Ayax Segura "era un agente infiltrado"; Campos Lemus, "un provocador"
Ex líder del CNH acusa a Nazar Haro de haberlo torturado en 68
Denuncia ante la fiscalía especial al ex director de la Federal de Seguridad
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, ex dirigente del movimiento estudiantil de 1968, denunció ante la Fiscalía para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado a Miguel Nazar Haro, ex jefe de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), de haberlo torturado en aquel año. Asimismo aseguró que Ayax Segura "era un agente gubernamental infiltrado" en el movimiento y Sócrates Campos Lemus "fue un provocador" (ambos fueron dirigentes estudiantiles en 1968).
Entrevistado luego de rendir por más de cuatro horas su declaración ministerial ante la fiscalía especial, el ex representante de la Escuela Nacional de Agricultura en el Consejo Nacional de Huelga (CNH) afirmó que decir que el movimiento estuvo financiado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y que la intención de los estudiantes era instaurar en México un gobierno de tipo comunista "son cuentos chinos para asustar. El movimiento siempre estuvo sostenido por el boteo de las brigadas y eso era el alma del movimiento".
Mencionó que en su denuncia señala que el 26 de septiembre de 1968 fue entregado a la Dirección Federal de Seguridad, "personalmente con Miguel Nazar Haro. El me estuvo torturando. Yo lo vi porque no estaba encapuchado, no tuve los ojos vendados, nada más tenía esposadas las manos.
"El personalmente -Nazar Haro- se encargó de torturarme toda la noche del 27 de septiembre. Me preguntó si sabía de armas, quién financiaba el movimiento, supuestamente en dónde me entrené, que si los rusos o Cuba estaban metidos en el movimiento.
"De la DFS me trasladaron a Lecumberri, pero creo que lo del 2 de octubre ya estaba planeado desde antes, porque el día primero me sacaron de mi celda, me pusieron a hacer fajina mientras en cuarto escribían insultos a Díaz Ordaz, mismos que luego quisieron que borrara con la lengua. Decían que yo los había hecho.
"Con ese pretexto supuestamente me castigaron y el 2 de octubre me llevaron al Campo Militar Número Uno; ahí me hicieron un intento de castración. Decían que había que caparme para que no tuviera hijos y no salieran igual que yo. Me rasgaron el escroto. Además se simuló un fusilamiento. Me ataron desnudo a un poste y me dieron un disparo de salva en la sien. A las siete de la mañana del día 3 me sacaron y me metieron a una camioneta y me llevaron de vuelta a Lecumberri.
"Ahí estuve aislado durante un mes, oriné y obré sangre por más de una semana. Tuve como cama una plancha de acero, no había cobijas, no tenía ropa, usé un pantalón que no me quedaba. Así pasó el mes hasta que me sacaron y me llevaron a la crujía 'M', donde estaban todos los demás compañeros".
Agregó que sus señalamientos ante el Ministerio Público Federal los hizo en torno a la tortura de que fue objeto, pero añadió que hay situaciones del movimiento estudiantil que no han sido aclaradas. "Lo que pretendo es que se actúe conforme a derecho, porque no vamos a manejar aquí la venganza, eso no interesa, lo que importa es que situaciones como la del 68 o la de los años setenta no se vuelvan a repetir", añadió.
Cervantes Cabeza de Vaca agregó que el ex presidente Luis Echeverría, al igual que Gustavo Díaz Ordaz, el ex secretario de la Defensa Nacional Marcelino García Barragán y el que fuera comandante del Campo Militar Número Uno -al que identificó como el general Luis Gutiérrez Oropeza- "tienen que ser juzgados porque por lo menos tuvieron conocimiento de los hechos".
El ex dirigente reconoció que el CNH sí estuvo infiltrado: "Ayax Segura fue quien me denunció, obviamente era un agente y está vivo. Sócrates Campos Lemus fue un provocador, de eso no tenemos duda, y seguramente hubo muchísimos más infiltrados.
"En la DFS me carearon con Sócrates Campos Lemus. No lo vi porque estaba encapuchado, pero conocía su voz. El decía que si yo hablaba me iba a ir bien; me negué, pero no por valiente, sino por miedo, porque el miedo te enmudece muchas veces"; luego, dice, vino la tortura.