No andar con rollos, pide a quienes se quejan del uso proselitista que se da a la ayuda
Lleva Fox ánimo a la zona devastada por Isidore
JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO
Dzilam de Bravo, Yuc., 1Ɔ de octubre. A la vista está la tragedia, acumulada a la pobreza, la miseria de siempre. Y entre la gente que la sufre, las voces del Presidente y su esposa: "šánimo!", "šéchenle ganas!", "šhay que trabajar duro!", "šfelicidades... por el esfuerzo que están haciendo!" También hubo un regaño de parte del mandatario a quienes acusan la incompetencia y el abuso de autoridad: "šno es hora de rollos ni de pleitos! A todas y todos nos toca trabajar para salir adelante".
Cuando han pasado 10 días de que el huracán Isidore tocara tierras yucatecas, Vicente Fox Quesada y Marta Sahagún pueblearon por la costa oriente de la entidad, donde -a decir del Presidente- pudieron "comprobar" la magnitud del desastre provocado por el meteoro. Se entiende que ya lo habían hecho, por las visitas que ambos realizaron en días pasados, pero lo importante ahora era mostrar y mostrarse a sí mismos que aun en la desgracia los mexicanos siguen aplaudiendo, dan las gracias por las promesas recibidas, se solidarizan y le echan ganas.
Qué más da si la ayuda sólo se traduce en cal -gratis, claro- para echarle a los animales muertos, láminas de cartón, despensas y un montón de cifras y cuentas que dan los funcionarios y que, a simple vista, la mera verdad no se ven todavía en los cuatro pueblos visitados este martes. Qué más da que aquí la gente no sepa dónde va a dormir ni qué va a comer porque todo lo perdió, si el gobernador Patricio Patrón Laviada se preocupa más por mostrarse amoroso con su esposa mientras la gente expone sus demandas y necesidades. Qué más da si a lo largo de toda la jornada pareció que todo aquí es cuestión de "ánimos" y de "echarle ganas"... hasta para aguantar el humor negro del mandatario estatal con sus paisanos: "y ahí les viene Lilly, eh".
Qué más da, pues, si hoy al final casi todo se tradujo en reconocimientos a los esfuerzos y apoyos de los empresarios que, por medio de sus fundaciones, mandan cargamentos de agua, medicinas, láminas, ropa y alimentos, mientras de los informes oficiales sólo se obtienen números y más números, sin nada concreto a la vista.
A "los que se saben fajar como los buenos"
Pero en fin. Hoy se trataba de darle "ánimos" a la gente y en eso el Presidente y su esposa no escatimaron. De Río Lagartos a Sinanché, pasando por San Felipe y Dzilam de Bravo, todo el mensaje de la pareja presidencial se tradujo en eso, sin faltar -con toda razón- el reconocimiento a los miembros del Ejército Mexicano que en estos casos "se saben fajar como los buenos", como dijo Fox, quien por primera vez en público vistió el uniforme militar, incluyendo la gorra con el águila que lo distingue como el mando supremo de las fuerzas armadas.
Por ahí, en el camino, los aderezos, que nunca faltan, como la queja de una mujer en Río Lagartos, acusando a los hombres de la región de "preferir" quedarse dormidos en los albergues en lugar de ayudarlas a limpiar lo que queda de sus casas. O los reclamos en San Felipe de la señora Margarita Catzin a Patrón Laviada, "porque no hace nada" y se la pasa "de gira en gira, paseándose" sin atender las necesidades de la gente. "Pa' puras promesas sirve este gobernador", dice la mujer, madre de seis hijos a la que, como otras miles, sin nada la dejó Isidore.
También para contar la reacción de las mujeres que salieron regañadas por Fox ya que acusaron a la alcaldía y al gobierno del estado de repartir las despensas dependiendo de la militancia partidista. "No es hora de andar con rollos ni con pleitos; todas y todos tenemos que trabajar para salir adelante. Aquí no hay partidos, no hay colores, lo que hay son ganas de trabajar", las paró en seco el mandatario en Dzilam de Bravo.
"Propuestas, propuestas", les exigió Fox, y lo que encontró fue el reto: "que se moje las botas", le gritaron cuando pretendía subir a la camioneta que lo llevaría a una cooperativa pesquera. Y se las mojó y enlodó. Eso no lo detuvo. Ni a la secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, ni a los titulares de la Defensa Nacional, Clemente Vega García, y de Gobernación, Santiago Creel. El lodo los manchó a todos en su andar.
De los secretarios de Estado, sólo Víctor Lichtinger, de Medio Ambiente, prefirió cuidar el lustre de sus zapatos y subió a la camioneta que ya ocupaban los empresarios invitados: Roberto Hernández, Héctor Rangel Domene y Jorge Vergara, el jalisciense que además de querer comprar a las Chivas aprovechó para anunciar que extenderá sus empresas con una nueva planta de complementos nutricionales aquí en Yucatán.
Y siguieron las arengas del día: "échenle ganas... šánimo!", ya que, como dice Marta Sahagún: "lo único que no podemos perder es la confianza en nosotros mismos".