Instan a crear ''amortiguadores'' para enfrentar
la volatilidad y los riesgos económicos
Pesimismo por la recuperación mundial en el
encuentro FMI-BM
Los problemas en América Latina reflejan la fatiga
por las reformas de los últimos años, pues muchos consideran
que se hicieron grandes esfuerzos para quedar igual, dice Ortiz Martínez
ROBERTO GONZALEZ AMADOR, JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADO
Y CORRESPONSALES
Washington, 29 de septiembre. La reunión
anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial concluyó
este domingo sin que la comunidad financiera y los organismos lograran
diseñar una respuesta concreta a la crisis que afecta a la economía
mundial, mientras prevaleció el pesimismo sobre la posibilidad de
una rápida recuperación.
En un encuentro caracterizado por pocos anuncios, la cita
anual de los organismos internacionales dio en cambio los primeros pasos
para el diseño de nuevos mecanismos de respuesta a las crisis económicas,
una señal de la dificultad con que son vistos los meses venideros.
''Percibo que hay bastante pesimismo sobre la coyuntura
económica mundial'', comentó Guillermo Ortiz, gobernador
del Banco de México.
La
actual crisis latinoamericana, que fue definida por el funcionario mexicano
como la más complicada para la región desde la provocada
hace 20 años por la deuda externa, tiende a agravarse con problemas
políticos en cada país de la zona.
''Hay problemas políticos, distintos y de naturaleza
diferente en cada país'', pero que, a juicio de Ortiz Martínez,
''reflejan la fatiga que existe en la región por el tipo de reformas
de los últimos años, pues en amplios sectores se considera
que se han hecho grandes esfuerzos y muchos creen que están igual''
que hace casi dos décadas, cuando comenzaron a ser aplicados los
programas diseñados por los organismos internacionales.
La reunión anual de los dos organismos multilaterales,
que concluyó este domingo, transcurrió entre la expectativa
por el eventual acuerdo entre el Fondo Monetario Internacional y el gobierno
argentino, que finalmente no se produjo, la preocupación generada
por la profundización de la crisis en América Latina y el
reconocimiento de que la desaceleración de la economía mundial
no será superada a corto plazo.
A la falta de anuncios concretos sobre Argentina, país
que de acuerdo con el FMI tendrá este año un desplome de
16 por ciento del producto interno bruto, que provocará una caída
de la economía uruguaya de 11 por ciento y la expectativa generada
por la evolución de Brasil -donde habrá elecciones federales
en octubre-, los anuncios concretos se centraron en nuevas medidas para
prevenir crisis a futuro.
Vistas como una premonición de lo que puede ocurrir,
las medidas pretenden crear condiciones de respuesta rápida a situaciones
de crisis, para evitar contagios a otras economías.
''Debemos alentar a los países a crear amortiguadores
que les permitan hacer frente a la volatilidad y a los riesgos presentes
en la economía mundial'', declaró este domingo Horst Köhler,
director gerente del FMI, al dirigirse a la junta de gobernadores del organismo
de 184 miembros.
Definió que esos ''amortiguadores'' consisten en
''regímenes cambiarios apropiados; una gestión más
acertada de la deuda y las reservas; presupuestos prudentes que dejen margen
de maniobra para los momentos difíciles; sectores financieros eficientes
y diversificados y redes de protección social más eficientes''.
Köhler dijo que el FMI está procurando formular
un enfoque integral para la resolución de crisis que comprenda una
política de acceso a recursos más clara y previsible, incluida
una mayor selectividad en la concesión de crédito del organismo,
y mecanismos más eficientes de restructuración de la deuda
emitida por gobiernos cuando su pago es insostenible.
Se opone México a la cláusula de acción
colectiva
La propuesta central del FMI, que fue apoyada por los
ministros de Finanzas del Grupo de los 7 (G-7) países más
industrializados, es que las emisiones de bonos de deuda por parte de los
países en desarrollo contengan una ''cláusula de acción
colectiva'', mecanismo que aceptaría la intervención de una
especie de tribunal internacional de quiebras en caso de incumplimiento,
como ocurre ahora con Argentina. Desde que la propuesta fue relanzada a
principios de esta semana, los gobiernos de Brasil y México, dos
de los principales emisores de bonos de deuda pública, han rechazado
la ''cláusula''.
La ''cláusula de acción colectiva'', que
tendría una detallada relación de las acciones que seguirían
a un incumplimiento de pagos por cualquier país, ''es una idea en
la que vamos a trabajar'', señaló Köhler en una conferencia
de prensa por la tarde, al finalizar la reunión anual.
Este mecanismo fue rechazado por el secretario de Hacienda
y Crédito Público, Francisco Gil Díaz, quien dijo
que introducir una cláusula como la planteada en los contratos de
emisión de deuda haría más caras las colocaciones.
Para México, país que cuenta con dos calificaciones de grado
de inversión, es relativamente más fácil colocar bonos
en los mercados de capital.
A diferencia de las reuniones pasadas, la cita otoñal
de los dos organismos financieros internacionales fue recortada en su duración
de dos a una semana, debido a las movilizaciones callejeras que se han
hecho parte de la escenografía.
La cita de los ministros de Finanzas y gobernadores de
bancos centrales de los 184 países que pertenecen a las instituciones
dejó de ser el glamoroso encuentro anual de la elite financiera
internacional. Edificios sitiados por la policía antimotines, delegaciones
que llegan y salen escoltadas y un apresuramiento para desahogar la agenda
imprimen el sello a la cumbre.
En un balance final, Horst Köhler y el presidente
del Banco Mundial dijeron que "compartían" una visión "de
optimismo realista" sobre la evolución de la economía internacional.
Se trata de una apreciación que dice poco para los países
que, como ahora Argentina y Uruguay, cuentan con poco tiempo y menos recursos
para atender su actual crisis