Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 22 de octubre de 2002
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Política

René Drucker Colín

Para la ciencia, puras promesas

Cuando Fox era candidato a la Presidencia de la República nunca habló sobre ciencia ni se manifestó de forma alguna sobre lo que pensaba hacer al respecto de esta actividad fundamental para el desarrollo del país. Esto ya presagiaba tiempos malos para la ciencia.

Ya cuando fue elegido Presidente, nos preocupamos más, pues el nombramiento de director de Conacyt fue realmente el último de su gabinetazo, y además con varios meses de retraso. En algún momento, alguien seguramente le señaló que tenía que tomar en cuenta este molesto tema de la ciencia, y entonces empezó a señalar que la ciencia era muy importante, que iba a llegar a invertir como nunca se había visto, de tal forma que los científicos pasamos de inadvertidos e ignorados a favorecidos.

Desafortunadamente, esto ha sido sólo mediante palabras, porque en los hechos ha habido para la ciencia menos que nunca. Me voy a permitir dar unos datos para que no se piense que sólo hay afán de criticar por criticar y usted, lector, me dirá si los científicos tenemos motivos de qué preocuparnos. Mire usted, todos los años desde que yo me acuerdo, el Conacyt ha lanzado una convocatoria cuyo objetivo ha sido apoyar financieramente proyectos de investigación básica. Esto se ha hecho siempre con el objeto de estimular el trabajo que deben y pueden realizar los científicos de las diversas instituciones de educación superior y/o instituciones dedicadas al trabajo científico.

Déjenme decirles que estos apoyos representan para la gran mayoría casi la única fuente de financiamiento disponible con que podemos llevar a cabo el trabajo para el cual hemos sido preparados y por demás, por el que nos pagan nuestro sueldo, incluyendo el del Sistema Nacional de Investigadores. Esta convocatoria anual está diseñada para que los científicos compitan por el generalmente exiguo presupuesto que se destina a estos menesteres. Finalmente, los proyectos mejor evaluados por comités de pares reciben financiamiento. Aun con el poco dinero disponible, a lo largo de los años este sistema ha mostrado cierto éxito, pues se han financiado muchos proyectos y el trabajo de muchos científicos, lo cual ha redituado en un número respetable de formación de recursos humanos de alto nivel (doctores) y se han logrado avances importantes en la generación de nuevos conocimientos en varias disciplinas de las ciencias. Desde luego, aunque siempre ha sido demandado, mas nunca cumplido, un mayor presupuesto para estos fines, cabe señalar que siempre fue respetado el compromiso de esta convocatoria. Ahora con el gobierno del cambio, pues sí que han cambiado las cosas, pues lo que se había cumplido siempre, ahora ya no se cumple. Para que no digan que soy exagerado y criticón. En 1998, 1999 y 2000 (administración anterior) las convocatorias de ciencias básicas se publicaron: 25 de mayo, 20 de mayo y 8 de marzo, respectivamente. En 2001 y 2002 (administración foxista) las convocatorias de ciencias básicas se publicaron el 30 de abril y el 12 de agosto, respectivamente. Anteriormente los resultados de las convocatorias se anunciaban en el mismo año en que se publicaba la convocatoria. En 2001 el resultado no se anunció hasta el 19 de febrero del siguiente año. En este 2002, la fecha para anunciar los resultados no tiene ni para cuándo, pues al momento de escribir esto ni siquiera empieza el proceso de evaluación de los proyectos. Antes se sabía exactamente con cuánto dinero se contaba para distribuir a los proyectos; en esta administración nadie sabe cuánto dinero habrá disponible. Creo que ni los del Conacyt saben. Para acabar pronto, pues, la administración foxista ya se ahorró lo de este año.

Pero ahora veamos lo que pasó con la convocatoria de 2001, donde aprobaron la menor cantidad de proyectos de los últimos seis-siete años (aquí sólo hablo de la UNAM, pues no tengo datos de otras instituciones). Vale la pena señalar que en el monto total aprobado hubo un ligero aumento, pero en pesos constantes de 2001 hubo una disminución de 56 por ciento en comparación con lo otorgado en 1993. Pero no nos fijemos en esto. Contaré lo que pasó con los dineros supuestamente aprobados por Conacyt. Resulta que para mala fortuna, o más bien por falta de presupuesto, a la UNAM le aprobaron sólo 89 proyectos de 405 solicitados, pero luego por presiones, o cargo de conciencia a lo mejor, aprobaron 42 proyectos adicionales. Pero Ƒqué ha pasado? Con la primera calendarización de los 89 proyectos, Conacyt cumplió 100 por ciento su compromiso. Con la segunda calendarización cumplió 96.1 por ciento y con la tercera sólo ha cumplido 36.6 por ciento, aunque vale señalar que falta llegar a diciembre. Pero con los 42 proyectos adicionales aprobados ha cumplido con 75.8 por ciento, 14.1 por ciento y 0 por ciento de la primera, segunda y tercera calendarización, respectivamente. Todo esto implica que a la fecha de hoy la UNAM ha recibido del gobierno federal para apoyar proyectos de investigación la gran cantidad de 30 milllones 326 mil 196 pesos.

El Conacyt habla mucho de los fondos sectoriales que ha conseguido para apoyar el trabajo de los científicos. A la fecha no conozco un investigador que haya recibido un solo peso de estos fondos sectoriales tan cacareados. Quizá 2003 sea el año bueno para estos fondos. Veremos. En resumen, en los dos años del gobierno del cambio, a pesar de las palabras tan bonitas y alentadoras, nuestra máxima casa de estudios ha recibido poquito más de 30 millones de pesos para apoyar el trabajo de investigación científica que se lleva a cabo en los diferentes laboratorios. Hacia finales del año pasado se festejó mucho el hecho de que la Cámara de Diputados había aumentado en mil millones el presupuesto de Conacyt. Todos nos preguntamos en qué rubros se han gastado estos dineros, pues nadie ve muy claro dónde están los beneficios de este aumento de presupuesto. Y el año fiscal 2002 ya casi termina. Este año se pide más dinero para la ciencia. Yo concuerdo totalmente con este planteamiento. Pero yo les pediría a los diputados que sí hagan el esfuerzo de otorgar más a la ciencia, pero esta vez etiquétenla para la ciencia básica. Es ahí, señores, donde rendirá mayores frutos para el futuro del país. Y a la administración pública, ya no más palabras huecas y promesas, mejor más acción: quedaremos todos más contentos.

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