo que es y lo que no
debe ser. Explicó que una de las imágenes que se le
presenta a quien la toma es una serpiente multicolor, que
"es el hijo de la ayahuasca".
El estado de hipersensibilidad a que conduce esta planta
a quien la ingiere le permite al médico tradicional
diagnosticar de manera más efectiva la enfermedad,
aunque la ayahuasca no sólo cura -embrujamiento, mal de
ojo, drogadicción y alcoholismo-, sino que inclusive con
ella se puede prever el futuro, aseguró Escalante, filósofo
de profesión y alumno del maestro Muñoz, un médico
tradicional peruano.
El mundo del médico tradicional es un mundo de objetivos
positivos y de un afianzamiento tremendo de nuestros
valores íntimos y sociales, añadió. Cortar la
ayahuasca, que tiene forma de un bejuco trepador,
requiere efectuar un rito. La persona que la va a cortar
la "icarea", es decir, le canta y le pide
permiso para cortarla. Si la planta quiere conversación
o da permiso, se le da el primer machetazo, si no,
solamente permitirá que se le corte un trozo.
Para cortarla completa es necesario trepar 40 o 50 metros
en el árbol en donde se enreda. Luego de cortada se mete
en sacos y se transporta con respeto, lo mismo que al
cocinar los remedios, se le debe echar humo de tabaco.
En entrevista, Escalante Díaz comentó que las
comunidades de la selva amazónica peruana protegen a sus
plantas, y no fácilmente revelan el conocimiento de cómo
prepararla. Sin embargo, estadounidenses y franceses han
establecido organizaciones no gubernamentales en donde
realizan prácticas curativas utilizando estas plantas y
cobran los tratamientos que son brindados.
Destacó que los efectos que produce la ayahuasca son
similares a los que origina la ingestión de hongos, en
la sierra mazateca de Oaxaca, o el peyote, con la
particularidad de que la planta peruana es unas cinco o
seis veces más potente, aunque son prácticas diversas
que habría qué considerarlas en su contexto cultural y
religioso, pues persiguen finalidades complementarias.
Precisó que la finalidad de su conferencia, Práctica de
la medicina tradicional ayahuasca en Perú, es la de dar
a conocer estas prácticas, que efectúan los indígenas
takihuasi e ikitos, buscando que no se desvirtúe su uso,
pues si se saca de su contexto cultural y religioso, es
simplemente un alucinógeno.
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