Existen condiciones de "semiesclavitud", denuncia
consejo de etnias
Jornaleros agrícolas, explotados por trasnacionales
en Sinaloa
Realizan en Sonora reunión preparatoria del segundo
Encuentro Nacional Indígena
ROSA ROJAS ENVIADA
El Bahugo, Son., 28 de octubre. Más de 200
mil jornaleros viven en condiciones de semiesclavitud en los campos agrícolas
de Sinaloa, donde los principales agricultores son empresas trasnacionales,
denunció aquí Fernando García, del Consejo Sinaloense
de Desarrollo de los Pueblos Indios.
En su intervención durante los trabajos de la reunión
nacional preparatoria del Segundo Encuentro Nacional Indígena, que
se realiza en territorio yaqui, detalló que en los campos de Navolato,
Los Mochis, Angostura, Elota, Guasave y Las Palmas los jornaleros, muchos
de ellos oaxaqueños -como él-, otros guerrerenses, viven
en pésimas condiciones en campamentos sin agua potable, por lo que
consumen agua contaminada con pesticidas; carecen de instalaciones sanitarias
y servicio médico adecuado.
"Los patrones, algunos, dos o tres, han hecho campamentos
con el programa de jornaleros, y los tienen arreglados para que los vean
los medios", agregó. Respecto a la atención médica,
señaló que constantemente hay envenenamientos por plaguicidas.
Indicó que aunque los patrones dan vales a los jornaleros para que
los atienda un médico, generalmente no tienen fármacos y
el IMSS "no se hace cargo de enfermedades graves ni de operaciones".
Durante
la reunión, a la que asiste un centenar de representantes de las
autoridades tradicionales de la tribu yaqui y de organizaciones indígenas
de Oaxaca, Guerrero, Morelos, Baja California, Veracruz, estado de México,
Chiapas, Sinaloa y Sonora, quedó claro que un problema crucial para
los pueblos indios es la defensa de sus territorios y recursos naturales,
ya que muchos enfrentan despojos -empezando por los anfitriones- o problemas
intercomunitarios.
"Si estamos luchando por la autonomía, la tierra
es fundamental, porque es en ella donde se echan las raíces. Sin
tierra, ¿dónde vamos a ejercer la autonomía?", fue
el planteamiento central.
Se subrayó que muchos de los problemas intercomunitarios
los ocasionaron las mismas autoridades para dividir a los pueblos indios.
Algunos conflictos datan de la Colonia, otros los han provocado las diferentes
autoridades agrarias al "encimar" resoluciones presidenciales. En otros
casos ha habido despojos y también hay comunidades que invaden a
sus vecinos, indicaron.
Teófilo Soriano, chocholteca de Oaxaca, refirió
que desde 1940 la comunidad de Tamazulapan invadió 3 mil 188 hectáreas
de Teotongo, sin que se haya podido resolver el problema en ninguna instancia;
los tlahuicas de Atzingo, estado de México, denunciaron que el municipio
pretende despojarlos de 25 mil hectáreas; los yaquis luchan por
la devolución de más de 35 mil hectáreas invadidas,
debido a que la Secretaría de la Reforma Agraria vendió a
terceros, como terrenos nacionales, tierras que ya habían sido reconocidas
a la tribu.
Cornelio Molina, de la comisión de coordinación
yaqui, indicó que se propuso crear una "comisión de la verdad"
para que analice el problema, en la que estarían representadas autoridades
agrarias, organizaciones indígenas, el Senado y la Cámara
de Diputados, pero "la Procuraduría Agraria se declaró incompetente".
Señaló que además una parte de los
propios yaquis que están cercanos a los grupos de poder han tratado
de retirar el amparo que se interpuso contra el decreto de Ernesto Zedillo,
mediante el cual se les expropiaron dos mil 600 hectáreas, pero
no han podido. La situación es grave, apuntó, "o la tribu
yaqui retoma por la fuerza su territorio una vez agotadas las instancias,
o se forma la comisión de la verdad" comentó. Señaló
que se está abriendo otra posibilidad, ya que "se ha estado platicando
con el jurídico de la Presidencia de la República y con la
Oficina para la Atención de Pueblos Indígenas, cuya titular
es Xóchitl Gálvez, y están de acuerdo en que se puede
echar para atrás el decreto de Zedillo".
Fausto Díaz, de la tribu kumiai, de San José
de la Zorra, Baja California, asentada en los municipios de Rosarito y
Ensenada, denunció que de las 19 mil hectáreas que tenían
en la década de los cuarenta les quedan sólo mil 714. Dijo
que han recurrido a diversas instancias oficiales y al gobernador del estado,
pero no resuelven sus problemas.
Ernestina Ortiz, de Santiago Tilapa, integrante de la
Alianza de Pueblos de la Sierra Oriente del Estado de México, relató
que empresas trasnacionales codician las tierras de La Marquesa, que son
de Acazulco, además de hay problemas con los terrenos de Xalatlaco
y de la sierra de San Juan Atzingo. "Los que más nos han afectado
son el Grupo Atlacomulco", apuntó.
Luis Reza, de la misma organización pero de la
comunidad de San Miguel Almaya, mencionó que hay conflcitos intercomunitarios
entre esta comunidad, Santa María Coaxusco y San Pedro Atlapulco,
ya que a las tres les reconocieron 7 mil 110 hectáreas mancomunadas
en una resolución presidencial, pero Atlapulco se asignó
6 mil 272 hectáreas, Almaya 654 y Coaxusco 194. "Atlapulco ha llamado
a la unidad, pero en la práctica no se respeta", apuntó.
"Mediante el diálogo se deben limar asperezas, pero un diálogo
entre iguales, que no nos quieran ver como sus hijos", añadió.
Se propuso crear una comisión que documente todos
los casos y procure coadyuvar a resolver los conflictos intercomunitarios
mediante el diálogo, si bien se advirtió que esto es muy
problemático, dado que muchos de estos expedientes ya están
en los tribunales agrarios.
La asamblea decidió entonces convocar a un foro
nacional en defensa del territorio de los pueblos indios y sus recursos
naturales, que en principio se realizaría el 10 de abril del próximo
año.
También se determinó crear coordinaciones
estatales promotoras de la segunda reunión preparatoria para el
siguiente Encuentro Nacional Indígena. Dicha reunión habrá
de realizarse en Tecate, Baja California, los días 26 y 27 de enero
próximo y será coorganizada por las tribus cucapa, cochimi,
kiliwa, kumiai, pai pai y representantes de los migrantes asentados en
la entidad.