Trujillo marcó tres tantos; pese a todo,
Oswaldo Sánchez fue lo rescatable
Pumas asestó goliza histórica a las Chivas:
humillante 7-1
Fue una bonita despedida rumbo a la Prelibertadores,
dice Hugo Sánchez
Martínez Garza emprendió la huida en medio
de una andanada de insultos
MARLENE SANTOS A.
Pumas arrasó sin piedad a las Chivas del Guadalajara
al asestarle ayer histórica paliza en el estadio Olímpico
México 68. Siete letales zarpazos dejaron en la lona al desperdigado
Rebaño, que tras el 1-1 del minuto 11 se desplomó en caída
libre hasta llegar al 1-7 adverso, Omar Bravo falló un penal (85)
y sólo el portero Oswaldo Sánchez evitó otros tres
o cuatro tantos más.
Oswaldo era la viva imagen de la desolación tras
el silbatazo final decretado por el árbitro Marco Antonio Rodríguez.
Con la cabeza agachada y las manos recargadas en las rodillas, permaneció
unos segundos confundido, cabizbajo. Debido a la pertinaz lluvia, no se
sabía si lloraba o no, pero de inmediato se rehizo y enfrentó
la situación:
"Nunca
había recibido tantos goles... es la primera vez... Esto no me rebaja,
yo quiero ser el mejor (portero) y lo voy a lograr... Pumas nos ganó
aprovechando el número de errores defensivos... No hay pretextos,
me da una vergüenza muy grande por toda la gente que le va a Chivas;
yo les pido una disculpa personal. Me voy muy triste."
Quien no pidió disculpas fue Salvador Martínez
Garza, titular de la Promotora Deportiva, que al minuto 63 emprendió
la huida en cuanto cayó el séptimo tanto de los auriazules.
Seguidores de los rojiblancos lo localizaron bebiendo cerveza en su palco
descubierto y comenzaron a aplaudirle con ironía, a gritarle: "¡Vergara,
Vergara!", "ratero", "cobarde" y un sinfín de mentadas. De inmediato,
personal de seguridad lo escoltó hacia un túnel de salida.
Pumas comenzó temprano su cosecha: al minuto 7
Mariano Trujillo metió el primero de sus tres goles de la tarde.
La única señal de vida de parte del chiverío ocurrió
al minuto 11 de acción, cuando Omar Bravo clareó a la defensa,
mató el balón con el pecho y disparó cruzado
para vencer a Esdras Rangel: era el 1-1 que hizo soñar con un juego
nivelado.
En las bancas, los técnicos Hugo Sánchez
y Daniel Guzmán eran un show aparte, nerviosos manoteaban
y se paseaban como leones enjaulados en su área técnica.
Sin embargo, Pumas demostró que las últimas
goleadas no son casualidad y, al minuto 12, Alvaro González asestó
un cabezazo picado que dejó sin opción a Oswaldo. Este fue
amonestado por protestar por supuesta posición adelantada del atacante.
Los errores de la zaga visitante fueron colosales: al
20, un defensa intentó dejar el balón a Oswaldo, Mariano
Trujillo se avivó, robó la pelota y clavó el tercero.
El Travieso Guzmán ingresó a David Mendoza en lugar
de Rafael Medina, pero al 33 recibieron el cuarto gol, ahora de Jaime Lozano;
fue un trallazo que pegó en el larguero, picó sobre la línea
y salió.
Chivas ya no tuvo ni fuerzas para protestar, y el técnico
tapatío optó por otro cambio: sacó a Manuel Sol y
metió a Armando Moctezuma. Al 53 la goliza era ya de escándalo,
con el quinto anotado en la cuenta de Leandro Augusto, cuyo disparo fue
desviado por el defensor Johny García, imposibilitando la atajada
a Oswaldo.
Vencido, desmoralizado, el técnico Guzmán
sustituyó al inoperante Ramón Morales por Miguel Sabah, pero
en un contragolpe, El Gonzo, Luis Ignacio González bombeó
el esférico ante la salida del portero chiva para el 6-1. El Pentapichichi,
feliz, aprovechó la situación para debutar al delantero Francisco
Fonseca, y ya con el 7-1, obra de Mariano Trujillo, de plano metió
a su sobrino, Horacio Sánchez.
Guzmán lamentó que "las cosas salieron mal.
Yo sé lo que tengo en el plantel, y lo único que puede hacer
Chivas para mejorar es trabajar y tener actitud para ganar... Lo tomo con
mucha madurez, así como cuando uno gana y los medios te ponen como
el mejor, ahora lo tomo con equilibrio".
Hugo se declaró contento, satisfecho de "la calidad
y talento" de sus dirigidos; dijo que casi todo resultó perfecto,
"y digo casi porque nos anotaron un gol. Pero fue el partido más
completo, estuvimos bien en defensa y ataque. Una bonita despedida rumbo
a la Prelibertadores", anotó.
Lesionan a un niño
Iván Alexander Hernández Cueto, de cuatro
años de edad, resultó herido después de que un petardo
detonara en su oreja izquierda durante el partido.
Presumiblemente, el proyectil fue lanzado desde una parte
de la porra de apoyo a los Pumas de la UNAM. Este le provocó al
menor quemaduras de primer grado en la oreja izquierda y el cuero cabelludo.
Luego del incidente, los padres del afectado salieron
del estadio para solicitar la ayuda de una de las unidades médicas,
perteneciente al grupo Alamos Dos de la Dirección General de Servicios
Médicos de la UNAM, que lo reportó estable.