Habría actuado para que coincidieran sicarios de El Chapo Guzmán y de los Arellano
Un tercer grupo de narcos pudo haber intervenido en el homicidio de Posadas
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
La Procuraduría General de la República (PGR) no descarta que en el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo los grupos de sicarios de Joaquín El Chapo Guzmán y de los hermanos Arellano Félix, hayan sido hechos coincidir, el 24 de mayo de 1993, en el aeropuerto de la ciudad de Guadalajara, por un "tercer grupo" de narcotraficantes, y que el objetivo haya sido colocar en medio del tiroteo al prelado, revelaron fuentes de la dependencia.
La investigaciones también buscan determinar si la balacera en la que murió el cardenal Posadas estuvo planeada, como parte de una estrategia para evitar que difundiera información relacionada con el narcotráfico en esas fechas.
La indagatoria, la cual fue reabierta en junio de este año, no ha sido concluida, pues según reportes recabados, además de que varios de los involucrados en el seguimiento del caso ya han fallecido, algunos de los documentos oficiales que han sido requeridos por el Ministerio Público a dependencias federales y, en algunos casos, a autoridades del estado de Jalisco, la repuesta recibida es que esos archivos ya no existen porque sólo guardan su información durante cinco años, lo que ha dificultado la investigación del caso Posadas en la gestión de Rafael Macedo de la Concha al frente de la PGR.
Marisela Morales, fiscal de asuntos especiales de la PGR, aseguró a La Jornada que la dependencia no ejercitó acción penal contra Benjamín Arellano por el homicidio de Posadas y dijo que el expediente que se integró en 1993 contenía muchas fallas.
Reconoció que "es cierto que el expediente en el que se acusa a Benjamín Arellano de haber estado en Guadalajara el día del homicidio no tiene ninguna prueba que así lo demuestre, en cambio existen indicios de que el día de los hechos estuvieron en el aeropuerto Ramón (finado) y Javier Arellano Félix (contra quien existen varias órdenes de aprehensión)".
La fiscal refirió que a esta administración únicamente le correspondió cumplimentar la orden de aprehensión que databa de 1993 por delitos como daños en propiedad ajena, posesión de armas de fuego de uso prohibido y uso de vehículos de procedencia extranjera, acusaciones por las que tampoco se le inició proceso, puesto que Benjamín Arellano no estuvo en Guadalajara el 24 de mayo de 1993.
Destacó que a la administración de Macedo de la Concha "sólo le tocó interponer los recursos de revisión, sin la posibilidad de poder ofrecer ninguna prueba en ese proceso penal por lo viejo del expediente y porque ya había sido analizado por el juez tercero de distrito de Toluca", quien determinó en primera instancia exonerar de esos cargos a Benjamín Arellano, situación que fue ratificada por el primer tribunal unitario A, con sede en Toluca.