El objetivo es ir ajustando los incrementos
al ritmo de la inflación, dice el titular del organismo
La contención salarial, palanca del equilibrio
económico: CNSM
En cualquier caso, el mínimo "no es justo, ético,
equitativo y menos constitucional", reconoce
Durante el periodo de Vicente Fox ha logrado una recuperación
"modesta", de 2.97 por ciento
FABIOLA MARTINEZ
La contención salarial continuará como palanca
del equilibrio económico. Al menos en este sexenio no habrá
bandazos ni cambio de rumbo: el objetivo es reducir paulatinamente los
aumentos al ritmo de la inflación y lograr que en el corto plazo
el salario mínimo se revise cada dos años.
Cifras oficiales muestran que en México 1.5 millones
de trabajadores inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)
ganan el salario mínimo, esto es, alrededor de 40 pesos diarios,
aunque millones más, ocupados en el subempleo, perciben esa cantidad
o menos con la que se puede adquirir sólo una cuarta parte de los
productos de la canasta básica.
En cualquier caso, el salario mínimo -punto de
partida del resto de los salarios del país- "no es ético,
justo, equitativo y menos constitucional", reconoce Basilio González
Núñez, presidente de la Comisión Nacional de Salarios
Mínimos (CNSM), en la víspera de que comience un nuevo proceso
de revisión del minisalario.
Sin embargo, ataja, el aumento a este indicador definitivamente
no se fijará por decreto, porque daría al traste no sólo
con las previsiones inflacionarias sino con las fuentes de empleo y las
expectativas de crecimiento económico.
"Si el incremento fuera una decisión política,
los gobernantes y los partidos tendrían un electorado feliz, pero
al año siguiente la mayoría de los negocios que existen en
México, casi todos microunidades, recortarían personal o
quebrarían", aseguró.
En entrevista con La Jornada, el titular de la
CNSM desde 1990 hizo un balance de la política salarial de nuestro
país en los últimos años y concluyó que la
única alternativa es fijar el aumento a los salarios, en especial
los mínimos, con estricto apego a las previsiones inflacionarias
y a los niveles de producción y crecimiento, entre otros indicadores
económicos.
Desechan otras propuestas
A
la zaga quedarán las propuestas de académicos y de algunos
dirigentes sindicales que proponen aumentos sustantivos -varios puntos
por arriba de la inflación- como método para reactivar el
mercado interno, el consumo y, en consecuencia, el nivel de vida de la
población.
De acuerdo con la CNSM, de 1976 al año 2000 el
salario mínimo registró una pérdida en el poder adquisitivo
de 75 por ciento, cifra corroborada por los estudios de académicos
de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad
Autónoma Metropolitana y la Universidad Obrera.
Sin embargo, las estadísticas empiezan a diferir
tras el análisis de los dos últimos años. Por ejemplo,
Luis Lozano, de la Facultad de Economía, quien ha dado seguimiento
a la evolución del salario mínimo desde la década
de los 70, asegura que de 1976 a la fecha este indicador reporta una caída
acumulada de 86 por ciento.
La CNSM afirma que de diciembre de 2000 a septiembre de
2002, periodo de gobierno del presidente Vicente Fox Quesada, el minisalario
logró detener su caída e incluso registra por primera ocasión
desde 1976 una recuperación "modesta, no espectacular pero real"
de 2.97 por ciento, en promedio.
Además, a partir de esa fecha los aumentos han
sido superiores a la inflación. A saber: en el año 2000 la
inflación cerró en 4 por ciento y el promedio del incremento
fue de 6.99; para 2001 la relación fue de 4.5 por ciento contra
5.78, respectivamente.
En los datos anteriores sustentan sus perspectivas de
avance los ideólogos de la política laboral de la actual
administración con el fin de alcanzar una paulatina recuperación.
El país está dividido en tres zonas económicas, por
lo que los trabajadores del área C obtendrán en los próximos
años aumentos mayores a fin de "irse emparejando" con los de la
zona A, de "vida cara".
Por ejemplo, en Tapachula, Chiapas (zona C), el salario
mínimo registró una recuperación "real" de 11.01 por
ciento en el último año, según los datos oficiales;
ello porque en ese municipio se concedió un aumento superior a la
inflación esperada al cierre de este año.
Con esa lógica, la perspectiva del gobierno -revelaron
fuentes de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social-
es llegar a inflación cero y estar en posibilidad de revisar los
salarios mínimos de forma bianual, tal como ocurrió antes
de 1973.
Un objetivo, revisiones bianuales
Al respecto, González Núñez se muestra
prudente y aclara que ello sólo será viable cuando sean altamente
positivos y "reales" los pronósticos de crecimiento económico,
productividad, comportamiento del empleo, mercado interno, tipo de cambio
y balanza comercial, entre otros.
"El día en que no tengamos duda de una inflación
baja durante uno, dos o tres años, entonces sí habría
un panorama salarial diferente. En el periodo 1999-2000 la recuperación
fue posible gracias al mercado, que jaló a los salarios en automático...
Ojalá lográramos revisiones bianuales o en periodos más
amplios, porque ello significaría una economía desarrollada",
manifestó.
Mientras tanto, el titular de la CNSM defiende sin cortapisas
la disciplina con la que habrán de fijarse los aumentos y la existencia
del propio salario mínimo, factor que ha sido calificado por sus
críticos de obsoleto, medida para cobrar multas e incluso como una
entelequia.
El objetivo prioritario es atender a los millones de trabajadores
que no cuentan con un empleo formal y que encuentran en el minisalario
-agrega- un piso mínimo de sueldo, toda vez que el índice
de sindicalización en el país se encuentra por debajo de
20 por ciento.
El próximo mes la CNSM presentará un perfil
sin precedente -elaborado con base en datos del Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (INEGI), la Secretaría del
Trabajo y la propia comisión- de las condiciones económicas
y sociales de los trabajadores que perciben salario mínimo (13 por
ciento de los asegurados en el IMSS), pero sobre todo se precisará
cuántos mexicanos subempleados también se encuentran en ese
nivel.
Casi de manera simultánea los representantes de
trabajadores y empresarios que mantienen un lugar en la CNSM desde hace
varios lustros, presentarán por escrito sus propuestas de incremento
para 2003, y se instalarán en sesión permanente a partir
del 1º de diciembre, en que se esperan, afirmó González,
"debates muy intensos".
Seguramente, como ocurrió en años anteriores,
los nueve representantes obreros solicitarán un incremento mucho
mayor al que están dispuestos a otorgar los nueve del empresarial,
quienes suelen coincidir con la política laboral del gobierno en
turno o viceversa.