Desde el sábado permanecía en los separos de la representación social
Presunto delincuente se ahorca en una agencia del MP
SUSANA GONZALEZ G.
Un presunto delincuente que permaneció detenido desde la tarde del sábado en las galeras de la agencia uno del Ministerio Público de la Procuraduría capitalina, fue entregado muerto a sus familiares ayer.
La explicación que los funcionarios ministeriales dieron a los parientes de Marco Antonio Angeles Sevilla, de 25 años de edad, fue que se ahorcó con el cordón de su chamarra. "Se inició una averiguación previa por suicidio. Hay un ahorcamiento con un cordón o una agujeta, pero no de zapato, sino de una agujeta de una chamarra que se le llevó en la madrugada", corroboró el procurador Bernardo Bátiz al salir de la reunión del gabinete de seguridad pública.
Sin embargo, Juana Edith y Adriana Alonso Gómez, tías del detenido, denunciaron que hubo irregularidades y contradicciones en la actuación y declaraciones de los agentes judiciales que aprehendieron a Marco Antonio, así como del personal de la agencia uno, donde permaneció recluido.
En principio, mencionaron que no se les permitió ver a su sobrino desde que fue detenido y aunque habría fallecido a las diez de la mañana del domingo, los funcionarios dieron largas a la solicitud de información de la familia durante tres horas, hasta que a la una y media de la tarde reportaron lo ocurrido.
"Nos dijeron que se había ahorcado con el cordón de su chamarra, pero cuando nosotros fuimos a dejarla, el agente del MP nos dijo: 'quítenle las agujetas porque luego se ahorcan', así que la entregamos sin la agujeta de la capucha y ahora nos dicen que se colgó con ella", refirió Juana Edith Alonso Gómez.
Cuando la familia fue informada del deceso se negó a firmar un documento de identificación, pues al revisar el cuerpo de Marco Antonio le encontraron varios moretones en brazos y piernas, pero sobre todo un orificio y la falta de piel en el mentón, por lo que sospechan que fue torturado.
Las tías presentaron una denuncia en la agencia 50 del Ministerio Público y regresaron a la agencia uno para rendir declaración, donde también lo hacían varios judiciales. Pero ahí notaron que la agente del Ministerio Público encargada, Ivone Rodríguez, y Horacio Abreu, jefe de grupo de los agentes, daban instrucciones a tres judiciales para que "dijeran lo mismo" que ya estaba escrito en una computadora.