Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 29 de octubre de 2002
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EL TRIUNFO DE LULA

Sostuvo un encuentro privado con delegados internacionales

La prioridad, "una guerra contra el hambre", dice Lula

Como invitada especial, La Jornada fue representada por su directora general, Carmen Lira

STELLA CALLONI ENVIADA

Sao Paulo, 28 de octubre. En su primera declaración política como presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva aseveró que su prioridad es realizar una "guerra contra el hambre", para lo cual creará la Secretaría de Emergencia Social, que beneficiará a unos 33 millones de personas, en un país donde 54 millones están bajo la línea de la pobreza. Ello significó un gesto de continuidad con sus compromisos electorales de ocuparse de inmediato de la dramática deuda social de este país.

El presidente electo, que deberá asumir el cargo el próximo primero de enero para gobernar durante cuatro años, pareció dar respuesta a las demandas de los medios informativos en relación con su compromiso por diseñar un modelo económico y social que pueda reanudar el crecimiento y el desarrollo económico, con una distribución justa de la renta. De hecho, esta disposición, que además aprueban los sectores más diversos de la sociedad, ya augura el cambio que los brasileños decidieron ayer en su demanda en las urnas.

Un día tranquilo mostró también que el país ha cambiado profundamente. Los equipos del Partido de los Trabajadores (PT) reunidos con diversos sectores saben, sin embargo, que habrá presiones de los grupos financieros más fundamentalistas, pero la política será evitar las provocaciones en ese aspecto. A su vez, a esos grupos no les resultará fácil "mover el piso" a Lula mientras funcione la posibilidad de un pacto social, porque no son bien vistos aquí por la mayoría de empresarios e industriales locales.

Todos aquí entienden que el país debe dar respuesta a los 12 millones de desempleados, y esto crea una especie de muralla social con diversidades, que también saben que la deuda de 200 mil millones de dólares, que consume algo así como 60 por ciento del producto interno bruto, es una espada sobre la cabeza de los brasileños. "Aquí nadie quiere que le corten la cabeza", señalan fuentes empresariales.

Mañana mismo comenzará el proceso de transición con el encuentro de Lula con el presidente Fernando Henrique Cardoso, para asegurar "continuidad" en asuntos a resolver y organizar el proceso de cambio gubernamental "más responsable y democrático" en la historia brasileña. Para las naciones del Mercado Común del Sur se encendió una luz verde. El presidente argentino Eduardo Duhalde lo invitaría a visitar su país en noviembre próximo.

Otro tema que preocupó a algunos de los encargados de prensa del PT es la aparición de entrevistas supuestamente realizadas en estos momentos por el presidente electo en medios internacionales, que en realidad son antiguas, ya que por ahora sólo se ha reunido con algunos semanarios y medios locales, la mayoría en entrevistas colectivas. "Esto supone una manipulación de otro tipo, ya que el presidente electo puede aparecer hablando fuera de contexto", señaló una fuente a La Jornada.

La presencia de decenas de delegados extranjeros, así como la diversidad de los manifestantes, en su gran mayoría jóvenes, también dio la pauta de los cambios en la fiesta de anoche. Antes de los festejos por el triunfo que comenzaron ayer a mediados de la tarde y culminaron en la madrugada de hoy en la avenida Paulista, Lula mantuvo una reunión reservada con los delegados e invitados de diversos países, entre los que estuvo La Jornada, representada por su directora general, Carmen Lira Saade.

Lula no sólo alentó a los movimientos a continuar sus esfuerzos democráticos para llegar al gobierno, sino también reconoció lo realizado por otros pueblos en su resistencia ante la dramática situación que se vive. El presidente electo dijo en esa reunión que se dispone a gobernar para los ciudadanos brasileños, pero también para "el pueblo de nuestra querida América", y que haría todo los posible para que la región viva en plena armonía y paz, pero también sin hambre.

Fue un momento distentido y altamente emocional y los invitados pudieron ver también un video en el que se contó la trayectoria de Lula y los testimonios de uno de sus carceleros en los años 80, cuando estuvo detenido bajo la dictadura militar.

Un grupo de mujeres evaluó para La Jornada de qué se trata el modelo Lula. "El no te llama a más sacrificios, lo que quiere, lo que ofrece, es comenzar a luchar por la felicidad, por la justicia, por lo que cada ser humano merece. Yo le llamo a eso un socialismo sin miedo a la felicidad".

De un día para otro muchos jóvenes han expresado nuevas ideas "para ayudar a Lula, a Brasil, a nosotros y a los otros". Afirman que la campaña tuvo un lado que "no ven las compañías de sondeos ni los analistas. Nos hizo ver lo que está sucediendo con el pueblo de Brasil y que no queremos. Un desempleado no es un ciudadano. Un hombre con hambre lo ha perdido todo. En meses aprendimos a pensar en el país que queremos. Y no estamos dispuestos a que los injustos del mundo nos corten la esperanza".

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