Investigación revela que con el envejecimiento
las condiciones económicas empeoran
La longevidad de las mexicanas las hace más
propensas a morir en pobreza
ALONSO URRUTIA
En México, la vejez acentúa los niveles
de pobreza. Las más recientes cifras dan cuenta de que cerca de
la mitad de los ancianos mayores de 70 años vive bajo la línea
de la pobreza y sólo alrededor de un tercio percibe una pensión
fija. La situación se complica para las mujeres, cuya mayor longevidad
provoca que sus últimos años de vida sean cada vez en peores
condiciones, pues las estadísticas arrojan que sólo 16 por
ciento de ellas recibe pensión por viudez y en la zona rural sólo
cuatro de cada 100 la percibe.
El
análisis de los datos sobre las condiciones de vida de las personas
de la tercera edad en México refleja que una vez que se llega a
ese rango, el paso de los años solamente provoca que las condiciones
económicas sean más difíciles. Si en el grupo de edad
entre 60 y 70 años, 38 por ciento de los ancianos vive bajo los
niveles de pobreza, esta proporción se eleva hasta 44 por ciento
arriba de los 70 años.
El estudio Bienestar de las personas de la tercera
edad, realizado por las investigadoras Susan Parker y Rebeca Wong e
incluido en la publicación La economía de género
en México (financiada por el Banco Mundial), se destaca que
si se compara por grupos de edad, proporcionalmente, en la vejez se registran
las mayores tasas de pobreza. El análisis enuncia: "los resultados
proporcionan evidencia de que los ancianos de más edad se encuentran
entre los individuos más pobres de México".
Dada la mayor esperanza de vida de las mujeres, "si ese
patrón permanece en México, es probable que surja un tipo
de feminización de la pobreza en la tercera edad".
Bajo este panorama y ante el hecho de que recibir algún
tipo de pensión reduce en alguna medida la posibilidad de vivir
en condiciones de pobreza, una de las conclusiones del análisis
es el llamado a buscar esquemas de compensación económica
que reduzcan el fenómeno de la pobreza en la tercera edad.
Alrededor de 47 por ciento de las mujeres que han superado
los 60 años de edad son viudas, pero según las investigadoras
algunos esquemas de vida permiten paliar las condiciones económicas.
Es así, que por lo menos una de cada tres mujeres de la terecera
edad vive en lo que se denomina hogares extendidos, esto es, con otros
familiares.
Un desglose estadístico sobre la pobreza en los
hogares da cuenta de que si 27 por ciento de los hogares mexicanos viven
por debajo de la línea de la pobreza, esta proporción se
eleva en aquellos donde residen una o dos personas de la tercera edad,
alcanzando una proporción de 42 por ciento.
El análisis señala que una de las causas
que contribuyen con la pobreza en la tercera edad son los sistemas de pensión
que existen en México. El beneficio de este esquema varía
sensiblemente en el campo y en la ciudad, aun cuando el porcentaje de ancianos
que viven de la pensión es muy bajo en general.
Así, 39 por ciento de los hombres de la tercera
edad que residen en las ciudades recibe una pensión, mientras que
en el campo la cifra baja drásticamente a uno de cada 10.
La mayor posibilidad de tener acceso a un esquema de pensión
para los últimos años de vida está asociado con más
años de educación y vivir en áreas urbanas, generalmente,
en mejores condiciones de vivienda.
Frente a este panorama, la búsqueda del autoempleo
o un trabajo asalariado es una forma para compensar la situación
económica. Sin embargo, aun en este renglón la proporción
entre hombres y mujeres es muy distinta, pues si entre los hombres 60 por
ciento logra tener algún tipo de ingreso por esa vía, sólo
17 por ciento de las mujeres lo hace.
Más allá de la dependencia de las pensiones,
esto tiene otras implicaciones importantes, particularmente en el acceso
a las instituciones de salud.