ENTREVISTAS PREMIOS NACIONALES/ ADOLFO
SANCHEZ VAZQUEZ, FILOSOFO
''El marxismo, a la baja; pero más necesario que
nunca''
ESTAN EN JUEGO LOS INTERESES DE LA HUMANIDAD ENTERA,
ADVIERTE
El galardonado apremia a transormar la sociedad, ''porque
el capitalismo nos lleva a la barbarie''
CESAR GÜEMES
Sin problema alguno, Adolfo Sánchez Vázquez
reconoce que el marxismo está a la baja, si bien puntualiza de inmediato:
"hoy el marxismo es más necesario que en tiempos de Marx, porque
en nuestra época no sólo están en juego los intereses
de una clase como el proletariado, sino también los intereses de
la humanidad entera". La razón, casi única para afirmar lo
anterior, no tiene fisuras: ''El capitalismo nos lleva a una nueva barbarie".
Sánchez Vázquez se encuentra en activo como siempre y este
día 17 recibirá el Premio Nacional de Ciencias y Artes en
el área de historia, ciencias sociales y filosofía.
Autor
de volúmenes clásicos dentro y fuera de las aulas como Las
ideas estéticas de Marx, Filosofía de la praxis, Rousseau
en México y Del socialismo científico al socialismo
utópico, apunta poco antes de iniciar la entrevista en cuanto
al ejercicio de su quehacer: "escribo casi a diario, siempre debo presentar
una ponencia, preparar una conferencia, avanzar en mis libros, en fin,
casi a diario estoy sobre el trabajo escrito".
Y explica la relación que existe entre la vida
cotidiana y la filosofía en la actualidad: "La filosofía,
a diferencia de las ciencias particulares, siempre se mantiene en un nivel
de pensamiento y de abstracción general. La filosofía no
tiene soluciones para los problemas concretos de la vida diaria. Digamos
que proporciona unos supuestos para examinar ciertos problemas con una
mayor racionalidad y argumentación. Por ejemplo, hay cuestiones
concretas que se plantean en nuestro tiempo después del derrumbe
del socialismo real. Se ha tratado de difundir una idea que tiene consecuencias
prácticas y políticas innegables, como la teoría del
fin de la historia. Entonces, nos encontramos con un tipo de pensamiento
que tiene implicaciones prácticas muy concretas, porque si llegáramos
a la conclusión de que la historia había alcanzado su fin,
carecería de sentido todo intento de transformar radicalmente la
sociedad. Ante este tipo de problemas la filosofía puede argumentar
cómo una concepción de la historia no puede tener un carácter
determinista o fatalista que se ofrece con esa teoría del fin de
la historia".
-Si bien la idea del fin de la historia, a la publicación
del libro de Fukuyama, consiguió una buena cantidad de adeptos,
¿podríamos hablar de modas dentro de las tendencias filosóficas?
-Creo que se puede hablar de cierto tipo de pensamiento
filosófico que en algún momento tiene una difusión
y una importancia que después se debilita para dejar paso a otro
pensamiento. Hemos visto por ejemplo que hace cincuenta años dominaba
el existencialismo francés, luego el estructuralismo pasó
al primer plano, y ahora se propugna un pensamiento posmoderno que trata
de criticar toda fundamentación racional. El caso es que la filosofía
por su propia naturaleza va cambiando con la historia. Más que de
modas, entonces, hablaría de sociedades que en momentos determinados
se inclinan por una tendencia que luego cambia. Luego, las variaciones
en el pensamiento no son casuales ni arbitrarias porque toda filosofía
tiene un contenido ideológico, implica una toma de posición
ante el mundo y las relaciones humanas. Es por la carga ideológica
que la filosofía cambia en la medida en que la historia pone en
primer plano unos ciertos valores, intereses y principios.
-En su obra hay numerosas páginas dedicadas a Marx.
¿Existe alguna esperanza de volver a poner en práctica sus
ideas?
-Hay que hacer una distinción entre la validez
de un pensamiento y la vigencia que ese pensamiento tiene en un momento
determinado. No se puede negar que el marxismo está en una etapa
de crisis y declive en cuanto a su aceptación. Esto, obviamente,
no es casual, sino que está vinculado al descrédito del socialismo
representado por el proyecto de la ex Unión Soviética. En
la medida en la que ese falso socialismo se ha derrumbado es que se ha
desacreditado el marxismo que lo inspiraba. Hay un momento de declive del
marxismo porque se le identificó con una ideología que en
nombre de Marx se hacía pasar por marxista pero que desde mi punto
de vista no era más que una deformación del pensamiento de
Marx.
''Entonces, hay que reconocer el hecho evidente de que
el marxismo pasa por un cierto descrédito pero esto no implica que
cuando se le entiende bien carezca de validez. Al contrario, hoy más
que nunca es necesaria una transformación de la sociedad, porque
el capitalismo nos lleva al caos y la barbarie. Ya que se requiere una
alternativa a la capitalista, se vuelve indispensable una teoría
como la marxista que pueda inspirar, fundamentar y elevar el convencimiento
de la necesidad de ese cambio. Hoy el marxismo es más necesario
que en tiempos de Marx porque en nuestra época no sólo están
en juego los intereses de una clase como el proletariado sino los intereses
de la humanidad entera. El capitalismo nos lleva a una nueva barbarie,
al holocausto nuclear o a un cataclismo geológico si el desarrollo
técnico no se pone bajo el signo de los intereses comunes de la
humanidad. Si se deja bajo el signo del lucro y de la ganancia, nos falta
poco para estar perdidos. Por eso es preciso hacer la diferencia entre
la vigencia del marxismo que en efecto pasa por momentos oscuros y difíciles,
y la validez de sus principios y tesis fundamentales".