REPORTAJE /DESCENTRALIZACION
DE LA VIDA LITERARIA EN LA ISLA
A diferencia de otros países, la actividad trasciende
su capital
El auge de la lectura en Cuba se extiende por toda
la isla
La otrora boyante producción editorial en Cuba
se vio deprimida por la crisis económica del llamado ''periodo especial'',
a principios de los años 90, circunstancia que de forma paradójica
ha tenido un efecto secundario de signo positivo e inesperado: la descentralización
de la vida literaria en la patria del prócer José Martí,
Nicolás Guillén y Alejo Carpentier
ARTURO GARCIA HERNANDEZ ENVIADO
La Habana. La crisis económica que asoló
Cuba a principios de los años 90 -identificada como el ''periodo
especial"- y que deprimió su otrora boyante producción editorial
que, paradójicamente, a la larga ha tenido un efecto secundario
positivo e inesperado: la descentralización de la vida literaria
cubana.
Antes, La Habana concentraba las condiciones y oportunidades
para publicar y hacer ''vida social literaria". Explica la investigadora
Aída Bahr que durante mucho tiempo se dio una especie de ''éxodo
masivo" de escritores hacia la capital cubana, donde ''había más
opciones, más intercambio de información, más actividades
que podían nutrir al escritor". Esa dinámica fue drásticamente
interrumpida por el periodo especial que -junto con el bloqueo comercial
estadunidense- agudizó las carencias en la isla.
La Habana ya no pudo sostener a todos los autores que
llegaban de provincia; ante la reducción de oportunidades y de empleos
para ellos, por ''pura sobrevivencia" la mayoría tuvo que permanecer
en su lugar de origen o regresar a él.
Compromiso con la palabra
Directora
de Editorial Oriente y de la revista Sic, ambas de Santiago de Cuba,
Aída Bahr afirma que el freno a la emigración de escritores
hacia la capital se tradujo en la activación de varias ciudades
de provincia como prolíficos e interesantes centros literarios.
Ahora, ''el que viene y sólo conoce La Habana se queda con una idea
muy reducida de lo que es Cuba". Esto incluye su vida literaria.
''Hay varias provincias -expone la académica- que
son núcleos muy interesantes de escritores. Hay, por ejemplo, un
núcleo de narrativa muy fuerte en Las Tunas; en Olguín hay
uno muy importante de poesía, y en Camagüey se concentra un
grupo de escritores que, incluso, vivieron en La Habana y ahora han regresado".
En todos los casos, se trata de autores consolidados con obra lograda.
Entre los autores de provincia, sobre los que Bahr invita
a poner atención (''de los que he leído, son los que me gustan")
figuran Jorge Luis Arzola (Jatibonico, 1966) y Alberto Garrido (Santiago
de Cuba, 1966), ambos pertenecientes a la llamada generación de
los ''novísimos". Aunque el primero, autor de los cuentos El
pájaro sin cabeza (1991) y Prisionero en el círculo
del horizonte (1994), hoy prefiere deslindarse de los ''novísimos''
y situarse dentro de ''una especie de costumbrismo literario" con intención
de ''universalidad" y se define como uno ''de los muy poquitos" que retratan
el actual mundo campesino cubano, según dijo en una entrevista con
El caimán barbudo.
Garrido -Premio Casa de las Américas 1999 de cuento
con El muro de las lamentaciones- asume el tratamiento del lenguaje
como su principal preocupación de escritor. Entrevistado por la
revista cultural Quehacer, de Las Tunas, afirmó: ''Para mí
es un vicio, una manía. Flaubert hablaba de encontrar la palabra
precisa. A mí me molesta un poco el descuido de algunos escritores
contemporáneos. Porque, ¿qué es un escritor sino un
pastor de palabras? Uno está limitado por nuestro pobre surtido
de palabras, y nuestro oficio es alumbrar con ellas las tinieblas. Cada
palabra tiene un poder increíble. Y yo no tengo ni quiero tener
otro compromiso, sino con la Palabra."
Pueblo chico, infierno grande
Otro escritor de provincia -de los muchos dignos de mención-
es Guillermo Vidal (Las Tunas, 1952), a quien la crítica Daisy Cué
se refiere (revista Sic númedro 15, julio-agosto-septiembre,
2002) como ''un nombre imprescindible desde hace más de una década
en la narrativa cubana actual".
Vidal es autor de la novela Ella es tan sucia como
sus ojos, de reciente publicación, que llama la atención
porque no tiene a La Habana como telón de fondo de la historia narrada.
Situada en la ciudad de Las Tunas, la novela sorprende al lector foráneo
no sólo por su audacia formal y estilística sino por ofrecer
una perspectiva poco frecuente de la Cuba de hoy.
Desde un microuniverso social local, Ella es tan sucia
como sus ojos proyecta sueños, miserias y frustraciones de una
sociedad.
Describe Daisy Cué: ''La novela, editada en la
colección Heredia (de editorial Oriente), parece demostrar cuánto
hay de cierto en el proverbio 'pueblo chiquito, infierno grande', al convertir
a la aparentemente apacible ciudad tunera en hervidero de pasiones incestuosas
y crímenes pasionales (...)"
Villa Clara, notable desarrollo
Ejemplo notable de la descentralización editorial
y literaria de Cuba es la provincia de Villa Clara, situada en el centro
geográfico de la isla, en la que existen 22 librerías para
una población de 845 mil habitantes distribuidos en 13 municipios.
Cuenta además con 52 bibliotecas públicas, 32 casas de cultura,
siete galerías de arte, una orquesta sinfónica y 10 bandas
de concierto. En Santa Clara, ciudad capital con 235 mil pobladores, se
asientan dos editoriales que acogen a los autores locales y es sede de
una concurrida feria anual del libro. En los pasados 12 años -que
incluyen la parte más ardua del periodo especial- se han publicado
más de 130 títulos con una tirada total de medio millón
de ejemplares. Cifras oficiales contabilizan 112 autores activos en la
provincia, 74 de los cuales ya han publicado y ''el resto están
en proceso de hacerlo".
Admira y conmueve el evidente orgullo de la población
de Santa Clara por el intenso y variado movimiento cultural que registra
su provincia y que tiene eco y presencia en el resto del país. Casi
insólito resulta ver a niños y adolescentes recorrer una
librería con la curiosidad y avidez con que en otras latitudes se
les vería hacerlo en centros comerciales.