Una intervención unilateral en Irak podría
afectar los consensos antiterroristas, advierte
México insiste en la ONU en una acción
multilateral mediante Naciones Unidas
La decisión final, ahora en manos de países
permanentes y rotatorios del Consejo de Seguridad
¿También serán atacados otros países
que tienen armas sofisticadas?, pregunta legislador de EU
DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES
Nueva York, 13 de septiembre. México de-claró
hoy en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas
(ONU) que toda respuesta a la situación de Irak debe realizarse
por conducto de este organismo y su Consejo de Seguridad, y no por vía
unilateral, pero no aclaró si acepta las condiciones y objetivos
marcados por Estados Unidos, en particular sobre el derrocamiento del régimen
de Saddam Hussein.
"La única vía de acción legítima
debe basarse en un enfoque multilateral que privilegia el acuerdo y la
acción colectiva en beneficio de la comunidad internacional", ma-nifestó
el gobierno mexicano.
Así, "refrenda su compromiso con la vigencia del
sistema de seguridad internacional que otorga al Consejo de Seguridad de
la ONU la responsabilidad de mantener la paz mundial".
El gobierno mexicano advirtió que "una acción
militar unilateral y sin previa consulta al consejo socavaría los
cimientos de la nueva arquitectura de seguridad internacional y podría
afectar los consensos en favor de la lucha contra el terrorismo internacional".
La posición mexicana fue presentada por el secretario
de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda, quien agregó
que su gobierno considera que el Consejo de Seguridad debe actuar con base
a los principios de la Carta de la ONU "como la solución pacífica
de las controversias".
Afirmó que México considera al Consejo de
Seguridad como la "instancia privilegiada para adoptar las medidas necesarias
que permitan alcanzar una solución duradera" a la cuestión
de Irak.
"Por ello -añadió- valoramos el discurso
pronunciado ayer por el presidente Bush al dar un reconocimiento a la importancia...
del debate y decisión colectiva sobre el rumbo a tomar respecto
de Irak".
Condena al incumplimiento
Al
mismo tiempo, señaló Castañeda, "condenamos inequívocamente,
como lo ha hecho la mayoría de las naciones, el continuo incumplimiento
por parte de Irak de las resoluciones de ese órgano", e insistió
en "que ese país cumpla inmediatamente y sin condiciones las resoluciones
del consejo sobre el retorno de los inspectores de la ONU".
Pero también recordó que hay otros países
que no han cumplido las resoluciones de la ONU en "otros momentos y otras
latitudes".
También se dijo que México buscará
que el cumplimiento o no de Irak de las resoluciones sea evaluado sobre
la base de información más amplia y clara acerca de la verdadera
capacidad armamentista
de ese país, de sus intenciones y capacidades de
uso de armas, y una decisión colectiva entre los miembros del Consejo
de Seguridad y otros directamente involucrados sobre qué hacer en
caso de incumplimiento por parte de Irak.
Con esta presentación, un día después
del discurso de Bush, México se sumó al aparente consenso
internacional de que Estados Unidos debería actuar ante Irak sólo
mediante la ONU y evitar la "tentación de la acción unilateral",
como afirmó el canciller de Francia, Dominique de Villepin.
Sin embargo, México y otros países que han
hablado ante la Asamblea General después del discurso de Bush no
han tocado de forma directa el tema más espinoso del debate: cómo
formular una resolución que no se preste, ni apoye, el objetivo
final de Estados Unidos.
Bush no pudo ser más claro al marcar este objetivo,
al declarar ayer que deshacerse del líder iraquí es "una
gran causa moral, y un gran objetivo estratégico".
Algunos diplomáticos han insistido, como el canciller
francés, en que "legitimar un cambio de régimen creará
una inestabilidad sin fin en el escenario internacional", y preguntó
quién decidiría cuál régimen es o no aceptable.
Por otro lado, los alemanes han reiterado que no participarán
en ninguna guerra, con o sin aprobación de la ONU, contra Irak.
Pero ahora la bolita está en la cancha del Consejo
de Seguridad de la ONU y sus 15 miembros, entre ellos México.
La próxima etapa del conflicto entre Estados Unidos
e Irak se definirá allí, y hoy el secretario de Es-tado,
Colin Powell, se reunió con los representantes de los cinco países
miembros permanentes para iniciar el cabildeo de una resolución
al gusto de Washington.
Anoche un alto funcionario estadunidense comentó
que lo que busca el gobierno de Bush es "una resolución que, por
lo menos inicialmente, deje claro que Irak está en violación
(de las resoluciones anteriores de la ONU); que Bagdad tiene que hacer
algo al respecto, y que deje claro que si no lo hace habrá consecuencias".
La posición de México ante los deseos expresados
por Estados Unidos, más allá de la insistencia de la ONU
como único canal para la acción internacional contra Irak,
todavía está por definirse.
"En este momento no podemos tomar una posición,
ni tomar una decisión, precisamente porque se carece de información",
declaró hoy el presidente Vicente Fox al diario New York Times.
"En verdad es sumamente im-portante conocer cuáles
son las ac-tividades de Irak en torno al terrorismo, en torno a las armas
de destrucción masivas.... Para mí, y para México,
necesitamos primero mu-cha información, mucha objetividad y reflexión
profunda, y entonces podremos dar una opinión".
Fox subrayó que "éste es un asunto que debería
canalizarse por medio del Consejo de Seguridad de la ONU", y añadió
que "las consecuencias de un ataque sobre Irak no son predecibles. Me parece
que tendría efectos muy amplios a escala global sobre muchas cosas
y tendría efectos muy amplios sobre asuntos bilaterales y temas
en la agenda de América Latina".
Todos entienden que el poder real de la ONU reside en
el Consejo de Seguridad, y que dentro de esa instancia de 15 miembros la
decisión está en las manos de los cinco miembros permanentes
(Es-tados Unidos, Francia, Rusia, Gran Bretaña y China). Sin embargo,
el consejo intenta funcionar por consenso (o por lo menos proyectar esa
imagen) más que sobre mayoría (los cinco permanentes son
los únicos con poder de veto).
Aquí existe el espacio de influencia para los 10
países no permanentes (rotatorios por un periodo de dos años),
entre los cuales se habla de que tres podrán presentar más
dificultades al gobierno de Bush en su esfuerzo contra Irak: México,
Siria y Noruega. Las otras naciones no permanentes son Co-lombia, Irlanda,
Mauricio, Singapur, Bulgaria, Camerún y Guinea.
Según fuentes de la ONU, los elementos que están
bajo consideración en una resolución deberán in-cluir
una especie de demanda para que se cumpla con resoluciones previas en torno
al desarme de Irak y, según el secretario general Kofi Annan y casi
un consenso total, permitir el reingreso de los inspectores.
El gran nudo de esto es cómo se formulará
la resolución si Irak no cumple con estas mínimas condiciones,
y si se definirá alguna autorización para el uso de fuerza;
o sea, hablar explícitamente de una intervención militar
en el país.
No lo ven ni lo oyen
Mientras, el representante demócrata liberal Dennis
Kucinich ha insistido en que Bush aún no ha presentado pruebas para
sostener sus acusaciones de que Irak es una amenaza inmediata con armas
de destrucción masiva, y ha preguntado por qué sólo
Irak, ya que hay una decena de países con capacidad para usar estas
armas, y si eso implica que Estados Unidos lanzará una guerra contra
todos esos.
Paul Krugman, columnista del New York Times, dice
que la Casa Blanca ha cambiado tantas veces su justificación para
lanzar una guerra contra Irak que provoca serias dudas sobre intención
real.
Primero, recordó, se dijo que Hussein podría
ser uno de los autores del 11 de septiembre, luego se le acusó de
los ataques con ántrax, después que está al borde
de obtener armas nucleares y es un "hombre malvado", todo lo cual indica
que, para Bush, es "una obsesión en búsqueda de una justificación".
Ahora le toca a México y a los otro 14 miembros
del Consejo de Seguridad evaluar esto y decidir si la ONU se subordinará
al ultimátum de Bush, o si buscará negociar una resolución
que exprese sus re-servas e imponga limitaciones ex-plícitas al
objetivo "estratégico" de Washington de deshacerse de Saddam Hussein,
o si demuestra cierta autonomía y se apega de forma estricta al
mandato de usar todos los caminos para buscar la resolución pacífica
del conflicto, arriesgando con ello, claro, que Washington declare que
esta instancia ahora es "irrelevante".