El libro de papeles Smurfit abarca desde los
ochenta
Edición privada recoge obra reciente de Toledo
Se trata de la continuación de un compendio preparado
por la SEP El artista juchiteco, fiel a su estilo: experto
MERRY MAC MASTERS
Francisco Toledo es "uno de aquellos artistas que definió
desde principios de su carrera un estilo", escribe Jorge Alberto Manrique
al inicio de su ensayo Toledo: el gusto por la vida, que figura
en el libro de reciente aparición y de edición privada que
lleva por título el nombre del artista juchiteco.
Manrique
continúa: "En 1965, hacia finales de su estancia en París,
Toledo adoptó una manera de pintar, fácilmente reconocible
como un estilo propio y que se ha mantenido durante toda su trayectoria,
aunque con el tiempo los motivos, los temas y las tecnicas utilizadas se
han ido ampliando. Su manera general de trazar y formar las figuras se
mantiene, así como su manera de aproximarse a la realidad que le
rodea. En su obra, a lo largo de los años, no se siente un proceso
de épocas definidas y distintas, sino una riqueza cada vez más
vasta dentro del mismo estilo: las formas son más variadas y diversas,
así como el tipo de figuras y sus combinaciones. En otras palabras,
Toledo muy pronto adopta una manera de pintar propia que lo define y que
se mantiene a lo largo de su obra, aunque el mundo que refiere se amplía".
Francisco Toledo (Smurfit, 2002) abarca su obra
a partir de los años ochenta, y es la continuación del tomo
editado con anterioridad por la Secretaría de Educación Pública,
que cubría desde los inicios de su carrera hasta los 80, anota Armando
Colina, de la Galería Arvil, que colaboró en su realización.
El mismo Toledo se encargó de escoger las imágenes y la obra
seleccionada refleja más bien la parte abstracta de su producción,
a la vez que incluye su trabajo más reciente de 2002, en lo que
se refiere a pintura, escultura, dibujo y objeto.
Aunque se trata de una edición privada habrá
300 ejemplares en el mercado, que fueron entregados a Toledo como compensación
por el uso de las imágenes. Los recursos recabados de su venta se
destinarán a las instancias que el pintor ha creado en Oaxaca. Coordinó
la investigación Elisa Ramírez Castañeda, quien trabaja
en el catálogo razonado de la obra de Toledo, que se editó
en disco compacto hace unos años. El otro texto, Y el mundo se
hizo cuerpo, es de la poeta Verónica Volkow. Dada su amplísima
bibliografía y currículo actualizado, el libro será
indispensable para consulta, afirma Armando Colina.
Cabe anotar que en los ejemplares que manejará
la empresa se incluye un monotipo elaborado especialmente por Toledo, realizado
en papel de ixtle y algodón con tintes de majahua y achiote, hecho
a mano en el Taller Arte Papel Oaxaca del Iago, en San Agustín Etla.
Asimismo, Jorge Alberto Manrique anota: ''La obra de Francisco
Toledo es un reflejo de su plenitud vital. Al ver cómo Toledo trabaja
sobre cualquier material, con cualquier medio, en cualquier circunstancia,
se entiende cómo para él hacer esa obra que nosotros calificamos
de artística es algo fluido y natural, consecuencia directa del
hecho mismo de vivir, como lo es respirar o el cantar para un pájaro.
''Tal vez por eso las creaciones de Toledo se nos presentan
casi como objetos de culto: de un culto personal, el que se refiere a su
manera de ver y vivir el mundo, pero también en cierto sentido de
un rito colectivo, puesto que todo rito tiende necesariamente a serlo y
puesto que Toledo nos propone su manera particular de estar con las cosaas.
A través del hecho vivo que son sus obras, Toledo nos invita a ingresar
en la realidad del mundo en que todos los aspectos están en armonía
y forman parte de una totalidad, que la modernidad insiste en fragmentar".