Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 26 de noviembre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas
  

Economía

Víctor Quintana S.

Las bicicletas de Fox y Usabiaga

Un amigo mío de origen belga está muy orgulloso de su tío. Resulta que el señor peleó heroicamente en 1940 contra los nazis que invadían su patria. Por desgracia su heroicidad no fue suficiente para evitar la invasión de su país. Mientras la blitzkrieg alemana avanzaba arrasando todo con sus panzers, aquel buen señor trataba de oponerle alguna resistencia desde su batallón... de bicicletas.

Esto me viene a la mente, con todo el respeto para el ejército belga, ahora que el presidente Vicente Fox y el secretario de Agricultura, Javier Usabiaga, anuncian su blindaje agropecuario.

Hace ya casi nueve años Estados Unidos lanzó una ofensiva de exportaciones de productos agroalimentarios contra nuestro país en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Nuestras defensas han sido tan débiles que ya dependemos en 40 por ciento de los alimentos que importamos. Y cada día tienen que huir del campo 600 productores, es decir, soldados que han sido derrotados en la guerra de la producción.

Pero la ofensiva final está por iniciarse. El primero de enero se desgravan todas las importaciones agroalimentarias procedentes de Estados Unidos y Canadá, excepto el maíz, el frijol y la leche en polvo. Se avecina, pues, una blitzkrieg de las corporaciones trasnacionales del agronegocio contra nuestra frontera. Y con sólido apoyo en la retaguardia: gracias a su ley agrícola (farm bill) los agricultores estadunidenses contarán con 80 por ciento más de subsidios a partir de este año, buena parte de ellos orientados a la exportación.

Ante esta ofensiva, los secretarios de Agricultura y de Economía declaran desde agosto que el gobierno federal pondrá en marcha un blindaje agropecuario para proteger nuestra agricultura del alud agroalimentario gringo. Hablan de toda una serie de medidas, pero nunca traducen qué significa dicho blindaje en pesos y centavos.

No es sino hasta el pasado lunes 18 cuando Fox y Usabiaga dan a conocer el contenido y el costo del blindaje. Con bombo y platillo señalan que se dedicarán al campo 102 mil millones de pesos durante 2003, cantidad récord hasta la fecha. Anuncian además una serie de medidas y políticas de protección.

Pero el blindaje empieza a ceder y a quebrarse desde el mismo momento en que se le analiza. Porque los 102 mil millones anunciados provienen de los presupuestos de 14 dependencias federales diferentes. Lo que hacen ahora Fox y Usabiaga es juntar todo lo que ordinariamente va al medio rural, desde las acciones de fomento agropecuario, hasta las de educación, de asistencia social y de construcción de caminos. Amontonan diversos rubros presupuestales para apantallar con las cantidades, pero en realidad no hay un centavo más de recursos frescos para el campo. Por ejemplo, el presupuesto de la Sagarpa será el contemplado en el Presupuesto de Egresos de la Federación que resulta 9 por ciento inferior en términos reales al ejercido el año que termina.

Demagogia pura. Blindaje de saliva. Artificios contables para hacer aparecer incrementos cuando lo que hay son decrementos. Si alguien pensaba que la costumbre de disfrazar cifras, de manejar los dineros con falacias se terminó el 6 de julio de 2000, se equivocó. La simulación no ha abandonado ni Los Pinos ni al gabinetazo.

Hay que reconocer algunas políticas rescatables en este paquete del blindaje. Por ejemplo, el establecimiento de precios objetivo multianuales para granos básicos y oleaginosas, lo que podrá generar algo de certidumbre en los productores. Habría que vigilar que en la manera de operar no se beneficie sólo a los grandes productores o a las empresas compradoras de estos productos. También se prometen estrictas medidas de vigilancia y de control de la sanidad y la calidad de los alimentos importados. Será un avance sólo si cumplen y no se "arrepienten un poco" de haberlas instaurado.

El gobierno del cambio se ha vuelto a quedar chico y corto. Ante la guerra alimentaria que ha desatado Estados Unidos y las trasnacionales sólo hay un blindaje posible: la declaración de estado de emergencia económica y social en el campo y la moratoria por tres años al apartado agropecuario del TLCAN, como proponen 12 organizaciones campesinas regionales y nacionales. Todo lo que Fox y Usabiaga proponen son sólo bicicletas combatiendo contra los panzers. Con una importante diferencia: el tío de mi amigo belga se entregó con toda generosidad y honestidad a un combate sin esperanza y a nadie trató de convencer de que con su bicicleta iba a detener la invasión de Hitler.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año