CONSULTA SOBRE PRIORIDADES
NACIONALES
La meta es rescatar el ejercicio de la soberanía,
afirma el coordinador del sondeo
No podemos seguir inmóviles ante las políticas
de Fox, advierte Carlos Imaz
A ver si les sirve la respuesta del pueblo, dice Inmoral,
el proyecto de presupuesto, insiste
RENATO DAVALOS
El rescate del ejercicio de la soberanía, que reside
esencialmente en el pueblo, con una práctica colectiva y a la vez
pedagógica resume el objetivo de la consulta sobre prioridades nacionales,
definió Carlos Imaz. No podemos permanecer inmóviles cuando
el presidente Fox continúa aplicando el modelo económico
de Salinas y Zedillo, y en el terreno político trabaja sobre una
estructura priísta intacta.
La idea surgió hace poco más de cuatro
meses, y desde entonces, Imaz, ex dirigente perredista en la capital, fue
nombrado coordinador de la consulta que se realizará este 19 y 20
de noviembre, la cual hizo converger a artistas, intelectuales, periodistas,
líderes y organizaciones, muchos de ellos sin partido. En el umbral
del sondeo ciudadano, concretado en siete preguntas, Imaz estableció
que se pretende iniciar la reflexión con una expresión política
nacional.
Paulatina, la tarea ha propiciado la concurrencia de más
de medio millar de organizaciones civiles, las cuales se involucraron en
el proyecto surgido por el interés común de replantear las
formas de participación ciudadana y los mecanismos que configuran
las prioridades del presupuesto federal. Los resultados se darán
a conocer dos días después del sondeo.
Habrá que regresar la soberanía a los ciudadanos
que acudan a las 10 mil urnas que se instalarán, cuyos resultados
se entregarán a los poderes de la Unión, incluido el Ejecutivo,
"a ver si le sirven", dijo Imaz.
Fox, añadió, ha incurrido en actitudes megalómanas
y confunde alternancia con transición. Cuando el Presidente da por
concluido este último proceso, justamente tienen que discutirse
los asuntos de la agenda nacional para dar un viraje a la política
y a la economía.
Los tres temas sustanciales de la consulta son: soberanía,
presupuesto y paz y justicia. No pretendemos afirmar que todos los rubros
de la agenda social están agotados, ya que estamos en una etapa
definitoria de lo que va a ser el país.
En el ámbito presupuestal, precisó Imaz,
para un país la definición es clara: dime en qué gastas
y te diré quién eres. En el Congreso se intenta dirimir qué
tipo de nación queremos, pero resulta inconstitucional e inmoral,
por ejemplo, que en el ámbito del federalismo se trate igual a los
desiguales, o que no haya el mismo porcentaje de recursos para las deudas
financiera y social. No importa el tamaño del pastel, sino fijar
proporcionalmente una cifra para ambos débitos.
Por ejemplo, actualmente apenas se destina al campo 0.6
por ciento del gasto, mientras que el porcentaje de la deuda fiscal representa
más de la mitad del producto nacional. Por ello, una vez fijados
los montos tiene que haber una programación multianual.
Sin embargo, hoy tenemos un presupuesto Bartola,
residual y sin atención a los reclamos sociales. A los ricos sí
se les pega con toda puntualidad, y lo que sobra va a los más necesitados.
Los porcentajes de uno y otro gastos se mantendrían como una política
de Estado, no importando si la economía crece al uno o al cinco
por ciento. Pero es inmoral que cuando la economía se estanca se
sigue pagando a los poderosos, como Roberto Hernández, de Banamex,
mientras hay hambre y penurias nacionales.
No se consulta al país para estos asuntos. El Constituyente
puede aprobar reformas, agregar derechos a los establecidos en el texto
fundamental, pero no se autoriza modificar el espíritu del documento,
que reside en la protección de derechos elementales, que son letra
muerta, como la educación o la salud. La respuesta a lo que afirma
Diego Fernández de Cevallos -"para qué nos pagan... si no
es para reformar la Constitución"- es: "no te pagamos para que hagas
lo que se te dé la gana...".
Y qué decir del agro, resumió Imaz, lo que
se avecina en 2003, con la apertura casi total de las fronteras, es la
pelea del peso mosca contra el peso completo. En Estados Unidos fluirán
apoyos por 180 mil millones de pesos, y aquí de apenas 700 millones
de dólares. En las últimas décadas, la media nacional
de gasto para el agro promedió 2 por ciento del producto, y ahora,
cuando más apoyos requiere, se le destina 0.6 por ciento.