Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 9 de diciembre de 2002
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Deportes
TOROS

A un mano a mano concebido para ahuyentar al público, acuden 2 mil espectadores

Por torera labor, Fermín Spínola obtiene las orejas más merecidas del serial

Buen sinodal el encierro de Rancho Seco Gutiérrez, sin recursos Santos, efectista

LEONARDO PAEZ

Cuando Fermín Spínola, tras cubrir con intensa torería los tres tercios, se volcó sobre el morrillo para dejar un estoconazo en todo lo alto que mató sin puntilla al repetidor ranchosequeño, la plaza, o los cuatro ateridos que acudimos, exigió al ahora rigorista juez Eduardo Delgado las dos orejas para tan prometedor diestro.

En el sexto festejo se lidió una corrida del hierro tlaxcalteca de Rancho Seco, triunfador de la temporada pasada, y que por lo mismo merecía otro cartel.

Bien presentados en general aunque disparejos de tipo y acusando las cualidades y defectos del toro con sus cuatro o dibijo toros-F Spinolacinco años cumplidos, el claro contraste con muchos de los novillotes que en anteriores carteles han han enfrentado los que figuran, destacaron los dos del rejoneador, el segundo de Gutiérrez y el primero de Spínola, lo que permitió, ahora sí, ver el nivel tauromáquico y anímico de cada uno de los alternantes.

Fermín Spínola, figura en cierne

Cuando transidos de admiración los mexhincados se llenan de adjetivos por el oficio y los recursos técnicos de algunos diestros españoles que vienen a tentar de luces, se olvidan que, más que una remota genialidad los respalda la organización taurina profesional de su país.

Torear 80, 100 o más corridas por temporada es la fórmula secreta para sacar toreros consistentes y competitivos, así que cuando un joven con dos años de alternativa y apenas 16 corridas toreadas este año se alza con un triunfo tan serio como el de Spínola, se tiene que hablar de una intuición torera casi milagrosa.

El tercer lugar salió Pastelero, un cárdeno enmorrillado que no obstante sus 500 kilos de peso era discreto de cuerna. Debilón pero claro y repetidor, permitió a Fermín recrearse en sabrosas verónicas y rematar con suave revolera. Tras recibir el astado una vara sin recargar, un mentalizado Spínola tomó los palos para dejar dos cuarteos y un preciso violín en los medios, lo que sirvió para alegrar al astado, que llegó a la muleta claro, pegajoso y con transmisión.

Spínola le hizo una faena inteligente, estructurada, templada y de buen gusto por ambos lados, que incluyó una dosantina y un derechazo de vuelta entera con los pies muy fijos y girando sólo con la cintura, no empujándose con la pierna de entrada como algunos que figuran. Todavía realizó una arrucina y una jumillanina y, luego de asegurar la estocada, coronó tan meritoria y refrescante labor con un enjundioso volapié que hizo rodar al toro sin puntilla. El juez Delgado se quiso hacer el remolón, pero aquella labor había sido tan contundente que, luego del regaladero de apéndices que él y su colega Balderas han hecho en lo que va de la temporada por faenas menos importantes, no tuvo más remedio que soltar el segundo apéndice.

Con el que cerró plaza, Estornino, con 553 kilos y muy bien armado, Spínola reiteró su torerismo y sus ganas de ser al intentar la faena convencional con un astado que desarrolló sentido y acabó por cogerlo aparatosamente. No obstante pinchar hasta en cinco ocasiones antes de dejar una estocada casi entera, fue despedido con unánime ovación.

Gutiérrez, pocos avances

El primer espada de a pie, Alfredo Gutiérrez, con un terno sangre de toro y oro, idéntico al de su alternante, toreó de capa con inventiva y variedad a su primero, El pibe, colorado bragado con 502 kilos, al echarse el capote a la espalda e instrumentar dos limpias caleserinas, un manguerazo de Villalta y tres tomasinas o revoleras a una mano.

Luego, con el manso y deslucido ejemplar, Gutiérrez pretendió torear por naturales y derechazos, convirtiendo en tedio sus infructuosos esfuerzos. Terminó de una estocada habilidosa algo caída y nueve descabellos, y escuchó un aviso.

Con el quinto, Leguleyo (545), un toro fuerte y alto de agujas que ocasionó un tumbo y recibió tres varas, Alfredo, que este año ha toreado dos corridas más que Spínola, consiguió una faena entre altibajos, ya que el burel tuvo un buen lado derecho que pedía una muleta con más mando. Hubo empeño pero faltaron decisión y técnica.

El rejoneador Rodrigo Santos no sólo detesta a los forcados sino también clavar al estribo, como lo establece el arte de Marialva. No obstante haber tenido dos toros que por su embestida se prestaron para el lucimiento, se la pasó clavando invariablemente a la grupa, dejando los fierros unas veces en lo alto y otras donde pudo y sangrando de los ijares a sus cabalgaduras. Con todo, hasta una oreja de su primero se llevó, no sin protestas.


Utilidades y pérdidas

Domingo 8 de diciembre de 2002


 
Espectadores          2,000
Ingreso neto      140,000
       Egresos
         Rodrigo Santos        34,000
         Alfredo Gutiérrez         33,000
         Fermín Spínola        33,000
         Ganado      200,000
         Otros    1,000,000
Subtotal    1,300,000
Utilidades     -----------
Pérdidas    1,160,000
Pérdidas anteriores    2,480,000
Pérdidas acumuladas    3,640,000

 
 
 

 

 
 
 

 
 
 

 

 

 

 

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