Debemos interesarnos sin banderas ideológicas por los indígenas, expresa Rivera Carrera
Terminar de esclarecer la verdad sobre Acteal, demanda Arizmendi
El obispo de San Cristóbal de las Casas pide respetar la libertad de quienes sean inocentes
Lamenta que las instituciones competentes no hayan podido llegar al fondo del caso
JOSE ANTONIO ROMAN
Al oficiar la misa del quinto aniversario de la matanza de Acteal, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, llamó a las autoridades a terminar de esclarecer la verdad, hacer justicia, respetar la libertad de quienes sean inocentes y promover la fraternidad, que son los cuatro cimientos fundamentales de la paz.
Lamentó que las instituciones humanas encargadas de impartir justicia no hayan podido, con los elementos jurídicamente probados hasta ahora, ejercer la debida acción penal contra todos los autores materiales e intelectuales de la masacre de Acteal y de los asesinatos previos.
Por su parte, en la ciudad de México, el cardenal Norberto Rivera, entrevistado al término de su misa dominical en la Catedral, dijo que estos acontecimientos demuestran claramente que la causa indígena está presente y que las demandas y exigencias ancestrales de este sector de la población deben ser atendidas con urgencia.
''Ya es momento de dejar a un lado banderas, intereses e ideologías, e interesarnos por el indígena, por el hermano concreto que vive ya sea en esas zonas de la serranía o en las tierras desérticas. El indígena es uno de los mexicanos más vulnerables'', dijo el arzobispo primado de México.
En su homilía, Arizmendi recordó a las 45 personas, la mayoría mujeres y niños, que fueron víctimas de un ''odio irracional y de un deseo insaciable de venganza'', que se descargó equivocadamente contra quienes no eran responsables de una serie de asesinatos previos entre grupos, partidos y organizaciones, impunes hasta el momento.
Es inexplicable, agregó, ''que hayan cabido y se hayan enraizado en corazones indígenas sentimientos tan violentos y tan destructores contra sus propios hermanos indígenas, de pobres contra pobres, de creyentes contra creyentes, de vecinos y hasta parientes''.
A los fieles de la comunidad de Acteal, el obispo les dijo que ''Dios quiere que ya todos vivan tranquilos en sus pueblos, que no haya más desplazados, que se acaben los miedos y la angustia, que no haya enemigos, que todos den gloria a Dios respetando las diferentes religiones, y que construyan juntos la paz entre todas las personas de buena voluntad, tolerando las diferencias entre partidos, organizaciones e ideologías, y promoviendo el perdón, la reconciliación y el amor generoso y leal'', dijo.
Si bien, dijo, la tarea parece difícil, e incluso en algunos momentos hasta imposible, sostuvo que Dios pueda cambiar los corazones cargados de odios y rencores y contribuir en la construcción de una sociedad reconciliada y justa.
Pero para que esto se convierta en realidad, expuso que es necesario que las comunidades no se dejen guiar por personas o instituciones que inculcan odios, venganzas, resentimientos y desconfianzas. ''Hay quienes no dejan que nuestras heridas sanen'', dijo el obispo Arizmendi Esquivel, quien insistió en que Cristo invita al perdón, a la reconciliación, a la esperanza y a la reconstrucción de la fraternidad entre personas, familias y comunidades.