Orden al ejército para afrontar futuras contingencias
Rusia nunca pactará con terroristas, advierte Putin en alusión a chechenos
Deja abierta la puerta para intervenir en otros países, incluso con armamento nuclear
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 28 de octubre. Este día de duelo nacional, en el que miles de moscovitas acudieron de manera espontánea al teatro Dubrovka a depositar flores como homenaje a las personas que murieron durante y sobre todo como resultado de la operación de rescate de rehenes secuestrados por un comando checheno, el presidente Vladimir Putin reiteró su visión de cómo hay que resolver este tipo de crisis.
"Rusia nunca pactará con terroristas ni va a aceptar ningún chantaje", afirmó hoy. El mandatario ruso habló en una reunión extraordinaria de su gabinete, en la que no mencionó una sola vez la palabra Chechenia, igual que en el reciente mensaje a la nación, en el cual pidió perdón por no haber salvado a todos los rehenes.
Todo son alusiones, y en lo que parece una nueva estrategia mediática, el titular del Kremlin busca hacer creer que el problema del separatismo de Chechenia es una forma de "terrorismo internacional".
La tesis no es nueva, pero sí la lectura que hizo de los riesgos que enfrenta la seguridad de Rusia, muy coincidente con lo que proclama su colega estadunidense, George W. Bush.
"El terrorismo internacional actúa cada vez con más descaro y se comporta con mayor crueldad. Por doquier, en todo el mundo, los terroristas amenazan con emplear medios equiparables a los de exterminio masivo", señaló.
Y lanzó esta severa advertencia: "Quiero declarar con toda responsabilidad que si alguien intenta usar ese tipo de medios en contra de Rusia, responderemos con medidas adecuadas a la amenaza. Lo haremos en todos los sitios donde se encuentren los propios terroristas, los organizadores de estos crímenes, los ideólogos y quienes los financian. Insisto, donde quiera que se encuentren".
Tras decir que hoy mismo ordenará al Estado Mayor del ejército ruso tomar medidas que permitan afrontar los nuevos riesgos, Putin deja abierta la puerta para intervenir militarmente, en teoría y en un escenario extremo, en otros países, así como para emplear su armamento nuclear, también en caso de que alguien intente atacarlo con un medio de exterminio equiparable.
Es prematuro saber si el presidente ruso lanzó esta advertencia sólo como mensaje para consumo de una sociedad que, a raíz de los trágicos hechos, reclama del Estado mayor seguridad, o si estas formulaciones son el primer paso para replantear la doctrina de seguridad nacional de Rusia y eventualmente incorporar el concepto de golpe preventivo.
El mermado potencial económico de Rusia sugiere que se trata más bien de lo primero, aunque puede darse casi por segura una revisión considerable del presupuesto en favor de incrementar el gasto militar.
Muchas preguntas sin respuesta
Este lunes ningún vocero oficial reveló cifras actualizadas de fallecidos en los hospitales de Moscú, a pesar de que se reiteró que 150 personas seguían en terapia intensiva, y de ellos 45, en estado muy delicado.
El énfasis se puso en que, hacia la noche de este lunes, fueron dadas de alta 333 personas, con lo cual permanecen ingresadas 313, de acuerdo con los números que informó el domingo Andrei Seltsovsky, el presidente del Comité de Salud de Moscú, que hoy ya no compareció ante la prensa.
En cambio, el director de uno de los hospitales, la clínica de urgencias Sklifasovski, el médico Aleksandr Yermolov, reveló que ni siquiera los médicos saben qué tipo de gas se empleó durante el asalto; por ello, la asistencia a los pacientes depende de los síntomas que presenta cada uno.
A su vez, la doctora Irina Nazarova, directora del Centro Médico de Rusia especializado en catástrofes, confirmó que los médicos de su institución se dieron cuenta de que se usó un gas "sólo cuando entramos al recinto del teatro (donde estaban recluidos los rehenes)".
A partir de informaciones como ésta, muchos rusos empiezan a hacerse preguntas sobre el operativo de rescate. Los funcionarios, aunque no dan respuestas, parecen abandonar la euforia con que anunciaron la liberación de los rehenes, con lo cual únicamente apuntalan la impresión de que algo falló y de que no todo sucedió como ellos lo cuentan.
Entre estas preguntas sin respuesta hay una que mantiene en la desesperación absoluta a los familiares que siguen buscando a sus seres queridos, sin que alguna autoridad pueda decirles dónde están.
Ni vivas ni muertas, 75 personas que estaban entre los rehenes se consideran oficial y simplemente desaparecidas. La Jornada pudo ver hoy la relación de esos 75 nombres, elaborada en condiciones dramáticas por los propios familiares.
Esta gente busca una explicación a la desaparición de sus seres queridos y se niega a creer las dos hipótesis que empiezan a cobrar fuerza. Una señala que habrían fallecido por envenenamiento, y frente a las 118 víctimas mortales ya reconocidas, las autoridades decidieron posponer unos días la confirmación de su muerte.
La otra no es mejor. Circula como fuerte rumor que la operación de rescate, además de dejar un altísimo saldo de intoxicados, no pudo impedir que una de las mujeres chechenas suicidas accionara los explosivos que llevaba encima, causando la muerte de esas 75 personas.
Las autoridades rusas contribuyen a hacer más confusa la situación. En lugar de presentar los cuerpos de los chechenos, lo que demostraría que al menos la segunda hipótesis no es cierta, este lunes se denegó la entrega de los restos de un secuestrador a familiares suyos.
Se anunció de modo oficial que todos ellos, los 50 que murieron durante el asalto, serán cremados en el momento y el lugar que las autoridades decidan. Ningún cuerpo podrá ser reclamado por familiares de los miembros del comando.
Masjadov, mal
Por su parte, el presidente checheno, Aslan Masjadov, tampoco ha estado muy afortunado en sus primeras declaraciones tras conocer el fracaso de la misión del comando suicida.
En relación con la toma de rehenes, dijo: "Condenamos y siempre lo hemos hecho este tipo de acciones, que no tienen justificación. Siempre hemos procurado conducirnos con dignidad en nuestro anhelo por alcanzar la liberación nacional".
Nada habría que objetar a estas declaraciones formuladas hoy a la agencia noticiosa francesa Afp, lo cual excluye una manipulación por parte de los servicios secretos rusos, salvo un detalle que afecta su credibilidad: el propio Movsar Barayev, jefe del grupo de secuestradores, afirmó en la entrevista que concedió a la televisora rusa NTV que ellos sólo cumplían órdenes del "jefe militar Shamil Basayev y de nuestro presidente, Aslan Masjadov".
Con ese tipo de falsedades, Masjadov no facilitará el comienzo de negociaciones tendientes a un arreglo político para Chechenia. La guerra, en cambio, adquirirá renovada intensidad. Al tiempo que las tropas rusas realizaron este mismo lunes un operativo en Chechenia, que tuvo un saldo de 30 separatistas muertos, uno de los hoteles más céntricos y lujosos de Moscú era desalojado por amenaza de bomba y, en otro extremo de la capital se detuvo a dos chechenos en posesión de armas, explosivos y un plano detallado de la estación de trenes de Kursk.