León-Portilla habla del foro de academias de historia

Falaz, equiparar los tiempos por el progreso

Más de 600 millones de personas en Iberoamérica compartimos lenguas hermanas, señala el investigador

ADRIANA CORTES KOLOFFON ESPECIAL

El historiador Miguel León-Portilla y destacados estudiosos de México e Iberoamérica se reúnen en la Academia Mexicana de la Historia, que desde hace cinco años preside el autor de La filosofía náhuatl, para participar en la octava versión del Congreso de la Asociación Iberoamericana de Academias de la Historia, con el título ''La formación de los estados nacionales en Iberoamérica a raíz de la Independencia".

En relación con ese encuentro, se pregunta a León-Portilla:

-ƑCuál es la labor de las academias de historia?

-En muchas naciones de América Latina, España y Portugal, incluso en Francia y Alemania, existen desde hace mucho esas academias, formadas por investigadores que estudian la historia de sus países.

''La Academia Mexicana de la Historia tiene cerca de 100 años, y en ella han estado historiadores como Alfonso Caso, Angel María Garibay y muchos otros. Tiene 30 miembros. Allí organizamos ciclos de conferencias bajo el título ''ƑHistoria para qué?'', y diplomados en los que se paga una cuota simbólica y son muy concurridos, lo cual muestra el interés en saber acerca de la nación en que se ha nacido y vivido."

La lengua como patria

-ƑCuál es la relevancia actual de las academias de historia?

-No es una casualidad que haya academias de la lengua y de la historia, tampoco que los países de habla española y los de habla portuguesa tengamos una Asociación Iberoamericana de Academias de la Historia y una Asociación de Academias de la Lengua Española. ƑPor qué? Se considera que hay más de 400 millones de personas que hablamos español y cerca de 200 millones que hablan portugués. De modo que somos más de 600 millones de personas que tenemos experiencia histórica muy semejante y lenguas hermanas.

-ƑCómo relacionar historia, identidad y lengua, temas abordados en el congreso?

-Hay dos elementos esenciales en la formación o restructuración de lo que puede considerarse la identidad de una persona o de un país: la historia y la lengua. La lengua es, como dice Unamuno, ''nuestro hogar, donde nos encontramos nosotros, desde donde vemos con la perspectiva de ella todas las cosas, donde nos refugiamos, incluso cuando queremos quejarnos, o como dice Günther Grass, ''la lengua propia es la patria". La historia nos da la experiencia que hemos tenido en el pasado, ya sea como persona o socialmente como pueblo o como nación.

-En su opinión, Ƒcómo sería posible integrar la historia de los pueblos indígenas de América a la historia de Occidente?

-Cuando ocurrió el encuentro de dos mundos, los europeos traían la idea de incorporar a los pueblos indígenas a la corona de Castilla, en el caso de España, y en el de Portugal al otro reino; hubo también los casos de Inglaterra, Francia y Alemania. Todos querían sujetar estos pueblos al gobierno y a los sistemas sociales y políticos de sus metrópolis. ƑCómo se incorporaron? En situación de inferioridad, y eso ha sido una tragedia. Apenas en los recientes años los pueblos indígenas dejan oír su voz, reclaman autonomía y piden que se les reconozca como entidades, no soberanas pero sí autónomas, con derecho a regir su destino, a tener representantes en las cámaras, a exigir que se respeten sus diferencias culturales, lingüísticas, a pedir que no exista un México sin ellos.

-ƑHistoria y progreso son ideas opuestas?

-Opuestas, no. Es una falacia equiparar los tiempos por el progreso y la evolución. De hecho no siempre, a medida que pasa el tiempo, se progresa. Además, Ƒqué quiere decir progreso?, Ƒson cambios positivos? Hoy ocurre un cambio en el mundo, la globalización. ƑEs eso un progreso? Culturalmente hablando, la globalización debe realizarse con mucho cuidado, porque si ésta significa hacernos a todos a imagen y semejanza del poderoso, pero sobre todo para que lo sirvamos en ese contexto, entonces la globalización es desastrosa.