Minuciosas inspecciones a los informadores
Por ser los periodistas peligrosos Gloria Trevi
no viajó en el vuelo comercial
ROBERTO DE LA MADRID ESPECIAL
El vuelo 15 regresó sin "Gloria" a México.
La noticia llegó a las dos de la madrugada, luego de esperar dos
horas de retraso antes de abordar el avión. Justo ahí, en
la puerta de la aeronave, apareció un señor con ligera sonrisa
en el rostro para decir a los periodistas que Gloria Trevi no iba ir en
ese vuelo. "Por cuestiones de seguridad y sobre todo, porque los periodistas
pueden ser peligrosos, la señora no irá en este vuelo", dijo,
Samuel Scherich, delegado de Aeroméxico en esta ciudad. El funcionario
agregó que las autoridades policiacas, refiriéndose a los
agentes de la PGR que habían llegado para repatriar a la cantante,
consideraron que no existían las garantías minimas de seguridad,
porque consideraban a los reporteros enemigos del orden. La forma y el
contenido fueron rotundos y sin vacilaciones. "Y ustedes saben cómo
le hacen, ¿se van, o se quieren quedar a esperar aquí?",
señaló el encargado de la aerolínea mexicana, como
si se tratara de un acertijo o de un blof de juego de pokar. Dieron
60 segundos para pensar, o si no "se cierra la puerta". Los cinco medios
de comunicación que intentábamos acompañar la noticia
decidimos apostar al regreso. Suponíamos que podría tratarse
de un engaño. Antes de subir al avión este reportero fue
retirado de la sala de espera por dos policias federales de Brasil que
lo llevaron a un cuartito, donde lo obligaron a desnudarse. La inspección
fue minuciosa y sin argumentos, incluyendo el equipo de fotografía
y video. Después de media hora lo regresaron a la sala de espera,
sin más explicación.
Mientras esto pasaba, a otro representante de la prensa
lo amenazaban con bajar a todos los medios del avión si a alguno
se le ocurría tomar fotografías o video de la cantante. Aun
con estas situaciones, la decisión fue regresar. Ya dentro del avión,
los más de 120 pasajeros esperaron media hora, con poco aire, a
media luz y con intenso calor debido a que el capitán no decidía
encender todos los sistemas electricos. La aeronave en ocasiones retrocedía
y en otras avanzaba dos o tres metros y se volvía a detener, como
si estuviera tratando de acomodarse a una plataforma móvil por donde
se pensaba que podría subir Trevi. Por su parte, los sobrecargos
estaban como despistados. Unos iban y venían y otros acordonaban
los 35 asientos traseros que habían sido reservados por los agentes
de la PGR. Finalmente, después de dos horas de malestar, el vuelo
despegó sin la Gloria que buscaban muchos para una entrevista.