Obispos exhortan al gobierno a buscar acuerdo en la materia con Estados Unidos
Parroquias en México abrirán sus puertas a migrantes indocumentados
La CEM hace referencia al "trato inhumano" hacia centro y sudamericanos en el país
ALMA E. MUÑOZ
Los obispos mexicanos exhortaron al gobierno a buscar un acuerdo migratorio con Estados Unidos para proteger los derechos de los trabajadores indocumentados en aquel país. Al mismo tiempo, lo conminaron a instrumentar mecanismos "idóneos y justos" para que las remesas que envían los mexicanos desde Estados Unidos lleguen a sus familiares, "sin mengua alguna".
Como se anticipó, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en su 74 asamblea plenaria ordinaria, lamentó que los flujos migratorios, tanto al interior como al exterior del país se den por las condiciones socioeconómicas imperantes, así como el tráfico de personas, por parte de "mafias sin escrúpulos".
Por ello, en un mensaje de 21 puntos consideraron que el fenómeno "no puede frenarse ni mitigarse sólo con leyes y medidas restrictivas que coartan el derecho de los migrantes a buscar su propia manutención y la de su familia". Aunque el mensaje de la CEM centra sus bases en la migración a Estados Unidos, también hace denuncias referentes al "trato inhumano" que padecen en México quienes se movilizan de Centro y Sudamérica.
Frente a esto, reitera que es la comunidad cristiana "la que debe mirar por sus miembros sujetos al rigor y a los peligros de la migración forzada a cambio del hambre y la injusticia, de tal suerte que ahora las parroquias abrirán sus puertas para acoger a quienes se desplazan en busca de mejorar su situación económica.
Insistieron que tanto obispos mexicanos como estadunidenses solicitarán a sus respectivos gobiernos -en un pronunciamiento conjunto que harán público a finales de enero o principios de febrero de 2003- que la pobreza y el desempleo "se aborden bilateralmente", porque son la causa de la "migración forzada".
Si la entrada ilícita a un territorio, sostuvieron, se cataloga como un delito, "se ignora la dignidad y los derechos fundamentales de los migrantes indocumentados. Estos posiblemente infringen una norma, pero no son delincuentes y no es lícito tratarlos como tales, y menos aprovecharse de su situación de desventaja para violar sus garantías individuales y laborales". En ese sentido, se pronunciaron porque se facilite el tránsito legal de jornaleros temporales, para ir en contra de la desintegración familiar.
Especial énfasis hicieron a la "etiqueta" que a raíz de los ataques del 11 de septiembre a Estados Unidos se da a dichos trabajadores, a quienes se les cataloga como terroristas, lo cual da pie a una "persecución y cacería de los mismos, como si se tratara de simples animales".
El mensaje fue proporcionado por los obispos Guillermo Ortiz Mondragón (auxiliar de la ciudad de México), Ricardo Watty (de Nuevo Laredo, Tamaulipas), Miguel Angel Alba Díaz (de La Paz, Baja California Sur) y Mario de Gasperín (de Querétaro), quienes coincidieron en la necesidad de exhortar al presidente Vicente Fox a concretar un acuerdo en esta materia con su homólogo de Estados Unidos, George W. Bush, lo cual "no significa que sea la panacea, pero sí reflejaría la lucha por hacer algo humano".