Hasta ya no ir, primera ''novela para adultos'' de la escritora chilena

Rechaza Beatriz García Huidobro toda obra que entretenga a nivel epidérmico

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Después de dedicar su carrera a la literatura infantil y juvenil, la escritora chilena Beatriz García Huidobro da un giro y presenta su primera novela ''para adultos", Hasta ya no ir, en la que mediante una campesina adolescente que vive en la provincia se adivina la historia reciente de Chile. Publicada por vez primera por la editorial chilena LOM, en 1996, la novela aparece en México bajo el sello de Era.

En Hasta ya no ir, finalista del concurso Sor Juana Inés de la Cruz en 1997, ''sólo quise crear un personaje incapaz de huir de sí mismo, inmóvil en sus acciones a pesar de los hechos a su alrededor. Que haya sido mujer eso es accesorio, pues no creo que sea una novela 'femenina', sin que esta categoría me moleste", señala la escritora en entrevista.

El título proviene de una frase del escritor irlandés Samuel Beckett, expresa García Huidobro. "Quizá sea algo pretenciosa su elección, pero cada frase de él contiene un universo. Originalmente se llamaba El eje vertical, que representaba el giro hacia abajo sobre sí mismo, pero me dijeron que era un título fatal, y que si debía explicarlo, peor aún".

Admiradora de Chéjov, Dostoievski, Sartre, Camus, Pavese, Vallejo y Prévert, la autora laboró durante muchos años como profesora y directiva docente, pero ''nunca me he alejado de la literatura, especialmente como lectora. Soy mucho más fiel y dedicada en esa categoría que como escritora. Si bien desde chica fui la que redactaba la revista del colegio, hacía los discursos y escribía los trabajos, de hecho no incursioné en la literatura sino bastante después. Creo que en parte porque admiro mucho a los grandes escritores y no me podía identificar en ese plano''.

Aristas de censura en Chile

''Trato de ser una escritora comprometida, con buen lenguaje y con auténtica búsqueda de expresión. Sin menospreciar a nadie, no me gustaría llegar al facilismo de la novela frívola, rápida, que tal vez logre entretener, pero sólo a un nivel epidérmico. Es como hacer cine vs teleseries", dice García Huidobro.

Y agrega: ''Me interesa mucho cómo la sociedad influye en el individuo, cómo las pasiones de cada historia personal están determinadas por la época, por los hechos externos, a pesar de que el individuo se cree el constructor de su propia vida".

Respecto de la situación de la literatura chilena, en general, y de la femenina, en particular, García Huidobro (Chile, 1960) refiere que se trata de un rubro en el que siempre hay buenos escritores, poetas interesantes y variedad de estilos y temas. ''Me gustan José Miguel Varas, Oscar Hahn, Gonzalo Rojas, Guillermo Blanco, Roberto Bolaño y, por supuesto, nuestros clásicos, a los que no se debe ignorar. Desconozco qué sucede con la poesía joven femenina, que espero renazca como fue hace muchos años. En narrativa tenemos a Diamela Eltit que, considero, sigue siendo la máxima exponente de la literatura seria y comprometida. He leído a Lina Meruane, Carla Guelfenbein y otras que parecen interesantes, aunque aún no tienen una obra propiamente. Y no se puede desconocer el éxito de Isabel Allende, que acá es bastante poco apreciada por los escritores, pero tiene un tipo de mérito que es importante".

En la actualidad, los autores chilenos no enfrentan problemas específicos, si bien existen aún aristas de censura, éste ya no es un problema permanente que deban combatir. Tal vez habría que ver que, por ser un gremio muy reducido, se produce una cadena de favores mutuos que restringe las oportunidades de quien se inicia o se encuentra lejos, añade.

Después de Hasta ya no ir, García Huidobro publicó Sombras nada más, en 1999 (LOM), y cuenta con varios títulos escolares, didácticos y novelas infantiles. Ahora prepara una novela que podría salir a la venta a principios del próximo año. ''Lo empecé cuando se murió mi abuela, que era un personaje genial; médica, pianista, librepensadora, divertida, contestataria, práctica en lo cotidiano y lo doméstico, etcétera. Empecé por la bisabuela y sólo me quedé en ella y sus hijas (mi abuela y sus hermanas). Cuando quise enfatizar a mi abuela, resultaba poco creíble, así es que al final ella no es la protagonista".