MEXICO, S.A.
Carlos Fernández-Vega
Lo que el hambre mata
Cada año mueren de inanición 6 millones de niños mientras McDonald's gana 30 mil mdd
SI DE GLOBALIZACION SE trata, dos ejemplos -ambos aplicables a 2002- pueden dibujar el nada grato y desequilibrado panorama: mientras los consumidores estadunidenses gastarán más de 20 mil millones de dólares en hamburguesas y demás frituras de la trasnacional McDonald's, poco más de 9 millones de personas en el mundo, entre ellos 6 millones de niños menores de cinco años, habrán muerto de hambre.
LOS SATISFECHOS CONSUMIDORES estadunidenses, desde luego, tienen todo el derecho del mundo de comprar lo que consideren pertinente y la empresa de alimento chatarra de presumir que sólo en Estados Unidos y durante el presente año alcanzará ventas por 30 mil millones de dólares si se considera su red internacional de expendios. Sin embargo, a esos millones de niños nadie les respetó el más elemental de los derechos, ni les permitió la más mínima posibilidad de salir adelante.
RESULTA TONIFICANTE SABER que los estadunidenses -con severos problemas de obesidad- gastan, cotidianamente, alrededor de 55 millones de dólares sólo en productos McDonald's, mientras 840 millones de personas hambrientas que sobreviven en el planeta no logran obtener apoyos financieros adicionales por poco más de 65 millones de dólares cada 24 horas, con el objetivo de reducir a la mitad -en el mejor de los casos- esa precaria condición.
EFECTIVAMENTE. PARA combatir el hambre en el mundo y evitar la muerte por falta de alimento se requiere concretar un apoyo financiero adicional cercano a los 24 mil millones de dólares anuales, de aquí a 2015, para abatir en esa proporción los indicadores de hambruna en el planeta y evitar que cada año mueran de inanición 9 millones de personas.
ESE MONTO EQUIVALE A poco más de 6 por ciento del presupuesto militar estadunidense para 2003; a 80 por ciento de los beneficios obtenidos por las trasnacionales de los alimentos Nestlé, Sara Lee, Phillips Morris y Procter and Gamble sólo en el renglón cafetalero (30 mil millones de dólares); al doble de las utilidades netas reportadas ayer (enero-septiembre de 2002) por el gigante financiero Citibank (11 mil 210 millones de dólares) o, si se prefiere, a la mitad de la operación de compra-venta (libre de impuestos) de Banamex, por sólo citar algunos comparativos.
AYER, EN ROMA, LA Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) presentó su informe anual (El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2002), y el panorama es verdaderamente aterrador: "Los avances en la reducción del hambre en el mundo están prácticamente estancados (...) Millones de personas, entre ellas 6 millones de niños menores de cinco años, mueren cada año a causa del hambre... Entre 1998 y 2000, las personas subnutridas rondaban los 840 millones, de los cuales 799 millones habitaban en los países en desarrollo, 30 millones en los países en transición y 11 millones en los países industrializados (...) En los periodos 1990-92 y 1998-2000, la cifra de personas hambrientas y subnutridas ha disminuido escasamente 2 millones y medio cada año (sólo 10 por ciento de lo esperado); en muchas regiones la cifra de personas subnutridas podría incluso estar en aumento (...) Si esta tendencia no se invierte radicalmente, el mundo estará muy lejos de alcanzar el objetivo de la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996 de reducir a la mitad, para el año 2015, el número de personas hambrientas en el mundo".
HOY SE CONMEMORA EL Día Mundial de la Alimentación y el director general de la FAO, Jacques Diouf, subrayó que "el precio que pagamos por esta falta de progreso es muy grande. Las personas hambrientas son las primeras que lo pagan y muy dolorosamente, pero también lo están pagando las comunidades donde viven, sus países y la aldea global en la que todos vivimos. Cada año el hambre crónica y la malnutrición exterminan a millones de personas. Esta inanición oculta frena su desarrollo, socava sus fuerzas y paraliza su sistema inmunitario. Donde el hambre es frecuente, la tasa de mortalidad de los recién nacidos y de los niños menores de cinco años es muy alta y la expectativa de vida reducida".
EN LOS PAISES DONDE LA situación es más trágica, un recién nacido tiene una expectativa de vida sana de apenas 38 años, comparados con los más de 70 años en las 24 naciones más ricas. Uno de cada siete niños nacido en las naciones pobres donde el hambre es difusa morirá antes de cumplir cinco años. La mayor parte de ellos muere por la carencia de alimentos y nutrientes esenciales, lo que les debilita, reduce su peso y acentúa su vulnerabilidad. Esos niños están expuestos a un riesgo muy alto de enfermedades infecciosas. En los países en desarrollo, la diarrea, las enfermedades respiratorias agudas, la malaria y el sarampión son responsables de gran parte de las muertes infantiles.
MAS DE 2 MIL MILLONES de personas en todo el mundo sufren falta de micronutrientes, dice el informe. Sus dietas tienen un aporte insuficiente de vitaminas y minerales, sobre todo de vitamina A y C, hierro, yodo y zinc. Los micronutrientes son esenciales para el desarrollo y el crecimiento de los seres humanos. Los niños y las mujeres son más vulnerables a la carencia de micronutrientes. Entre 100 y 140 millones de niños tienen carencias de vitamina A, lo que les puede llevar a la ceguera. Alrededor de 20 millones de personas en todo el mundo sufren de discapacidad mental provocada por la carencia de yodo. Actualmente, 30 países hacen frente a situaciones de emergencia alimentaria, a causa de las cuales 67 millones de personas necesitan ayuda para tener qué comer.
DIOUF ADVIRTIO: "NO tenemos la excusa de decir que no podemos producir bastantes alimentos o que no sabemos qué hacer para erradicar el hambre. Lo que nos queda por demostrar es si nos importa el destino de las personas hambrientas, si nuestras muestras de preocupación en los foros internacionales son algo más que pura retórica y que no podemos aceptar e ignorar por más tiempo los sufrimientos de 840 millones de seres humanos hambrientos, ni la muerte diaria de 25 mil víctimas del hambre y la pobreza", esta última responsable de la mayor parte de la hambruna en un mundo de abundancia perfectamente mal distribuida.
Las rebanadas del pastel:
BUEN PROVECHO.
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