El gobierno confía en que no habrá paro en la paraestatal, dijo el titular de Hacienda
Gil: no hay plan ante huelga en Pemex
Evadió comentar la posible derogación del decreto que ordenó el alza de tarifas eléctricas
ANTONIO CASTELLANOS Y ANDREA BECERRIL
El secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, señaló ayer que el gobierno federal no tiene un plan de emergencia frente a la revisión salarial de los trabajadores petroleros porque confía en que no estallará la huelga en Petróleos Mexicanos (Pemex). Asimismo, evadió aclarar su posición sobre la derogación del decreto por el que se incrementaron las tarifas eléctricas, pese a que éste fue un reclamo generalizado de los senadores, incluidos los del Partido Acción Nacional (PAN).
Durante su comparecencia de más de cuatro horas ante comisiones del Senado de la República, Gil Díaz fue severamente cuestionado por legisladores de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), quienes echaron abajo las cifras optimistas que presentó el presidente Vicente Fox en su Informe de Gobierno y que ayer repitió el titular de Hacienda.
No hay crecimiento, no hay empleo y aumenta el empobrecimiento. Simplemente no hay rumbo en la conducción económica, recalcaron priístas y perredistas.
Fue al final de la comparecencia cuando relució el tema de la posibilidad de que Pemex se paralice. Se lo preguntó el senador del PRI, Oscar Cantón Zetina, y Gil Díaz sólo respondió: ''Tengo confianza en que va a haber responsabilidad en todas las partes afectadas y que la huelga no va a suceder''.
El legislador no quedó contento con tan escueta contestación e insistió: ''No deseamos que estalle la huelga, queremos que se respeten los derechos de los trabajadores, pero si estalla, Ƒno hay un plan económico nacional de contingencia, o ese día vamos a salir corriendo a ver qué hacemos? Perdóneme la terquedad, pero eso es de lo que está hablando la gente y yo le rogaría su opinión''.
En cuanto a la huelga ''le repito lo que le dije: no va a suceder. Tenemos un sindicato y líderes responsables y eso no se va a dar. Y en el gobierno también confiamos en que vamos a llegar a un arreglo laboral satisfactorio''.
Cantón Zetina también le pidió que de manera clara le precisara si estaría a favor de derogar, como lo ha solicitado el Senado, el decreto que eliminó los subsidios al consumo eléctrico y que ha afectado a cerca de 50 por ciento de los mexicanos, sobre todo a los de menores ingresos.
No hubo definición y Gil Díaz pasó por alto esa interrogante, postura que fue recurrente a lo largo de toda la comparecencia, pese a que senadores de todas las fracciones insistieron en varias ocasiones sobre el tema. Primero fue el senador del PAN, Héctor Larios, quien hizo notar al funcionario que pese a que en el decreto del 7 de febrero el gobierno federal aseguró que no se afectaría a 75 por ciento de los ciudadanos, en realidad se les lesionó con incrementos significativos, por lo que le demandó la corrección urgente de las tarifas eléctricas, e incluso la derogación del decreto.
Gil Díaz respondió que el problema es que se requiere una reforma eléctrica urgente, no para privatizar, pero sí para complementar los recursos públicos con particulares. Comentó que las tarifas en algunas zonas cálidas pueden ser atenuadas si se mejoran los equipos de aire acondicionado y se instalaron refrigeradores nuevos, lo que permitirá consumir menos.
El panista le replicó que para una familia de clase media, con un ingreso de 15 mil pesos, pagar un recibo de luz de 2 mil 500 es un fuerte sacrificio.
Los legisladores insistieron en el tema. Laura Alicia Garza le hizo notar que en todos los estados del norte se traen a la CFE ''a pedradas'' por esa decisión de eliminar los subsidios, que es responsabilidad de Hacienda. Igualmente, el perredista Juan Moisés Castro y el priísta Oscar Lubbert le exigieron que definiera si está dispuesto a apoyar la derogación del decreto.
Gil Díaz fue evasivo: ''La pregunta que nos debemos hacer es cómo vamos a financiar a la CFE, cómo financiar sus requerimientos de inversión y cómo lograr al mismo tiempo la racionalidad en el consumo".
Sobregiro del IMSS
Los senadores fueron abandonando la comparecencia, mientras Gil Díaz seguía defendiendo su política hacendaria e incluso rechazó que se hayan recortado recursos a las instituciones de seguridad social, como se lo señaló el senador del PRI Miguel Angel Navarro. El secretario de Hacienda sostuvo que tanto en el ISSSTE como en el IMSS existe sobregiro en el gasto. En este último el exceso de gasto administrativo asciende a 4 mil 600 millones de pesos, que pueden llegar a 10 mil millones al cierre de 2002.
Insistió en que donde no ha habido respeto para la disciplina presupuestaria, los problemas se han multiplicado. No sólo no se recortó presupuesto al Seguro Social, sino que se le sugirió ahorro en aquello que no tiene que ver con atención a derechohabientes, pero el IMSS no ''ha sido capaz de ello''.
Otro tema que sacaron a relucir los priístas Dulce María Sauri y Raymundo Gómez Flores fue el de los gastos excesivos de la Secretaría de la Contraloría, porque ''vemos que lejos de dar resultados apropiados o esperados por la sociedad, está traspasando fronteras que pueden llegar a poner en peligro realmente la estabilidad del país''.
El funcionario respondió que el presupuesto de la Secodam, sumando las contralorías internas de cada dependencia, llega a 6 mil millones de pesos, aunque prometió hacerles llegar la cifra exacta.