TOROS
Por feos, débiles y mansos, los de Santa Bárbara
fueron abucheados en el arrastre
Regresó Joselito y cortó una oreja;
Gutiérrez triunfó escuchando avisos
Gustó el capitalino Juan Salvador Llegaron
a $5 millones las pérdidas de la empresa
LUMBRERA CHICO
Dos verónicas de José Miguel Arroyo Joselito,
un extraordinario derechazo de Jorge Gutiérrez y algunos detalles
muy toreros del novel Juan Salvador hicieron la tarde ayer en la Monumental
Plaza Muerta (antes México), durante la octava corrida de la Estafa
Grande 2002-2003, que registró una entrada de 14 mil espectadores
y desesperó al villamelonaje ante el pésimo encierro de la
debutante ganadería de Santa Bárbara.
Si el domingo anterior la gente acudió a los toros
para ver actuar a un caballo, en esta ocasión el tumulto fue convocado
por la reaparición del fino diestro madrileño, que hacía
tiempo no vacacionaba, como todos sus colegas ibéricos, en la arena
de Mixcoac, pero a medida que transcurría la fría tarde los
ánimos se volcaron en favor de Jorge Gutiérrez, quien después
de no lograr nada con su lote fue obligado a regalar un bicho más
y, para sorpresa de él mismo, de los ganaderos y del respetable,
le salió un bombón, bravo y noble, al que pudo cuajarle una
hermosa faena con capote y muleta, aunque perdió las orejas por
matarlo tardíamente y, por ello, mal y de malas.
A sus 27 años de edad, el capitalino Juan Salvador
Sánchez López logró confirmar la alternativa que recibiera
en noviembre de 1997 de manos de Eloy Cavazos y, un lustro después
de haberse graduado como matador de toros, llegó al fin a la plaza
más importante del Distrito Federal con 56 corridas y cinco cornadas
a cuestas, para demostrar su afición y su buen gusto, así
como sus notables limitaciones.
Pero nada pudo ante la sosería de Chocolate,
primero de la tarde, un sardo feo de 472 kilos, ni ante la relativa alegría
de Cantaclaro, penúltimo del festejo, un cárdeno bragado
y bizco del pitón derecho. Con ambos, sin embargo, tuvo momentos
de honda elegancia al torear a pies juntos, el cuerpo muy erguido y la
muleta abajo, corriendo la mano en corto y con un estilo que evocaba una
extraña síntesis del arte de Luis Procuna y Silverio Pérez
a la vez, que le permitió insuflar a la lidia la emotividad que
no proyectaban los animales.
Peor aún le fue a Gutiérrez con Florista,
bello cárdeno nevado y paliabierto, de 494, excesivamente forrado
de grasa y
falto de músculo, que fue aplaudido al salir y pitado al viajar
tras las mulas rumbo al destazadero, después de que su enemigo escuchara
un aviso por fallar con el estoque. Con el cuarto del elenco, Fedayín,
otro adefesio cárdeno y bizco, de 489, que en nada recordaba al
soberbio toro del mismo nombre que 26 años ha consagrara a Chuchito
Solórzano, Gutiérrez comenzó empeñoso y terminó
deprimido, la angustia pintada en el rostro.
Vino entonces el principio de lo mejor. Saltó al
redondel Payaso, negro bragado y cornichico, igual que todos sus
hermanos, pero de 503 kilos, un poco menos manso y menos débil,
y Joselito -que había pasado inédito ante Sonajero,
cárdeno bragado de 470- se abrió de capa en la zona de tablas
y bordó un par de verónicas de aúpa, si bien despegadillas.
Luego cuajó un quite por chicuelinas y tomó la muleta para
iniciar su trasteo sentado sobre el estribo, antes de emprender una serie
de derechazos plenos de temple y de mando. El bicho, por desgracia, se
le apagó, pero lo mató de un estoconazo que le valió
la única oreja de la tarde.
Recalentado el entusiasmo en los tendidos, la gente apenas
vio el trabajo de Juan Salvador ante el sexto del encierro y se dedicó
a chillarle a Gutiérrez para exigirle que obsequiara un séptimo
cajón. El que salió de éste fue Jococón,
negro bragado de 493, que voló sobre el burladero de matadores haciéndose
el daño que ya no tuvo que causarle el picador, y se volvió
de dulce, tanto al embestirle al viejo artista de Tula por chicuelinas
antiguas como al beberse la muleta muy bien embarcado en largos y sentidos
derechazos, de los cuales uno disparó la nostalgia y ayudó
a pensar en aquel Jorge Gutiérrez de la temporada de 1991, hoy discretamente
estragado por los años.
Utilidades y pérdidas
Domingo 22 de diciembre de 2002
Espectadores |
14,000 |
Ingresos netos |
980,000 |
Egresos |
|
Jorge Gutiérrez |
100,000 |
Joselito |
100,000 |
Juan Salvador |
30,000 |
Ganado |
200,000 |
Otros |
1,000,000 |
Subtotal |
1,430,000 |
Utilidades |
---------- |
Pérdidas |
450,000 |
Pérdidas anteriores |
4,666,000 |
Pérdidas acumuladas |
5,116,000 |
|