Choque verbal entre chavistas y la Guardia Nacional
Se niega la oposición venezolana a firmar pacto
contra la violencia
AFP Y DPA
Caracas, 14 de noviembre. La oposición venezolana
se negó hoy a firmar un pacto contra la violencia bajo el alegato
de que el gobierno sacó a las calles en esta capital a tropas del
ejército para garantizar el orden, luego de la represión
policial de esta semana ordenada por un alcalde opositor que dejó
dos muertos y una veintena de heridos.
La delegada por el gobierno y ministra de Trabajo, María
Cristiana Iglesias, retó en-tonces a los opositores a deslindarse
de "los golpistas" atrincherados en la plaza Altamira desde hace varias
semanas, con quienes en cambio esos sectores firmaron un acuerdo para "la
reconstrucción nacional".
El
delegado opositor en la mesa de negociaciones, Timoteo Zambrano, sostuvo
que hubiera sido el primer acuerdo con el go-bierno, pero que debido a
"esta movida" no fue posible. El también opositor Américo
Martín lamentó la presencia en las calles de efectivos militares,
al afirmar que esto "influye sobre las deliberaciones e introduce nuevos
ingredientes explosivos".
El pacto rechazaba la violencia de los últimos
días en el país y comprometía a las partes a velar
por la paz nacional.
Sin embargo, no sólo los opositores en esa mesa
se negaron a cualquier compromiso al respecto, sino que además los
alcaldes opositores y el gobernador del estado de Miranda, Enrique Mendoza,
rechazaron que los militares patrullen la ciudad.
Argumentaron que ni la Constitución ni ninguna
otra norma habla de que la seguridad en las calles esté en manos
del ejército, sino en los cuerpos civiles, según el alcalde
de Baruta, Henrique Capriles, que fue apoyado por sus colegas de Chacao
y Hatillo.
"Creemos que hubiera sido importante el día de
hoy (miércoles) firmar el texto después de los sucesos (de
violencia del martes) en Caracas", y tras la firma por la oposición
de un acuerdo para "la reconstrucción nacional" con un grupo de
altos oficiales militares involucrados en el golpe de abril, y atrincherados
en una plaza pública desde el 22 de octubre, señaló
la ministra Iglesias.
La delegación opositora no se sintió a gusto
con este planteamiento ni con el reclamo de que se deslinde de los golpistas,
y respondió que éstos estaban desarmados.
En ese contexto, la oposición dijo que en las últimas
horas no ha habido avances en la mesa, y más bien alegó que
el asunto de los militares en las calles plantea una "crisis constitucional
que debe ser aclarada".
El comandante general de la guarnición de Caracas,
Jorge García Carneiro, dijo que el patrullaje en las calles de la
capital por tropas del ejército, la Guardia Nacional y las policías
locales tiene como único fin "llevarle a la ciudadanía paz
y tranquilidad".
Agregó que esos comandos sólo están
para prevenir cualquier eventualidad y evitar su desborde, y no esperar
que se den sucesos indeseables.
Sin embargo, hoy se produjo un roce en-tre soldados de
la Guardia Nacional y partidarios del presidente Hugo Chávez, que
chocaron verbalmente en el centro de Caracas. En cambio, uno de esos batallones
fue retirado de las inmediaciones de la estatal Petróleos de Venezuela
ante una protesta de sus trabajadores.
Mientras, el ex candidato presidencial ve-nezolano por
el democristiano Copei, Os-waldo Alvarez, declaró en Madrid que
"Venezuela está al borde de la guerra civil".
En una entrevista con un diario local, estimó que
para evitarla se requiere llegar a un acuerdo en la mesa de negociaciones
entre gobierno y oposición, que lleve a un referéndum "consultivo"
sobre la permanencia en el poder del presidente Chávez.
En su visita a Colombia la víspera, Chávez
reiteró que descarta toda renuncia, y confió en la mediación
internacional que facilite una salida pacífica y democrática.
Comentó que la crisis que enfrenta obedece a cambios estructurales
de su gobierno en favor de los sectores más pobres.