ASTILLERO
Julio Hernández López
El riesgo de ser tan popular
Consultas telefónicas de (casi) unanimidad discutible
Nuevos compañeros de viaje
LOS INSOLITAMENTE apabullantes resultados de la
encuesta telefónica que le han favorecido para seguir en el cargo
deberían mover al jefe del gobierno capitalino a preocuparse por
el sentido de esos juegos democráticos: o la sociedad chilanga
ha abolido sus divisiones partidistas e ideológicas para coincidir
impresionantemente en el reconocimiento de los méritos de un personaje
que pareciera estar regido por el signo de la polémica extrema,
o las tales consultas no son aten-didas más que
por los grupos sociales oportunamente incentivados para apoyar a su líder
(o aún peor: esos procesos electrónicos de votación
parecieran ser equívocos o manipulables).
NO SON NECESARIOS, sin embargo, esos datos de arrasadora
popularidad encuestada para aceptar que el tabasqueño es hoy uno
de los personajes más conocidos, mejor valorados y con mayor futuro
político. Andrés Manuel López Obrador (más
allá del 95.5 por ciento de llamadas telefónicas a su favor)
posee el innegable mérito de ser congruente con lo que dice y de
tener claramente definido su itinerario político (bitácoras
irónicas: el tabasqueño no acepta tener una carta de viaje
establecida que iría al 2006 pero todo mundo así lo entiende,
mientras que el presidente Fox repite cuanto puede que él sí
tiene ese itinerario y que no es un navegante sin rumbo).
PERO,
JUSTAMENTE PORQUE hoy es el puntero perredista rumbo a la sucesión
presidencial, López Obrador ha entrado a una zona de mayor peligro
político. Para empezar, le resultará cada vez más
comprometido sostener porcentajes de aceptación pública tan
altos como los que hoy tiene en encuestas demoscópicas confiables
y en consultas telefónicas discutibles. Faltando tres años
para las postulaciones presidenciales será muy difícil que
el jefe de Gobierno pueda mantenerse en parámetros tan altos. Además,
conforme avance el tiempo se le pedirán mejores resultados y no
solamente desmañanadas, buenas intenciones y proyectos para ser
sometidos a consulta. De hecho, una evaluación confiable de su éxito
político está a la vuelta de la esquina, pues la renovación
de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal permitirá valorar
el control que llegue a tener en el aparato local de su partido (donde
los pleitos entre las llamadas tribus suelen producir planillas de candidatos
con capacidad muy por debajo de lo que la capital del país reclama
y de lo que el desarrollo del gobierno capitalino requiere) y, posteriormente,
en la conformación de la propia Asamblea Legislativa (donde, por
ejemplo, debido al bajo nivel de la mayoría de sus compañeros
de partido, López Obrador ha debido apoyarse en la coordinadora
de la bancada priísta, María de los Angeles Moreno, quien
ha tenido tal identificación con las propuestas del jefe de Gobierno
que en más de una ocasión se ha especulado con la posibilidad
de que la ex presidenta nacional del PRI acabe militando en el ala lopezobradorista
del PRD).
POR SI ESAS pruebas venideras fueran pocas, el
puntero presidencial del sol azteca tiene nuevos compañeros de viaje:
sea por el efecto Lula o porque la lucha definitoria de 2003 contra el
foxismo requiere echar mano del cuadro histórico de mayor relieve,
Cuauhtémoc Cárdenas se está enfilando rumbo a una
diputación federal y, con toda seguridad, de darse esa llegada a
San Lázaro, a la coordinación de la bancada perredista. Esa
presunta reaparición electoral del fundador del PRD mueve a críticas
y descalificaciones de sus adversarios que confirman precisamente la vigencia
del ex gobernador de Michoacán: si fuera un perredista condenable
al museo político a nadie espantaría que volviese a la ruta
de los comicios intermedios y (Lula, de nuevo) a la posibilidad de ser
candidato presidencial por cuarta vez (no debe perderse de vista que la
reinstalación pública de Cárdenas como eje de su propio
movimiento nacional le permitirá reducir el desgaste de quien podría
emerger al final de este proceso como la nueva carta del cardenismo, el
go-bernador michoacano Lázaro Cár-denas Batel).
ROSARIO ROBLES, MIENTRAS tanto, ha puesto sobre
la mesa una baraja de la que dependerá su colocación rumbo
al 2006: el tejido amplio de alianzas con fuerzas y candidatos externos,
e incluso la apertura a empresarios con sentido social y cierta identificación
con el perredismo, podrían permitirle la construcción de
una base perredista distinta a la actual, si antes no perece en el intento,
abatida por los odios tribales que reclaman candidaturas y cargos para
sus clientelas. Siendo una apuesta alta, igualmente lo serán los
resultados: crecimiento notable de la fuerza electoral y política
del perredismo o colisión sin atenuantes con ciertos grupos controladores
de la estructura interna. En ese camino de búsqueda de nuevos ingredientes
para un guiso perredista distinto también se ha empeñado
Ricardo Monreal, quien trabaja abiertamente en la exploración de
prospectos, sobre todo del lado priísta, y además se propone
abiertamente como alternativa para el 2006.
COMO SE VE, Andrés Manuel no está
solo. Y a partir de hoy cada día le será más peleada
la delantera, con encuestas telefónicas o sin ellas, con resultados
favorables a los que la contundencia coloca bajo sospecha o sin ellos.
ASTILLAS:EN DIA DE descanso oficial, el contralor
Pancho (Pemexgate) Barrio llevó a los consejeros panistas
un mensaje en que el Presidente de la República les exhorta a ganar
los próximos comicios. El jefe Fox dijo, además, que "gracias
al apoyo y guía de Acción Nacional, el país marcha,
y marcha bien"... Los miembros de la Conago recibieron doble regalo: gobernadores
panistas que aun cuando tratarán de no afiliarse a esa conferencia
sí buscarán entendimiento político con sus colegas
priístas y perredistas y, para que se entretengan, la propuesta
de que puedan cobrar 3 por ciento más de IVA en sus entidades...
Ni modo. Habrá que escribirlo y ya: ¡Santos!