Queda a consideración del Ejecutivo, caso por caso, aceptar que se juzgue a connacionales
Aprueban senadores competencia parcial en México de la CPI
Fueron 93 votos a favor y diez en contra El debate dividió a priístas y perredistas Llama Manuel Bartlett a no dejarse engañar por el ofrecimiento de la ''zanahoria globalizadora''
ANDREA BECERRIL Y VICTOR BALLINAS
El debate dividió a las bancadas de PRI y PRD, motivó que los líderes partidistas giraran instrucciones y al final, pese a los intentos del presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Manuel Bartlett Díaz, por convencer a los priístas de votar en contra, sin dejarse engañar por el ofrecimiento de la ''zanahoria globalizadora'', ya en la madrugada del domingo el Senado de la República aprobó ratificar el reconocimiento de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI), pero de manera limitada, con dos salvaguardas.
De esta forma, a las dos de la madrugada, después de una discusión de tres horas, por 93 votos a favor, diez en contra -todos ellos de priístas- y la salida del salón de sesiones de la bancada perredista -a excepción de Demetrio Sodi y Rodimiro Anaya-, se aprobó modificar el artículo 21 constitucional.
La enmienda a la Carta Magna establece la competencia en México de la CPI, pero no de manera general, ''ni tampoco bajo un sometimiento genérico'', ya que precisa que será a consideración del Ejecutivo, caso por caso, aceptar que se juzgue a mexicanos en ese tribunal internacional y con el aval además del Senado.
Razones y disensos
Fue la forma en que los coordinadores Enrique Jackson Ramírez y Diego Fernández de Cevallos negociaron para lograr que se ratificara la Corte Penal Internacional, ya que una parte de la bancada tricolor se oponía a ello. Ayer ese grupo, con Bartlett a la cabeza -secundado por David Jiménez y Antonio García Torres- razonó en tribuna su voto en contra.
La intervención de Bartlett fue muy aplaudida por los priístas. De entrada preguntó: ƑCuál es la prisa?, para aceptar un tribunal desprestigiado ''que no es independiente ni autónomo'', ya que depende del Consejo de Seguridad de la ONU, instancia que ''puede iniciar procesos y también suspenderlos de acuerdo a sus propias consideraciones e intereses políticos, por encima de las consideraciones jurídicas de la Corte''.
Bartlett hizo notar que el Consejo de Seguridad, bajo presión, concedió inmunidad a personal de Estados Unidos, nación que no firmó el tratado, y lo mismo hizo la Unión Europea con Washington, y un número creciente de países firmantes son obligados a suscribir acuerdos en ese sentido.
El Estatuto de Roma y la CPI están a la deriva, advirtió, ya que Estados Unidos no lo firma pero sí lo vulnera, y la Unión Europea, su principal promotor, concede inmunidades por razones políticas y abre las puertas para que otros lo pidan. ƑRusia? ƑChina? Y siguió con las preguntas: Ƒpuede la Corte Penal Internacional ser el árbitro universal frente a los crímenes de lesa humanidad si los países poderosos se abrogan inmunidades?
En riesgo, garantías y principios: Ortega
Aclaró que no se trata de rechazar las nuevas corrientes de justicia internacional, sino de evitar que la Constitución se reforme y elimine principios y garantías fundamentales, ''para someter eventualmente a los mexicanos a un tribunal dependiente de las potencias del globo''.
A los panistas les dijo: ''No se trata de un voto contra el Ejecutivo actual", toda vez que ''fue la muy respetada diplomacia priísta quién la impulsó. Fue, remarcó en tribuna, ''ese insospechable priísta, Ernesto Zedillo, quien firmó el Tratado de Roma ad referéndum''. Así que, añadió, ''no es un voto contra el PAN'', donde ''un buen número de senadores, juristas excelentes, no lo ven con simpatía''.
Todavía insistió: ƑCuál es la prisa? ''Se pasó el tiempo para obtener posibles chambas en la mentada Corte, que se nos ofrecían cual una zanahoria globalizadora''.
El senador poblano hizo notar que si el mismo dictamen propone candados demuestra la desconfianza de todos. Pidió al final no aprobarlo.
El perredista Jesús Ortega Martínez se manifestó también en contra del dictamen, pero no por oponerse a la CPI. Por el contrario, pidió que se aprobara sin restricciones la jurisdicción de ese tribunal. Si se reconoce la globalidad desde el punto de vista económico, por qué no reconocerla desde el punto de vista de la justicia, planteó.
Ortega se manifestó en contra de que se pretenda utilizar al Senado de la República para juicios de carácter político, si la Corte tiene que sancionar desde el punto de vista estrictamente jurídico.
Varios panistas subieron a tribuna para rebatir las argumentaciones contrapuestas de Bartlett Díaz y de Ortega Martínez. Un argumento de Javier Corral fue que él también estaba en principio a favor de la opción del perredista, de la vigencia plena de esa CPI, pero optaba ahora por la segunda. Pidió no olvidar el atropello, las muertes, los hijos arrancados a familias y cómo han regresado incluso a espacios congresionales -en otros países de América Latina, aclaró- quienes han cometido esas violaciones de derechos humanos.
Jesús Ortega regresó ante el pleno para cuestionar nuevamente que se pretendiera convertir al Senado en instancia política que habrá de decidir a quién juzga la Corte Penal; David Jiménez y Bartlett lo hicieron también para señalar que esa cámara no es Ministerio Público.
La argumentación de los priístas en contra de la CPI permeaba en el ánimo de todos, a tal grado que Diego Fernández de Cevallos fue también a tribuna para rebatirlos y señalar que las salvaguardas con las que se presentó el dictamen son para que el Presidente de la República y el Senado mismo impidan el sometimiento a ese tribunal internacional.
Bartlett le respondió a Fernández de Cevallos que si él mismo reconocía que el Presidente ''tendrá que sacarnos del atolladero, entonces, Ƒpara qué ir a ese tratado?'' David Jiménez remarcó, a su vez, que se ponía en riesgo todo el sistema jurídico mexicano y la Constitución misma, y Sadot Sánchez resaltó que tal riesgo no existe.
Madrazo dio línea
Los priístas se veían divididos, pero una comunicación del dirigente nacional del partido tricolor, Roberto Madrazo Pintado, llamándolos a votar a favor los centró. Por el lado del PRD, la intrucción de Rosario Robles Berlanga iba en sentido inverso y la mayoría de los perredistas votó en ese sentido, excepto Demetrio Sodi de la Tijera y Rodimiro Amaya.
Pasadas las dos de la madrugada, aprobada ya la vigencia condicionada de la Corte Penal Internacional, Laura Alicia Garza, una de las siete priístas que sufragó en contra, dijo que ''perdiendo ganamos, porque quedó claro quién defiende la soberanía del país''.
Al final de la discusión, Diego Fernandez de Cevallos subió muy contento a la galería para compartir con el personal de la cancillería lo que consideró un triunfo.