Recibí información incompleta sobre los supuestos pagos en exceso a Publicorp, dice

En la acusación a Robles caí en una trampa: Alazraki

MIGUEL ANGEL VELAZQUEZ

En este país, "cuando un medio no tiene noticia, la inventa". En lo que él llama el affaire Robles-Alazraki, donde el publicista acusó, en una entrevista publicada en un medio impreso a la ex jefa de Gobierno de la ciudad de México de haber pagado con exceso a la empresa Publicorp la realización de una serie de anuncios en video, Alazraki asegura que sí se le consultó, pero que se le proporcionó ''información incompleta. Eso pasó".

El mea culpa de Carlos Alazraki trató, entonces, de romper una complicidad de la que no quiere hacerse cargo: "Sí claro, me engañaron; caí en una trampa, ese fue mi error".

A la izquierda de Rosario Robles, con el nudo de la corbata flojo y jugando con un puro entre los dedos, Carlos Alazraki asegura que al verter una opinión en contra de la actual presidenta del PRD, quienes le consultaron no le dieron la información completa: "Juzgué sin tener todas las bases: compré un boleto que no era mío".

El cuadro llama la atención. En un restaurante de la Zona Rosa, justo en la esquina más visible del salón principal, el publicista y la política comparten los platos de la cocina vasca que allí se sirve.

"Me equivoqué"

Y qué, Ƒno eran enemigos políticos? Intercambian miradas, y Alazraki comenta que su opinión sobre Rosario Robles cambió radicalmente desde que la conoció y que el famoso affaire fue gaje del oficio: "eso me pasa por hablador", concede el publicista.

"Yo estoy seguro de que me equivoqué por haber tomado partido sin tener todos los datos y, sobre todo, porque no conocía a Rosario. Desde que la conocí cambió mi impresión. šQué bueno!"

No obstante, aún quedan interrogantes. En un hombre dedicado a medir los pasos, las declaraciones, la imagen de los políticos, no parece creíble una declaración sin fondo, sin intención.

"Que quede muy claro: a mí no me pagan para dañar a políticos. Jamás pensé en hacer un daño. Yo soy gente del sector privado y Alazraki y Asociados nunca va a dejar de ser una agencia de la iniciativa privada; entonces sí, soy polémico; hablador, sí; pero mi negocio es otro, no el de dañar a quienes se dedican a la política".

Y, Ƒcómo explicarle a la gente lo que pasó en realidad? El publicista apura el trago de café exprés, mientras la ex jefa de Gobierno lo mira con la cara metida entre las palmas de las manos.

"Voy a decir lo que pasó, haciendo una analogía: muchas veces hay medios de comunicación que son amigos y nos hacen consultas. A (Ignacio) Burgoa le consultan todo lo que trata sobre leyes; en cosas de publicidad o de comunicación le consultan a Alazraki. Alazraki recibió la consulta con la información incompleta, que no sabía que era incompleta, y Alazraki da su opinión.

"Di mi opinión, pero obviamente nunca con intención de dañar; o sea: te preguntan cuánto vale, te late o no te late y se acabó. Yo no me imaginé toda la jiribilla que había detrás.

"Me volvieron a preguntar y se hizo más grande porque, desgraciadamente, en este país cuando no hay noticias las inventamos, y como en esa época (hace más de un año) no había nada, se calentó más el affaire.

"Entonces siguió pasando y siguió pasando, hasta que yo dije: 'Alazraki, ya párale, Ƒqué no sabes en lo que te estás metiendo? Ni conoces a la Robles; la Robles ya te está mentando la madre y estás armando un desmadre que no vale la pena', y entonces fue cuando se paró; se paró de tajo y aún no conocía a Rosario.

"Después Rosario y yo coincidimos en la oficina de un amigo y él me la presentó. Ahora somos amigos y de hecho mi opinión es otra. Para mí es un asunto olvidado. De hecho, la consecuencia de todo esto es que tuve una demanda de Publicorp, una demanda que ya gané, pero que no quiere decir que ellos no vuelvan a demandar en la apelación".

Hay insistencia en los daños hacia la imagen política de Rosario Robles, pero el publicista que estuviera a cargo de la campaña publicitaria del candidato perdedor del PRI a la Presidencia de la República, Francisco Labastida, esquiva los comentarios. "Yo creo en los hechos, los hechos demuestran todo".

"Ya al final de cuentas está comprobado que Rosario Robles no hizo nada; está comprobado: están los papeles. Todo lo demás es chisme y a quienes no se les olvida me dan un poquito de güeva. Hay cosas más importantes.

"Lo tengo que decir así: no hice las declaraciones con la intención de dañar. Nunca vi hasta dónde podían llegar las consecuencias. Hoy lo que tengo que decir de Rosario son dos cosas: es un encanto como ser humano y me cae súper bien. Súper bien, y eso se lo digo a los ojos y le deseo que tenga mucho éxito, porque México necesita una buena izquierda, que no tiene. ƑOquei?"