Histórica, su presencia en el Parlamento
italiano
Pide el Papa a la UE recoger en su Constitución
la herencia cristiana
AFP Y DPA
Roma 14 de noviembre. El papa Juan Pablo II pidió
hoy, en un histórico discurso pronunciado ante el Parlamento italiano,
que la fu-tura Constitución de la Unión Europea re-coja la
herencia del cristianismo.
Esta fue la primera ocasión que un pontífice
del Vaticano habló en este recinto, y Karol Wojtyla aprovechó
la ocasión para afirmar que "para dar estabilidad duradera a la
nueva unión de Europa es necesario que ésta se sustente en
los cimientos éticos que alguna vez crearon su base".
En
un discurso de 45 minutos que fue interrumpido en 20 ocasiones por los
aplausos de los parlamentarios, Juan Pablo II argumentó: "Estoy
convencido de que, también gracias a Italia, no les faltará
a los nuevos cimientos de la casa común europea el cemento de aquella
extraordinaria herencia religiosa, cultural y civil que a lo largo de los
siglos ha hecho grande a Europa".
El Papa, de 82 años de edad, apareció, según
medios de comunicación locales, en buena forma y se negó
a utilizar la tarima con ruedas que suele emplear durante las ceremonias
religiosas.
Además de solicitar que la Unión Europea
retome el cristianismo en su Constitución, también rechazó
toda responsabilidad de las tres religiones monoteístas -la cristiana,
la musulmana y la judía- en el desarrollo del terrorismo internacional,
y afirmó que las religiones han sido involucradas en este fenómeno
internacional "de manera totalmente deformada".
Al hablar de un posible conflicto bélico contra
Irak, advirtió a las naciones cuya "matriz histórica ha sido
la fe cristiana" sobre el riesgo de caer "prisioneros de la lógica
de los enfrentamientos, que no tienen solución".
Así, el Papa invitó a todos los países
a trabajar para "encontrar caminos de paz sin ignorar las actuales amenazas"
que pesan sobre ellos, debido al terrorismo.
Hubo aplausos de los parlamentarios cuando Juan Pablo
II, hizo referencia a la situación nacional y habló en contra
de políticas para disminuir el número de nacimientos, y alegó
la necesidad de defender la institución familiar. En este sentido,
también rechazó la unión libre tanto de heterosexuales
como de homosexuales.
El Vaticano gobernó durante siglos am-plios territorios
hasta que fue conquistado por Italia en 1870. Roma pasó a ser la
capital de Italia unida mientras los papas católicos se negaron
a abandonar el territorio del Vaticano, reducido a una extensión
de me-dio kilómetro cuadrado.
A los católicos se les prohibió entonces
participar en actividades políticas del Estado italiano, pero en
1929, bajo el concordato negociado por el dictador Benito Mussolini, se
produjo la reconciliación entre Ro-ma y el Vaticano.