El aire es azul se inscribe en los actos
por el centenario del natalicio del arquitecto
Alterar al mínimo la casa de Barragán,
desafío para 20 artistas de 13 países
Con 17 obras ''intervendrán'' pasillos, habitaciones,
jardines y terrazas del inmueble
Juan Soriano y Carlos Payán, entre otros, participarán
en una kermés-homenaje
ARTURO JIMENEZ
A partir de hoy 20 reconocidos artistas contemporáneos
de 13 países ''intervendrán" con sus obras la Casa Museo
Luis Barragán, con el desafío de alterar lo menos posible
el entorno doméstico del reconocido arquitecto mexicano, de quien
este año se celebra el centenario de su nacimiento.
En un juego paradójico de mostrarlas y a la vez
hacerlas pasar desapercibidas, como integradas al lugar y al universo creativo
del arquitecto, las 17 piezas de El aire es azul se expondrán
por pasillos, habitaciones, jardines y terrazas del inmueble como un homenaje
a Barragán y como una manera de tender ''un puente" entre la arquitectura
y el arte.
''Cuando
Hans Ulrich Obrist, Pedro Reyes y Fernando Romero nos presentaron el proyecto
para convencernos de que la casa albergara a estos reconocidos artistas,
al principio nos dio mucho miedo", dijo Catalina Corcuera, directora del
lugar.
''La casa es un recinto muy cerrado, está recién
restaurado y nosotros no somos expertos en arte contemporáneo. Al
principio no podíamos imaginar cómo serían sus intervenciones,
pero me fui dando cuenta que no sólo eran unos grandes artistas
sino gente con gran sensibilidad.
''Ellos comenzaron a ver el lugar de una manera muy diferente
a la que nosotros estábamos acostumbrados. Cada uno empezó
a escoger su rincón y a inspirarse en la casa para crear su obra.
Ahora estamos felices de haber accedido al proyecto, porque ha enriquecido
el concepto de la Casa Museo Luis Barragán."
Pero además de la muestra El aire es azul,
este sábado la pequeña calle donde se ubica la casa museo,
en General Francisco Ramírez, colonia Ampliación Daniel Garza,
por los rumbos de la delegación Miguel Hidalgo, será cerrada
para realizar una kermés-homenaje.
En este híbrido celebratorio habrá conferencias,
proyecciones, monólogos y una fiesta nocturna, en los que participarán
Carlos Monsiváis, Juan Soriano, Carlos Payán, José
Luis Cortés y otros, quienes hablarán sobre el mundo de Barragán.
Las actividades en torno de la inauguración de
El aire es azul comenzarán a las 12:30 horas, con las participaciones
de Catalina Corcuera y Fernando Romero, director del Laboratorio de la
Ciudad de México (LCM), uno de los operadores principales de este
homenaje.
También se proyectarán los documentales
Covarrubias-Bali y Barragán: muro y muralismo; se
leerá el discurso pronunciado por el arquitecto al recibir el Premio
Pritzker, y el curador Hans Ulrich Obrist y varios de los 20 artistas hablarán
sobre los trabajos de intervención.
Previo a la celebración final, ambientada por el
Sonidero Apokalitzin, cuyo repertorio es un misterio, la estadunidense
Roni Horn presentará además, en el jardín de la casa,
su monólogo Saying water.
Transparencias y reflejos
El aire es azul, en la que podrán apreciarse
fotografías, libros y otros objetos de los 17 artistas, se expondrá
hasta el próximo 3 de marzo. Integrada en dos etapas, la primera
abre hoy y la segunda en enero, con la incorporación de más
artistas.
Procedentes de Dinamarca, Francia, Suiza, Inglaterra,
Escocia, Estados Unidos, Corea, Austria, Brasil, Albania, Japón,
Tailandia y México, los creadores participantes son: Iñaki
Bonillas, Olafur Eliasson, Claudia Fernández, Dominique González-Foerster,
Peter Fischli, David Weiss, Gilbert & George, Douglas Gordon, Dan Graham,
Roni Horn, Koo Jeong-a, Dorit Margreiter, Damián Ortega, Lygia Pape,
Philippe Parreno, Pedro Reyes, Anri Sala, Kazuyo Sejima, Ryue Nishizawa,
Rirkrit Tiravanija, Niele Toroni y Cerith Wyn Evans.
En un recorrido encabezado por Rita Jiménez Pons,
coordinadora del LCM, se observaron varias de las discretas obras, como
el título de la muestra, transparente y apenas perceptible, o unas
sillas reflejantes, que absorbían la espesura del jardín.
También, un caleidoscopio con espejos y escaleras,
al estilo del arquitecto o unos cilindros formados por hilos dorados en
una esquina del estudio, como telaraña. Además, esferas-urinarios,
maquetas, fotos, retratos. Todo referido a las formas, espacios y colores
propios de Luis Barragán.