Sus dirigentes son sólo "empleados de trasnacionales", afirma el senador priísta
CCE y Concamin no son interlocutores válidos para la reforma eléctrica: Bartlett
Encomia a la Canacintra por ser una organización "nacionalista" con la que coincide
DAVID ZUÑIGA, ANDREA BECERRIL Y VICTOR BALLINAS
El Congreso y el gobierno federal deben discutir la reforma eléctrica con organismos como la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), que sí representa a empresarios mexicanos, y no con los líderes de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) o del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), cuyos presidentes son sólo "empleados de trasnacionales", afirmó el senador priísta Manuel Bartlett.
El legislador negó que asesore a la Canacintra en cuanto a la reforma eléctrica y aclaró que sólo hay coincidencias con una organización "nacionalista" que agrupa a "un sector de la industria que cree en México" y que ha organizado discusiones sobre energéticos.
Interrogado sobre la polarización que parece haberse generado en el sector empresarial, con una oposición que apoya las demandas de la Canacintra y el resto de la cúpula privada que respalda las iniciativas del PAN y de Vicente Fox, Bartlett Díaz comentó:
"La actitud intolerante y antidemocrática del CCE, exigiéndole a la Canacintra que tome una postura que no corresponde a sus intereses, ha sido muy clara. Concamin y el CCE han tomado una postura de defensa de los intereses de la elite de este país y de empresas trasnacionales. Son organizaciones manejadas por empleados de trasnacionales y, obviamente, no tienen la misma posición."
Por otro lado, de la decisión que tomen los senadores del PRI dependerá que se apruebe esta semana la reforma eléctrica que permita modernizar a las empresas públicas del sector, para evitar que sean privatizadas.
La fracción priísta en el Senado definirá entre hoy y mañana su postura en torno a los dictámenes sobre las modificaciones a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, la Ley Orgánica de la Comisión Federal de Electricidad y otras cuatro leyes reglamentarias.
Todo parece indicar que no tendrán éxito las maniobras que han venido realizando varios legisladores, entre ellos Alejandro Gutiérrez, para generar obstáculos y retrasar así la determinación que pondría fin a la privatización silenciosa que ya se está dando en el sector eléctrico .
Durante los últimos dos meses, a partir de que el gobierno se dio cuenta de que no había posibilidad de que el Congreso aprobara su propuesta de reforma eléctrica, un pequeño grupo de legisladores comenzó a hacer todo lo posible por retardar el dictamen. Pedían, por ejemplo, que se analizaran a fondo las cifras de la CFE para probar que realmente puede operar sin inversión privada.
El miércoles pasado, durante una plenaria de la bancada priísta, tanto Manuel Bartlett como Raymundo Gómez Flores probaron que aun con los datos "inflados" que ha dado la CFE, esa empresa tiene la capacidad de generar con sus propios recursos la electricidad requerida de aquí a 2010. A partir de ello, y de que por consenso los legisladores del PRI acordaron rechazar la iniciativa de Fox, se acordó que comenzara el análisis de los dictámenes en torno a la propia iniciativa priísta, para este martes tener ya una decisión final.
En ese encuentro del miércoles pasado, a propuesta de Dulce María Sauri, y para evitar más estrategias dilatorias, se determinó que sólo se deberán objetar aquellos puntos que incluyan desacuerdos de fondo con el fin de avanzar en la discusión.
Si hay acuerdo entre los priístas, el paso siguiente sería buscar los consensos con las iniciativas del PRD y con el PVEM, lo que implicaría la posibilidad de aprobar esta misma semana la reforma eléctrica.
La preocupación de la mayoría de los senadores el PRI es que la ley se quede como está y continúe el proceso de desnacionalización que ya está ocurriendo con base en las modificaciones que se hicieron en 1992. Incluso un estudio de las comisiones dictaminadoras en torno a la iniciativa de Fox advierte que el capital nacional está prácticamente ausente de los proyectos particulares de generación, tanto en producción independiente como en autogeneración y cogeneración.
De continuar la tendencia -se agrega en ese estudio- y sin necesidad de ampliar la apertura, en 2010 más de la mitad de la capacidad de generación de electricidad en el país será privada, en abierta contradicción con lo que plantea la Constitución.
"Por lo pronto, Iberdrola, un consorcio español, ya tiene 20 por ciento de la nueva capacidad de generación de los productores independientes, es decir, poco más de 2 mil megavatios, en las dos unidades de ciclo combinado de Altamira, una unidad en Monterrey y otra más en La Laguna. Junto con Unión Fenosa, que es la tercera compañía eléctrica del mercado español, controla ya la mitad de la producción independiente mexicana, pero además de ello -se agrega en el documento- Iberdrola no sólo amplía su influencia en lo que se refiere a la electricidad, ya que en marzo adquirió 13.25 por ciento de las acciones de Gas Natural México, filial de la española Gas Natural, la principal concesionaria del servicio de distribución de este energético en México."
Es por ello que en la fracción del PRI se busca un acuerdo que permita modernizar CFE y Luz y Fuerza del Centro, para evitar en definitiva la apertura total del sector eléctrico y frenar la privatización que se está dando con la aplicación "tramposa" de la ley actual.