ENTREVISTA /JOSE
BLANCO, INVESTIGADOR DE LA UNAM
Urge crear una política de Estado en materia educativa
IMPERA LA INCERTIDUMBRE POR LA FALTA DE RECURSOS EN
EL RUBRO
Los promesas del presidente Fox de seguir apoyando
a las universidades públicas no son suficientes. Es impostergable
definir el rumbo de la enseñanza, porque con "proyectitos" de financiamiento
no se resolverán los problemas de fondo de las instituciones, dice
el académico
JOSE GALAN
Resulta "lamentable" que el presidente Vicente Fox en
realidad no haya contraído ningún compromiso con las universidades
públicas, ante el consejo general de la Asociación Nacional
de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES),
porque era la gran oportunidad para que reafirmara todo su discurso sobre
su presunto interés por la enseñanza, dijo José Blanco,
académico de la UNAM.
Cabe recordar que, el jueves pasado, el Presidente se
comprometió en Mérida, Yucatán, a seguir respaldando
la enseñanza superior, aceptó la propuesta de la ANUIES de
instalar una mesa con la Secretaría de Educación Pública
(SEP) para diseñar el presupuesto universitario e insistió
en que hay un apoyo sin precedente a estas instituciones, aunque no mencionó
cifras para la propuesta del Presupuesto de Egresos para 2003.
Secretario
técnico del consejo regional metropolitano de la ANUIES e investigador,
Blanco consideró que ante la falta de un proyecto de país
por parte de legisladores, funcionarios federales y las propias universidades,
es necesaria una política de Estado. Y criticó los "proyectitos"
de financiamiento a la educación pública superior, que no
entran de fondo al financiamiento base de las instituciones.
Reconoció que las universidades atraviesan desde
hace años por un proceso de reforma, pero advirtió que "el
punto es que no sabemos adónde vamos, porque -añadió-
falta la visión estratégica del conjunto del sistema".
-¿Hubo algún resultado tangible de la 33
asamblea general de la ANUIES? -se le preguntó.
-Primero, destacó la presencia del presidente Vicente
Fox y del secretario de Educación, Reyes Tamez. En segundo lugar,
resaltó la incertidumbre de las universidades públicas por
el financiamiento, qué va a pasar este año y el próximo.
En realidad no hubo una respuesta, un compromiso claro por parte de esos
dos funcionarios sobre qué es lo que va a ocurrir. Es decir, cuál
es la propuesta del jefe del Ejecutivo para 2003 acerca del financiamiento
para las universidades públicas.
"Esto es lamentable, era un momento de oportunidad, porque
el Presidente podría haber reafirmado todo lo que ha dicho muchas
veces: que está en favor de la educación superior. Dijo que
el tema era asunto de la Cámara de Diputados -como en efecto lo
es-, pero necesitamos saber cuál es la propuesta del Ejecutivo.
No hizo ningún compromiso sobre lo que va a ocurrir con dicho financiamiento.
"Hubo un solo punto que puede tener algo positivo, que
es la apertura de una mesa de análisis junto con la SEP para discutir
la distribución de los recursos. Y ahí las universidades
tendrán la oportunidad de estar presentes en el diseño del
presupuesto. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que la SEP, muy probablemente,
ya envió sus cifras a Hacienda y que, en todo caso, esta mesa puede
influir en las decisiones de los legisladores. Ahí es donde aparecerá
en verdad lo que va a ocurrir.
"Por otra parte, la presencia de Fox en ese evento pudiera
significar que el rumor sobre un probable recorte de entre 11 y 13 por
ciento al presupuesto de las universidades públicas pudiera no ser
así. Pero lo que estamos viendo, por los reportes que se dan, es
que los aumentos efectivos están en becas y en nuevas instituciones,
lo cual quiere decir que las instituciones no están recibiendo mayores
recursos para los programas de calidad que, por otra parte, la propia SEP
está reclamando."
-¿Sigue presente el debate sobre la necesidad de
contar con una política de Estado para la educación superior?
-No hay una política de Estado, eso es cierto.
Es un tema del que se ha hablado dentro del sistema de educación
superior. Y le decimos sistema, aunque no lo es en realidad, sino un conglomerado
de instituciones que tienen aún una muy baja coordinación.
No hay tal política en el sentido de que no se ha planteado por
parte del Ejecutivo, en conjunto con las universidades, por dónde
quiere caminar el país. Por tanto, cuál es el corazón,
el centro, la columna vertebral del sistema educativo.
"Hablar de educación siempre es hablar del futuro
de un país, y cuando uno habla de que voy a hacer esto en educación
básica, media o superior, es hablar del mañana. Pero no hay
un acuerdo ni entre partidos ni con el gobierno, ni con las universidades,
ni entre éstas y los partidos, acerca del futuro del país,
por tanto, de la propia enseñanza. Sin ese debate no sabemos para
dónde caminamos.
-Pero año tras año se da la polémica
otoñal sobre el diseño de los presupuestos para el siguiente
periodo. ¿Ese debate debería cambiar?
-Claro. Lo que tenemos es una serie de proyectos que echa
a andar la SEP, que van mejorando algunos aspectos de las universidades,
como los de formación de profesores, aumentar los niveles de formación
de los académicos. Pero lo que falta es la discusión estratégica
de adónde va el sistema educativo.
"El país no ha hecho una definición estratégica
acerca de su sistema educativo en relación con su propio futuro.
Es decir, ¿qué clase de gente debe formar, para qué
clase de proyecto de país? Entonces, estamos siempre hablando de
la coyuntura y discutimos cómo está la situación económica
del año próximo para crear proyectitos que pueden mejorar,
sí, ciertos aspectos de las universidades, pero sin un plan estratégico
relacionado con una visión a largo plazo.
-¿Esto requiere un marco de leyes y normas?
-El sistema tiene que ser redefinido. Como ejemplo tenemos
una relación en el sentido de que ocho de cada 10 jóvenes
mexicanos en edad de ir a la universidad no cursan ninguna carrera. La
cobertura es de 20 o 22 por ciento. Tenemos poca gente en las universidades,
y a casi toda justamente en el nivel de licenciatura y posgrado.
"Por otro lado, tenemos una masa muy grande de gente que
no ha terminado la secundaria. Hay, pues, una sociedad polarizada en la
cuestión educativa, que es uno más de los aspectos de la
desigualdad de este país. En medio de los universitarios con licenciatura
y posgrado, en donde hay por cierto una franja de muy dudosa calidad, existe
otro polo con muy poca educación y de baja calidad, producto de
políticas clasistas que vienen desde los años 60."
-Por otra parte, el sistema de educación superior
del país está atravesando por un proceso de reforma para
ajustarse a las reglas de transparencia y rendición de cuentas,
o por las presiones internas de sus propias comunidades académicas,
estudiantiles o de trabajadores.
-El punto es que no sabemos adónde vamos. En efecto,
hay un proceso de reforma desde hace varios años, se han utilizado
distintos instrumentos. Muchas universidades han mejorado en muchos aspectos.
No hay duda de que universidades públicas, como las de Puebla, Yucatán,
Veracruz, Guadalajara o Nuevo León, son instituciones que han logrado
avances significativos, pero nos falta todavía la visión
estratégica del conjunto del sistema.
-¿Esa tendría que ser una iniciativa del
Estado?
-Debería ser, más bien, una iniciativa de
las universidades. Lo que hoy tenemos es una tradición política
con una alternancia reciente, en la que los partidos políticos tienen
una prioridad que, desde luego, no es el diseño de un sistema de
educación en serio desde el nivel primaria, sino con el poder. Y
ante la proximidad de las elecciones federales de 2003, menos espacio hay
para discutir el tema de la educación superior.