ENTREVISTA /TEODORO
PALOMINO, INTEGRANTE DE LA CNTE
Elba Esther Gordillo padece "trauma de la ilegitimidad"
"A LOS PUESTOS QUE HA OCUPADO LLEG0 TRAS UNA CADENA
DE TRAICIONES"
El ascenso de Gordillo Morales como secretaria general
del SNTE, en 1989, ocurre en medio de condiciones de polarización;
el gobierno la impone y ella traiciona finalmente a su ex protector y mentor
político y sindical, Carlos Jonguitud
JENARO VILLAMIL
El problema central de la profesora Elba Esther Gordillo
es "el trauma por su falta de legitimidad. Ella lo traduce en un problema
de misoginia en su contra, pero en realidad su historia representa la expresión
más concentrada del machismo-feminismo", explica Teodoro Palomino,
integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
y uno de los principales críticos y promotores de la comparecencia
de la secretaria general del PRI ante la Fiscalía Especial para
Movimientos Sociales y Políticos del Pasado.
Viejo conocido y crítico de Elba Esther, desde
su época como profesora en Ciudad Nezahualcóyotl y el inicio
de su carrera sindical en la zona nueve, Palomino reconstruye, a partir
de la reciente entrevista que realizó La Jornada con la ex
dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE), su ascenso en la sección 36 del valle de México y
su problema de falta de legitimidad en cada uno de los puestos a los cuales
llegó "en una larga cadena de traiciones".
Palomino recuerda que en 1977 Elba Esther Gordillo llegó
a ser secretaria general de la sección 36, como resultado de una
"imposición" de Carlos Jonguitud, entonces hombre fuerte del magisterio,
ante la polarización de los dos candidatos institucionales: Adalberto
Pérez Quintero, a quien le reclamaron que su plaza magisterial estuviera
en Ciudad Juárez y no en el estado de México, y Carlos Anaya,
posición de los inspectores de la Secretaría de Educación
Pública (SEP).
"Estos dos personajes se pelean durante el congreso seccional
en San Juan Teotihuacán. El núcleo de delegados democráticos
éramos no más de 10, entre los que se encontraban el profesor
Ramón Couho. Ganamos en el pleno nuestras demandas, que eran 100
por ciento de incremento salarial, escalafón horizontal, mejores
condiciones en escuelas y la rezonificación del sobresueldo a 100
por ciento. En el pleito entre Pérez Quintero y Anaya nosotros ganamos
las posiciones", rememora Palomino.
A
las 10 de la noche, una llamada de Jonguitud propone como candidata alterna
a Elba Esther Gordillo, quien se había desempeñado como secretaria
de Promoción Económica en la sección. "Con menos de
50 votos, de un total de 120 delegados, la nombran secretaria general.
El repudio es generalizado. Eduardo Rosas, que venía en representación
de la dirección nacional del SNTE, hace uso del micrófono
y echa para atrás también las demandas que nosotros habíamos
ganado. En ese momento le toman la protesta a Gordillo, y Jonguitud lo
que hace es ajustar cuentas por medio de ella con los dos grupos perdedores",
explica Palomino.
Al ser cuestionado sobre el origen "disidente" de Elba
Esther, Palomino recuerda que ella proviene de la "disidencia institucional"
dentro de Vanguardia Revolucionaria. Señala que ella participó
en la zona nueve de la sección 36, con un grupo de profesores democráticos
de tendencias trostkistas, encabezados por Armando Sánchez. Sin
embargo, también los traiciona. "Ella, posteriormente, como secretaria
general de la sección, los persigue. Su disidencia interna es ante
la imposibilidad de acceder al enorme reparto del pastel de corrupción
que Vanguardia manejó durante años.
"Ella fue abiertamente represora en la sección
36 porque persiguió a los grupos de Adalberto Pérez Quintero
y de Carlos Anaya: a sus seguidores los cambió de lugar, les negó
sus derechos escalafonarios. Muchos de ellos se montaron en el movimiento
democrático, a finales de los setenta y principios de los ochenta.
Por eso fue tan explosivo el movimiento magisterial en el estado de México",
destaca Palomino.
El disidente magisterial recuerda que en la época
de Elba Esther como dirigente de la sección 36 se rompen los acuerdos
con la disidencia e impone a sus incondicionales, entre ellos a Tomás
Montealegre Corichi y a Leonardo González Valera, quien era "su
chofer" y después la releva en el mando de la sección 36.
Cuando asesinan a Misael Núñez Acosta, González
Valera era el secretario general de la sección y Elba Esteher influía
sobre las decisiones de la 36.
Palomino recuerda que durante el plantón de finales
de 1980, antes de que sucediera el crimen de Misael Núñez,
una comisión de los disidentes fue citada en el hotel Casa del Naranjo,
en la colonia Santa María la Ribera de la ciudad de México.
"Nos citan a negociar en un cuarto de hotel. Cuando entramos, los asistentes
eran Ramón Martínez Martín (entonces secretario general
del SNTE), Alberto Miranda Castro (quien después lo sustituye en
el mando de la sección) y Elba Esther, con un vestido amarillo,
en pose de maja", describe. En la comisión disidente estaban el
propio Palomino y estuvo Misael Núñez.
"Misael y Elba Esther siempre tuvieron una relación
de confrontación, como la de todos nosotros", indica Palomino, aunque
admite que Núñez Acosta no formaba parte de la lucha magisterial
disidente desde su inicio. Su labor estaba más relacionada con la
gestión social y posteriormente se incorpora a las movilizaciones.
"En esa reunión nos imponen una solución
para suspender el plantón: ampliar a cinco carteras el comité
seccional para que nos integráramos. Al mismo tiempo, desde la Secretaría
de Gobernación nos amenazan diciendo que hay más de 10 mil
actas de abandono de empleo contra los maestros disidentes. Tuvimos que
aceptar y, en la práctica, actuamos como dos comités".
Entre los cinco disidentes que aceptan integrarse a la
dirección de González Valera estaban el propio Palomino,
Germán Aguilar, José González Figueroa, Galdino Marín
López y Juan José Altamirano. "Los vanguardistas organizaron
grupos que todas las noches nos gritaban 'hueseros, hueseros'", reconoce
Palomino.
En esas condiciones de división en la sección
36 -una de las más grandes del país, con cerca de 45 mil
afiliados- se produce el crimen de Misael Núñez. Elba Esther,
en la entrevista con La Jornada, publicada el pasado 13 de diciembre,
recuerda que ella estaba convaleciente de una enfermedad y sugiere que
Palomino y otros integrantes de la CNTE querían negociar con Jonguitud
el cambio de la dirección seccional.
Al recordar el origen de su ascenso, Palomino desmiente
que Elba Esther Gordillo fuera una mujer "riquilla" desde la época
en que fue dirigente de la sección 36. Tenía sólo
un carro y un chofer, aportados por el propio sindicato. "Su gran salto
económico se da cuando es nombrada delegada en la Gustavo A. Madero,
en la ciudad de México. Entre sus colaboradores estuvieron Carlos
Salomón y Roberto Albores", este último posteriormente director
de la Central de Abastos y gobernador interino de Chiapas.
Palomino subraya que el ascenso de Gordillo Morales como
secretaria general del SNTE, en 1989, ocurre en una forma muy similar a
su ascenso en la sección 36: en medio de condiciones de polarización,
el gobierno la impone y ella traiciona finalmente a su ex protector y mentor
político y sindical, Carlos Jonguitud.
El interés de cooptar a la disidencia del SNTE
se vuelve a repetir en ese escenario. "La última vez que nos vimos
-recuerda Palomino- fue en 1991. Ella me dice 'hay un puesto para ti' y
hay la posibilidad de que regreses. Le rechacé su oferta. Nosotros
no estábamos por cargos. Después, vía telefónica
nos comienzan a acosar para que aceptemos, pero ninguno de los que participamos
en la lucha del estado de México nos integramos".
La gran fortuna de Gordillo se acrecienta a partir de
entonces, no antes. Hace referencia a la historia de la herencia de su
abuelo millonario que vendía ilegalmente alcohol en Chiapas. Palomino
explica: "alguien que acepta ser rica con dinero de procedencia ilícita
está asumiendo que es limpiadora de herencias. Es lo mismo que sucede
con el blanqueo de dinero".
Para el dirigente magisterial, en el origen de su fortuna
también se trasluce el "trauma de la ilegitimidad" de Elba Esther
Gordillo. "Tiene un problema de historicidad. Por más que quiera
replantear su biografía, todos sabemos que a la sección 36,
a la secretaría general del SNTE y a la Confederación Nacional
de Organizaciones Populares llegó como resultado de una imposición,
sin legitimidad".