EL TRIUNFO DE LULA
Bush felicita al futuro mandatario y le dice que
EU espera trabajar con él
Los mercados vigilarán que no esté loco
el presidente electo de Brasil: O'Neill
El FMI se compromete a apoyar el crecimiento sostenido
del país sudamericano
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 28 de octubre. El presidente
estadunidense George W. Bush felicitó la elección de Luiz
Inacio Lula da Silva y declaró que Estados Unidos "espera trabajar"
con el nuevo líder brasileño, pero el secretario de Tesoro,
Paul O'Neill, en una declaración por separado, advirtió a
Brasil que los mercados financieros internacionales estarán observando
de cerca al gobernante electo brasileño "para asegurarse de que
no es una persona loca".
El proceso político electoral de Brasil continuará
siendo seguido de cerca por los mercados financieros y los líderes
políticos en Estados Unidos, quienes hoy ofrecieron palabras cautelosas
de bienvenida. Pero aun después de que Lula ofreció una declaración
en gran parte dirigida a los inversionistas internacionales en una conferencia
de prensa este mediodía, el valor de la deuda brasileña se
desplomó en los mercados de bonos en Nueva York al anunciar los
inversionistas que esperarán el anuncio del gabinete económico
el martes, antes de dar un veredicto sobre la dirección del nuevo
gobierno.
Sin embargo, Bush no esperó y llamó por
teléfono a Lula este lunes desde su avión, en medio de una
gira de promoción de candidatos republicanos, con miras a las elecciones
legislativas de la semana entrante. "El presidente le dijo al presidente
electo Da Silva (sic) que esperaba trabajar con él, especialmente
en torno a la promoción de la democracia, el buen gobierno y el
libre comercio en el hemisferio", declaró el vocero de la Casa Blanca,
Ari Fleischer, en conferencia telefónica con reporteros.
"Honrar deudas"
El Departamento de Estado hizo énfasis en los intereses
comunes entre Estados Unidos y Brasil, pero fue el secretario del Tesoro
O'Neill quien ofreció en Carolina del Sur el consejo que muchos
analistas aquí comparten en privado, pero pocos desean articular
en público: "los mercados estarán vigilando muy de cerca
lo que (Lula) hará hoy, mañana y la semana entrante para
asegurar que no es una persona loca y que va a seguir con buenas políticas
que crearán estabilidad para la moneda brasileña y asegurar
a los mercados financieros internacionales que honrarán sus deudas".
Agregó:
"Estoy contento de que ya concluyó la incertidumbre, y de lo que
conozco de Lula creo que va a estar bien. Creo que seguirán las
políticas que (el saliente presidente Fernando Henrique) Cardoso
tenía implementadas. Es importante que así lo hagan, son
la clave para América Latina".
El director gerente del Fondo Monetario Internacional
(FMI), Horst Kohler, quien en agosto aprobó un crédito de
30 mil millones de dólares para Brasil, declaró que esa institución
está comprometida en trabajar con Lula para "crear las condiciones
que llevarán al crecimiento sostenido en Brasil".
Pero detrás de todas estas declaraciones positivas
prevalece una inquietud general en Washington y Nueva York sobre las implicaciones
del triunfo de Lula. "La elección ayer de un presidente que se inclina
hacia la izquierda en Brasil está resucitando el temor de que las
aflicciones financieras del poder económico de Sudamérica
podría enviar ondas de choque a sus vecinos", opinó The
Wall Street Journal en su influyente sección de inversiones.
Advirtió que a pesar de las aseveraciones en contrario, no hay garantías
de que Lula continuará pagando la deuda externa masiva acumulada
por los gobiernos anteriores.
La pregunta de varios comentaristas aquí es si
la elección de Lula es otra indicación de un creciente desencanto
latinoamericano con el llamado "consenso de Washington" sobre políticas
de mercado libre vinculadas con el comercio sin restricciones que prevaleció
entre las cúpulas en los años 90.
"Queda claro que la abrumadora mayoría de los brasileños
ha votado contra la expansión de la dominación empresarial
de sus vidas", declaró Steve Cobble, del Centro para Política
Internacional, institución liberal en Washington.
"Los opositores del comercio empresarial sin restricciones,
en América Latina y dentro de Estados Unidos -incluyendo los grupos
ambientalistas y el AFL-CIO-, ahora podrían tener a una nueva fuerza
política importante en el hemisferio", señaló. Agregó
que "los brasileños cuentan con un sistema de votación mucho
mejor que el estadunidense, ni mencionar un sistema de conteo superior".
John Williamson, el economista británico que inventó
la frase "consenso de Washington", comentó hoy que las implicaciones
de la elección de Brasil sobre este consenso dependen de cómo
se define el concepto. "Si eso implica una política de un papel
mínimo del Estado (en la economía) y la convertibilidad de
las cuentas de capital en particular, entonces esta elección sí
marca el fin (de ese consenso)", dijo en entrevista con La Jornada.
"Creo que había una decepción de que el modelo del libre
mercado no generó más."
Pero añadió que no comparte esta definición
tan limitada del consenso de Washington. El economista, quien actualmente
es experto del Instituto para Economía Internacional, expuso que
la elección de Lula podría bien solidificar, en vez de minar,
el tipo de políticas macroeconómicas de apertura y libre
comercio que considera están en el centro del consenso de Washington.
Esta perspectiva considera que no existen alternativas
viables a las políticas macroeconómicas basadas en el libre
mercado y el libre comercio, y que abandonar estas políticas a fin
de cuentas no beneficiaría al pueblo brasileño.
Haciendo eco de un análisis por otro especialista
publicado hoy en The Washington Post, Williamson sugirió
que Lula finalmente ganó una elección sólo porque
cambió su posición sobre política económica
a tal punto de avalar la economía del libre mercado.
Al parecer, muchos en el sector financiero de Nueva York
y de la cúpula política en Washington están esperando
para ver si esto es cierto, y a qué grado. Otros, entre ellos los
opositores del consenso de Washington dentro de Estados Unidos, también
están esperando la respuesta. El cambio en Brasil podría
provocar algunos cambios en Estados Unidos también.